«La línea Bobadilla-Algeciras estará en el presupuesto europeo»
Entrevista con Inés Ayala, portavoz socialista de Transportes en la Unión Europea

La lucha por la construcción del corredor mediterráneo suma a los empresarios de toda la cuenca española. Desde Valencia hasta Algeciras, la exigencia de una línea férrea que saque las mercancías y los pasajeros (si fuera línea mixta) hacia Europa se ha convertido en un sueño de desarrollo difícil de conseguir. Inés Ayala, portavoz socialista de Transportes en Parlamento Europeo, es una de las personas que lucha por la inclusión de este proyecto en los presupuestos para conectar Europa, pero la realidad económica de los estados miembros, el Brexit y una Francia puesta de perfil con la construcción de su parte de esta infraestructura, para llegar hasta Alemania y los países del norte, dificultan la inversión.
¿Se hará el corredor mediterráneo?
Sigue estando en las planificaciones europeas. Está pensado para ser cofinanciado con fondos europeos. En el caso de Andalucía, tenía el problema, que podría haber sido una solución de no ser por los recortes, de hacerse con Fondos Estructurales (FEDER), que permite una cofinanciación del 85 por ciento con dinero europeo. Lo planteó el ministerio de Fomento, pero eso condiciona a Andalucía con otro tipo de obras propias como los colegios, hospitales o carreteras, que se quedarían fuera de este programa.
¿Se puede obtener la financiación?
El 28 mayo sale el presupuesto de Conectar Europa para los próximos siete años. La partida de 24.000 millones de infraestructuras va a tener reducciones por el impacto del Brexit. Hay que buscar soluciones, como que las obras comprometidas en Bruselas y de alto interés europeo, como es el caso, no computen en los compromisos de déficit de cada país. Es decir, que el importe del corredor no penalice a España a la hora de calcular su déficit. Es la razón por la que Francia no lo tiene como prioridad y esa posición francesa bloquea al proyecto, porque no se plantea la conexión con el resto de Europa. También que las cofinanciaciones de los fondos de Conectar Europa se participen al 60 por ciento, si la obras son de interés europeo, como también es el caso, y no al 40 por ciento como hasta ahora, para que el importe de que abone la administración local sea menor.
¿Francia no quiere el corredor?
Al llegar a la Presidencia, Macron dijo que iba a revisar todos los compromisos que lastraran su déficit. Este es uno de ellos. La prioridad ahora es acabar el bucle de alta velocidad. Luego el corredor está comprometido dentro del Lyon-Turín, pero la preferencia es el Burdeos-Toulouse y el Marsella-Génova. Y tampoco están claros los compromisos que adquirieron sobre la electrificación e interoperabilidad intrafronteriza.
¿Y cuál es la solución?
Sin fondos para hacerlo completo, hay que identificar aquellos tramos que tengan mayor valor añadido socio-económico. Tramos con los que se solucionen problemas importantes como cuellos de botella, aislamientos, salidas de puertos o aeropuertos… Es la situación de Granada o la línea Bobadilla-Algeciras, que tiene la ventaja de que añadiría presión a Francia para hacer su parte por el incremento que le llegaría de mercancías a la frontera.
¿Se va a hacer la línea de Bobadilla a Algeciras?
Está y se le espera en el próximo presupuesto del 28 de mayo, pero hay que hacer los deberes. El ministro tiene a todo el mundo convencido, pero Hacienda tiene que reflejarlo en los presupuestos. Si Bruselas ve que España se recupera y quiere mirar inversiones, es el momento para que el presidente Rajoy hable de tú a tú del corredor mediterráneo con el presidente Macron.
¿Por qué es necesario?
Es urgente y necesario. Somos un país turístico y de acogida, o mantienes la calidad y das una excelencia de servicios o se marcharán a otro lugar. En Málaga las autovías estás colapsadas y hay que descargarlas. Además, va a haber distribuidores del norte de Europa que, igual que nos exigen un sello de comida orgánica y sostenible, dentro de muy poco, también lo hagan con otro que identifique un transporte limpio, que nuestros cargadores no podrán ofrecer porque no tienen línea de tren. El corredor permitiría también trasladar un parte del impacto del transporte por carretera por España y bajar la emisión de dióxido de carbono.
¿Y hay alternativas ante esa posible exigencia?
Una solución, que no me atrevo ni a pensar, es saltarse Francia con un corredor entre Valencia, Zaragoza y Bilbao. Llegar desde Algeciras hasta allí y sacar las mercancías por Bilbao hasta los puertos de Rotterdam o Bremen. También hasta el Reino Unido y hasta Irlanda, que no tendrá aranceles para entrar en una futura Gran Bretaña fuera de Europa. Se pueden hacer autopistas del mar, que son barcos con una frecuencia establecida entre puertos para llevar y traer mercancías. Funciona en Vigo con los coches y ocurre entre Valencia y Génova. Hay que estudiar los casos de Motril o Almería.
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