La Justicia, a la «caza» de las empresas que facturaron a Doñana
La defensa del directivo investigado, a la espera de la citación del juez de instrucción
El Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla investiga no solo al exdirector de mantenimiento de instalaciones y parque móvil de la Estación Biológica de Doñana (EBD), Raúl Sojo Ballesteros , sino que también anda a detrás de las empresas que presentaron servicios y facturas a la sociedad que dirige el parque natural. La intención del juez es la de comprobar que los trabajos que realizaron y cobraron están en orden.
La investigación se centra en las compañías que trabajaron para la EBD en los años en los que Sojo estaba al frente del departamento de mantenimiento y, de momento, tienen identificadas a dos sociedades, que aparecen en el escrito que la Fiscalía remitió al Juzgado de Instrucción.
Se trata por un lado de una UTE—unión temporal de empresas, una figura que usan las compañías cuando se unen para ganar competitividad y optar a concursos públicos— y, por otro, de una sociedad anónima, ambas radicadas en Sevilla.
En el primer caso es la UTE Mondisa-Enermes , producto de la unión de esas dos compañías en enero de 2009. Entonces empezaron a dar servicio a la Estación Biológica de Doñana, contrato que, según escrito de la Fiscalía de Sevilla, mantuvieron hasta 2010. La unión de empresas, sita en el polígono Majarabique de la Rinconada, no presenta actividad ahora mismo.
Liquidación en 2016
En el caso de Mondisa, la compañía presentó su liquidación en 2016, seis años después de dejar de trabajar para Doñana. Así, un auto de octubre de ese año del Juzgado de lo Mercantil 1 de Sevilla aprobaba la disolución de la empresa ante la imposibilidad de cumplir con el convenio de acreedores que pesaba sobre sus cuentas. Enermes, por su parte, está también cerrada. Se trata de una compañía malagueña que, según el Registro Mercantil, cesó su actividad en el año 2013.
La segunda empresa identificada por ahora es Silva y Vilches SA. Se trata de una compañía sevillana creada en 1997 que está en concurso de acreedores voluntario desde hace dos años y del que, según el Registro Mercantil, acaba de salir gracias a un acuerdo sancionado por el juez.
Fuentes de CSIC, entidad de la que depende la Estación Biológica, creen que hay más empresas, autónomos y trabajadores que han prestado servicios o, al menos, han presentado facturas a cobro . Señalan incluso que, con el cambio en la dirección de la EBD preguntaron por cuentas sin pagar a las empresas reclamantes que, tras recibir la llamada, no volvieron a presentar las facturas a cobro.
Como adelantó ABC, un juez investiga el destino de cientos de miles de euros que adjudicaron desde la EBD
Por ahora la Policía Judicial está tras la pista del dinero público cuyo paradero se desconoce. Como adelantó ayer ABC, un juez investiga el destino de cientos de miles de euros que adjudicaron desde la EBD, en algunos casos con «facturas falsas, trabajos no realizados o precios inflados fraudulentamente», según el escrito remitido por la Fiscalía al Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla.
Mientras la Justicia sigue el rastro del dinero, Carlos Galán, el abogado del único señalado ahora por esta causa, Raúl Sojo, asegura que no tiene conocimiento de esta investigación:«No hay un solo papel, no nos ha llegado nada», asegura. El letrado añade que no ha recibido citación ni detalle alguno sobre la causa en la que se investiga a su cliente por dos presuntos delitos de malversación de caudales público y falsificación de documento.
En todo caso, desde la Fiscalía se ha solicitado la citación de Sojo como investigado, así como la comparecencia de los testigos Castillo Hervás —actual gerente de la EBD—, Jordi Figuerola —gerente en funciones de la Estación—, Sebastián Palacios —jefe de mantenimiento de Doñana tras el denunciado y Carlos Soler —gerente de la EBD mientras Sojo era jefe de mantenimiento—.
Sojo ejerció desde 2003 y hasta hace dos años como jefe de mantenimiento de la EBD. Pero no es ajeno al mundo empresarial. Así, según el Registro Mercantil, el exdirectivo de Doñana aparece como administrador de la sociedad Solaris energías renovables, cargo al que llegó en el año 2001 y en el que, según el Registro Mercantil, sigue estando. La empresa, indica la misma fuente, se dedica a «Servicios técnicos de ingeniería y otras actividades relacionadas con el asesoramiento técnico».
El exdirectivo de Doñana también aparece con un cargo en la extinta «Gastrocantinas Hispalense» , aunque en este caso como liquidador. De este cargo, y una vez finiquitada la empresa, fue cesado en septiembre de este mismo año, siempre según datos del Registro Mercantil.
Además de su actividad como jefe de mantenimiento y del parque móvil de Doñana y de sus aventuras empresariales, Sojo Ballesteros también tiene patentes científicas registradas. Se trata de «un vehículo aéreo biomimético y zoosemiótico dirigido por piloto automático», según reza la patente registrada en 2016 junto a otro personal del CSIC.
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