Educación

La mayoría de los alumnos que desconectó del telecole era de ESO y de Málaga y Cádiz

Más de 90.800 estudiantes dejaron los estudios durante la pandemia por motivos que van desde falta de medios hasta la desesperación de las madres

Una estudiante sigue las clases en su casa a través de un móvil afp / CRISTINA QUICLER

Stella Benot

En Andalucía hay una comunidad educativa no universitaria que ronda 1,8 millones de alumnos que se ha tenido que adaptar a la fuerza a la situación que ha provocado el coronavirus. Los domicilios particulares se han convertido en aulas improvisadas y son muchas las familias que han tenido que hacer casi malabarismos para poder compaginar las tareas de los hijos con el teletrabajo de los padres, además de las faenas domésticas. Un balance retrospectivo muestra que la inmensa mayoría de los alumnos ha superado esa dura prueba, realizando las actividades y finalizando el curso académico. Pero hay 90.882 alumnos andaluces que se han desconectado en la tercera evaluación y la han perdido a efectos prácticos . La Consejería de Educación ha elaborado un informe muy exhaustivo y tiene localizados a esos estudiantes con nombres y apellidos.

La brecha digital ha sido una de las principales causas de esta desconexión de los escolares pero lo cierto es que este problema tiene muchos matices porque no se trata sólo falta de ordenadores, tabletas o móviles, sino también deficiente acceso a la red de internet (o muy poca capacidad de la misma) y también carencia de competencias digitales de los padres y madres que no han podido acompañar a sus hijos en los deberes que les mandaban sus profesores.

Lo que ha sucedido en la mayoría de los casos es que los alumnos no han realizado las tareas planteadas a distancia o por internet , muchos de ellos porque no tenían un acceso adecuado a los medios tecnológicos ya que sus familias sólo disponían de un ordenador (o incluso un móvil) para todos o no tenían suficiente conexión a internet; otros porque han considerado las tareas de especial dificultad y otros, simplemente, no han respondido a los requerimientos de comunicación de sus maestros.

«Madres desesperadas»

Claro que hay muchos más motivos. Así ha habido alumnos extranjeros con dificultades de integración y con el idioma ; alumnos con necesidades educativas especiales que sus padres no han podido atender —«la madre afirma que no se le manden muchas tareas que él no entiende y en casa no saben ayudarle» como recoge textualmente el informe de la Consejería de Educación al que ha tenido acceso ABC— y también «madres desesperadas por la actitud del alumno que no trabaja y se niega constantemente a hacerlo».

El informe muestra varios datos reveladores. La mayoría de los que abandonaron las tareas escolares pertenecen a la Educación Secundaria Obligatoria, ESO; mientras que los alumnos de Grado Superior de FP y de Bachillerato han sido los más implicados y los que menos han dejado sus tareas educativas. Los alumnos de Primaria son el segundo grupo en esta estadística de abandono del colegio durante la pandemia, con 33.860 alumnos fuera de sus clases.

En Secundaria, el abandono de las clases por internet ha sido mayor en los cursos más bajos. Así los de Primero de la ESO (que tienen entre 12 y 13 años) han sido el grupo más desconectado , mientras que los de Cuarto, con 15 y 16 años, han sido los que más han seguido sus clases. En primera, los datos son similares en todos los cursos. La clave aquí es que los alumnos necesitaban a sus padres para hacer las tareas. Lo mismo que ha sucedido en Educación Infantil, etapa en la que más de once mil niños hasta seis años no han hecho sus deberes.

El abandono del telecole no ha sido igual en todas las provincias. En casi todas las etapas Málaga ha sido la provincia con más abandono seguida de Cádiz.

Las medidas

El informe de la Consejería de Educación no se ha hecho a posteriori sino que recopila los datos que los profesores han ido notificando a través de las plataformas digitales. Porque se han puesto en marcha muchas medidas para tratar de recuperar a estos estudiantes , algunos de los cuales estaban siendo atendidos por los servicios sociales municipales.

Así, los profesores se han puesto en contacto telefónico con las familias cuando ha sido posible, ya que hay casos en los que los datos de los que disponía el centro escolar no eran correctos; también se han remitido por correo postal distintas actividades y se ha facilitado tanto dispositivos móviles como tarjetas con datos para el acceso a internet, unos dispositivos que han sufragado las distintas administraciones. El papel de la delegada de las madres ha sido clave en esta atención a los menores que se habían desconectado porque en muchos casos ha ejercido de mediadora entre los profesores y las familias que lo han necesitado, enviado las tareas por mensajería móvil en lugar de correo electrónico.

Los servicios sociales municipales y la Policía Local, además de Protección Civil , también han servido de nexo de unión acudiendo a los domicilios a llevar los deberes a los niños para entregarlos posteriormente a los profesores. En otros casos, el instituto ha impreso las actividades para los alumnos y las ha repartido a través de una empresa de mensajería a las casas. La Cruz Roja también ha aportado acudiendo a los domicilios y proporcionando el material necesario.

En otros casos, las medidas de ayuda han consistido en modificar las tareas para que los niños pudieran hacerlas a través del móvil ante la falta de ordenadores en sus domicilios, así como en una reducción de las mismas cuando se trataba de vídeos o todas aquellas online que suponían una merma en los datos del móvil familiar.

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