Magrudis
Magrudis estuvo fabricando embutidos durante cinco años sin permiso municipal
La empresa causante de la listeriosis funcionó hasta finales de 2018 sin licencia de actividad, sólo con su mera inscripción en el registro sanitario
Magrudis comenzó su actividad el 20 de junio de 2013. Entonces se inscribió en el Registro Mercantil con objeto de operar como «comercio al por mayor de carne y productos cárnicos». Comienza a funcionar y en el año 2014 ya declara una facturación de 259.381 euros. Sin licencia de actividad ni registro alguno, según fuentes municipales y de la Junta de Andalucía.
Dos años después, ya en 2015, solicitan su alta en el Registro General Sanitario de la Junta de Andalucía pero lo hacen sin contar con la licencia de actividad. Desde la Junta explican que no piden a Magrudis ese permiso para inscribirla porque «no se le solicita a nadie al no estar establecido en el decreto que lo regula». Desde el Consistorio aseguran que ellos nunca recibieron la solicitud de este permiso, a pesar de tener la competencia de concederlo.
Si Magrudis trabajó entre 2013 y 2015 sin ningún permiso, entre 2015 y finales de 2018 lo hizo, aseguran desde el Ayuntamieto, solo con un registro sanitario autonómico que no le habilitaba para funcionar. En esa época la empresa pasó dos inspecciones municipales —en los años 2016 y 2017—. En ninguna se detectó que estaban operando sin licencia de actividad. Tampoco se solicitó este permiso municipal. El Ayuntamiento alega que eso se debe a que el inspector de Consumo que llevó a cabo los exámenes a Magrudis no tenía obligación de pedir este documento esencial en la actividad de cualquier negocio.
«Cada cosa va por un lado»
De hecho, añaden fuentes municipales, si una empresa tiene irregularidades en el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles, trabajadores sin dar de alta o deficiencias arquitectónicas , una inspección de consumo no lo detectaría. «Cada cosa va por un lado. Impuestos por la Agencia Tributaria, trabajadores por Inspección de Trabajo...»
El resultado es que, pese a las dos inspecciones del Ayuntamiento, Magrudis siguió fabricando y comercializando carne entre 2015 y 2018 sin licencia de actividad. En diciembre de 2018, la compañía presenta ante el Ayuntamiento de Sevilla «una declaración responsable para el inicio de la actividad».
Habían pasado cinco años desde que empezó a trabajar . Se trata de una licencia de actividad que se concede bajo la responsabilidad del empresario y de un técnico habilitado y colegiado que la firma. Sin embargo, esta declaración, aseguran expertos cercanos a la investigación del caso de infección por listeriosis, no se corresponde con la realidad de lo que hay en la fábrica de carne mechada y otros productos cárnicos.
Así, el documento presentado por Magrudis, que permite que una empresa eche a andar porque lo avalan y firman técnicos privados acreditados, tiene tantas «deficiencias», señalan en el Ayuntamiento, «de forma y fondo», que «ha sido declarado sin efecto y, por tanto, anulado de acuerdo con el informe realizado el día 26» de agosto, once días después de que la alerta por listeriosis se activara.
Así, «la empresa ha sido objeto de nuevas inspecciones por parte de los servicios municipales en los que se ha detectado que las características técnicas de la empresa y su actividad no se corresponden con la declaración responsable» de los dueños de Magrudis.
Desde la dirección de Magrudis aseguran que estas acusaciones son «falsas»
Así pues, entre 2013 y 2015 la empresa habría producido y vendido carne sin documentación alguna; entre 2015 y 2018, solo con el registro sanitario de la Junta;y entre 2018 y 2019, cuando la administración le ha paralizado la actividad por el brote de listeriosis en sus instalaciones, con el registro sanitario regional y una licencia de actividad nula. Desde la dirección de Magrudis aseguran que estas acusaciones son «falsas» y que cuentan con todos los permisos en regla. «Lo tenemos todo» , aseguran desde la compañía.
En el escrito de denuncia que preparan los servicios jurídicos municipales, «se detalla la existencia en el mercado de productos que la empresa no había comunicado a las administraciones y que no se encontraban en la fábrica del parque empresarial de El Pino de Sevilla, de acuerdo con las actas realizadas por los inspectores de las dos administraciones». «También se ha detectado la comercialización de morcilla y, en la inspección realizada a establecimientos que comerciaban con Magrudis , se ha detectado que se ofertaban también otros productos preelaborados, situación que está siendo objeto en estos momentos de investigación» y que ha sido comunicada a la Junta, que promueve su propia denuncia y que reprocha al Consistorio que «no comunicase la existencia de estos productos».
Este asunto derivó ayer en un cruce de escritos y acusaciones de falta de colaboración por parte de ambas administraciones. Al término del Consejo de Gobierno andaluz, Elías Bendodo , aseguró que Magrudis es «la única responsable» pero criticó que el Ayuntamiento no hubiera avisado de la venta de chorizos «fantasma», pese a tener la competencia inspectora. La Consejería de Salud afirma que el Consistorio «le negó hasta en tres ocasiones» que se estuviera comercializando chorizo. El Ayuntamiento replicó que «en ningún caso ha habido ocultación de datos» y que siempre ha existido «coordinación, transparencia y colaboración», y se quejó de «falta de lealtad institucional».
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