El más difícil todavía del circo en Andalucía: sobrevivir a Tiktok
El circo en Andalucía es Miss Aurori, el ligre, los trapecistas, los payasos... Pero también en vanguardia, números que son alegorías y metáforas. Ambos modelos luchan por atraer al público tras la pandemia, que destrozó muchas compañías

El que durante años fue dueño de uno de los circos andaluces trabaja ahora de mecánico. Sus hijas encontraron faena en un súper y luego en una empresa de frutas. Todo por la pandemia, que los dejó tirados en un pueblo durante su ... gira y allí tuvieron que buscarse la vida.
«Algunos de los trabajadores del circo están ahora de chóferes de camiones, de camareros ... Es lo que hay porque volver a arrancar un circo es muy costoso», explica Juan Fernández, vocal de la asociación del circo de España, natural de Sevilla y gran conocedor de este tipo de espectáculos. «Después de más de un año con los camiones sin pasar la ITV, sin los serguros renovados ... Eso cuesta mucho dinero que muchos ya no tienen porque son circos pequeños. Van al día», señala.
El Covid ha sido un palo para quienes viven del circo , pero la realidad es que este tipo de espectáculos afrontan problemas hace años. Señalan profesionales del mundillo que ahora mismo quedan «pocos circos en Andalucía. Puede haber seis, pero no que funcionen. En marcha pueden quedar como mucho tres».
Los artistas de circo son conscientes de que ahora luchan contra Instagram. TikTok, Youtube. .. Los niños tienen el móvil una extensión de su mano y están acostumbrados a vídeos espectaculares. Son un público difícil de impresionar. La llegada de una compañía circense no revoluciona la ciudad y ahora los pocos circos que quedan son pequeños y suelen tener unas treinta personas. «Casi siempre son dos o tres familias que trabajan juntos», explica Fernández. El circo andaluz se ha convertido en un negocio familiar donde todos hacen de todo : montan la carpa, cobran las entradas, realizan los números...
En el negocio-familia que supone el circo andaluz moderno hay espacio también para un colegio. Explican desde la asociación que representa a este sector en España que una compañía con al menos cinco niños tiene derecho a que el Gobierno les ponga un profesor. Como el docente les acompaña en su ruta, les dan además una roulotte como aula y otra más de vivienda. Es uno más de la compañía. ¿Y qué pasa cuando no hay tantos niños? En ese caso los niños tienen derecho a recibir educación a distancia.
Una leona de mascota
Años antes del Covid, el mayor zarpazo que le pegaron al circo fue quitarle los animales. «Antes la gente venía y te preguntaba si había leones y tigres, ya eso no pasa, la gente se ha acostumbrado a que no hay», cuentan en el sector. Cuando les obligaron a desprenderse de las fieras, los donaron a todos a zoos. Bueno, todos no: «Hay un circo que se quedó con una leona porque le cogieron cariño. No la usan para trabajar, solo la tienen como el que tiene un perro. Aunque come mucho más que un perro, la verdad», cuenta un artista circense que conoce el caso.
Aunque ya no hay animales, los espectáculos favoritos del público se mantienen invariables desde hace décadas. Siglos, aseguran algunos artistas. Los espectadores prefieren los números donde los artistas se juegan la vida. A mayor peligro, más aplausos, reconocen. Así, los acróbatas, funambulistas y malabaristas son las estrellas. Ahora y antes. «Se juegan la vida, no hay ningún truco. La gente eso lo nota», explican.
En el sector reconocen que ya pasó el tiempo en el que los niños pedían ir al circo. «Suele ser el padre el que los lleva para que vivan lo que ellos recuerdan de su infancia» , indican profesionales circenses. Y lo que ven son espectáculos «dignos, complicados, muy trabajados», añaden. ¿Cómo el del Circo del Sol? «No -responde rápido Fernández- porque ellos cobran 70 euros por una entrada y nosotros ocho o nueve. No se puede esperar lo mismo , claro. Los números son iguales pero el montaje no, hay más dinero en el suyo».

Con el precio de antes o con el de ahora, el circo en Andalucía siempre ha sido bien recibido, recocen desde dentro. De hecho, hay grandes estrellas que se consagraron aquí - Miss Aurori , que ahora trabaja en un circo portugués con su marido-; Ángel Cristo, natural de Huelva; Pedro Elis, de Jerez; Pepín León, payaso y familia de Paco y María León; los hermanos Álvarez del Cerro del Águila en Sevilla...
Pero, ¿cómo se llega a ser artista de circo tradicional? No hay escuelas, señalan desde el sector. Se aprende desde chico en la compañía de tu familia, entre función y función. Un dato curioso: el funambulista sabe también cómo hacer el número del tragafuegos y el de equilibrio en el alambre. Cuentan los que conocen este mundo que de niño todos prueban todos los palos y se quedan con el que más les encaja.
La vanguardia
El circo tradicional de carpa sobrevive gracias al esfuerzo de quienes lo componen . Pero este espectáculo tiene un hermano ‘gemelo’ en el ‘otro circo’, el vanguardista, más en los teatros que bajo las lonas -aunque tampoco renuncian a este formato-. Desde el sector tradicional se quejan de que el Ministerio de Cultura solo tiene ojos para este último y, de hecho, algunos artistas han presentado una queja ante el ministro Iceta para reclamar el mismo trato y ayudas.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre los dos circos? Lo explica Rosa Colell, la portavoz de la plataforma de la parte vanguardista, que se agrupa en la Asociación de Circo de Andalucía (ACA): «El circo ahora tiene varias líneas de creación , diferentes lenguajes. Nosotros buscamos más la parte creativa, el vestuario, la coreogracía, la escenografía...».
Resume Colell que el circo tradicional es «el más difícil todavía , la técnica perfecta» y su arte es «técnica también pero con una expresión, una teatralidad, dramaturgia, plasticidad». Un ejemplo es el espectáculo de este tipo es el de la compañía andaluza, Cirkifonic, que hace una obra alegoría de la vejez y la pérdida de la memoria llamada ‘Tea Time’, señala Colell , quien destaca también a Irene de Paz o a la compañía Nordika y su ‘Rojo estándar’.
Este tipo de circo tiene sus ejes en Granada, donde hay una escuela; en Sevilla, con el festival Circada y en Cádiz y las zonas de costa donde llegan muchos turistas y hay más oportunidad de trabajo, sobre todo en verano. Pero ni esos focos han resistido a la pandemia de Covid. «Se han cancelado muchas actuaciones, ferias, festivales... Nos ha afectado muchísimo», explican desde el sector.
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