SANIDAD

La marea blanca se extiende ya por todas las provincias

Córdoba y Cádiz presentan sus plataformas contra los recortes de la Junta

Imagen de la marea blanca de Sevilla del 15-E J.M. SERRANO

J.J.B./ E.M./ F.V.

Los esfuerzos de la Junta de Andalucía por acallar las críticas a su gestión sanitaria no dan fruto. La movilización que se inició en octubre en Granada para denunciar que la fusión de hospitales es la fórmula para enmascarar los recortes sanitarios en Andalucía ha prendido ya en todas las provincias. Córdoba y Cádiz han sido las últimas en organizar sus particulares mareas blancas sanitarias.

Como en sus precedentes, las nuevas plataforma tienen un componente ciudadano y profesional . Al frente de la cordobesa está José María Vázquez Teja, arquitecto técnico de profesión, con apoyo de la asociación vecinal Cordobeses Libres , que se constituyó en 2016 con la intención de ejercer un papel crítico con la política municipal. Se miraron en el espejo de Jesús Candel y su Spiriman de Granada y se preguntaron por qué Córdoba no estaba en ese movimiento, cuando sufren problemas como «los atascos en la Atención Primaria, o la sobrecarga de los profesionales sanitarios».

El objetivo es denunciar el «deterioro de la sanidad pública que perciben ciudadanos y trabajadores»

En Cádiz, la portavocía de la marea la asume el doctor Antonio Vergara, que sigue al frente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública tras su jubilación . Ala marea se han integrado varios colectivos que han sumado más de 1.500 adhesiones en redes sociales en apenas quince días, si bien se declara ajena a reivindicaciones profesionales, que deja en manos de sindicatos. El objetivo es denunciar el «deterioro de la sanidad pública que perciben ciudadanos y trabajadores». Todo en una provincia cuyo déficit de infraestructuras la convierte en la que depende más de los conciertos con hospitales privados, concretamente del grupo Pascual , con el que la Junta anunció en diciembre un acuerdo de renovación del concierto que todavía no ha rubricado.

Mientras nacen nuevas plataformas provinciales, en otras provincias que han sumado por miles los manifestantes en cada una de sus convocatorias la marea no para. En Huelva, la falta de una negociación directa de la plataforma con Salud se interpreta por la portavoz, la doctora Julia Paloma Hergueta , como la estrategia de la Junta de procurar que el movimiento de protesta se agote «por aburrimiento» al sentirse ignorado. «Pretenden que al no obtener respuesta asumamos la situación (tanto trabajadores como pacientes) y nos resignemos. Pero no va a ser así», dice Hergueta que anima a los onubenses a llenar de cartelería la ciudad para recordar a la Junta sus reivindicaciones y que anunciará la próxima semana más movilizaciones.

Contra los recortes

Mientras en las mesas de negociación sobre la fusión hospitalaria se demuestra que la Consejería no está por modificar el modelo, la estrategia de la Junta se centra en hacer promesas puntuales por provincias. Pero a más promesas más protestas. Susana Díaz anunció el miércoles nuevos servicios de Nefrología y Oncología en el Hospital de Poniente. Sólo 24 horas después los representantes de las juntas de personal y comités de empresas de sanidad de Almería se concentraban en protesta por el «maltrato» que sufren y la situación de «recortes» que implica «falta de personal, falta de camas hospitalarias y falta de recursos». Lo que da muestras de la tensión existente.

Como muestra de problemas en la gestión sanitaria, en Málaga, según datos del Defensor del Paciente, las Urgencias del hospital Regional Carlos Haya lideraron el ranking de reclamaciones de toda España el año pasado. Se trata de un área obsoleta, con problemas de espacio que ocasionan su colapso en no pocos momentos de picos asistenciales, e incómoda por falta de intimidad. El SAS quiso ponerle remedio y acometió su reforma, para la que se consignaron 2,5 millones de euros. Las obras, con las que se ganaron 800 metros cuadrados al área, empezaron en noviembre de 2014 y deberían haber concluido en ocho o nueve meses, pero se fueron sucediendo los retrasos. A l fin terminaron en octubre del año pasado, según informaron ayer fuentes del Sindicato Médico . Pero como si no lo hubieran hecho, porque tres meses después siguen sin usarse por razones no explicadas. Temen que detrás de este nuevo retraso se encuentre la falta de personal. Para ponerlas en marcha, aducen, haría falta al menos un médico, un enfermero y un auxiliar más.

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