La Junta unifica en una sola ventanilla todas las ayudas a mujeres maltratadas en Andalucía

Los episodios de violencia machista pasaron de los golpes a los insultos y las agresiones sexuales durante el confinamiento, explican en en el IAM

Un hombre amenaza a una mujer ABC

M. Moguer

Una mujer maltratada tiene que recorrer decenas de lugares para salir de su situación. La Policía para denunciar, la Consejería de Educación si quiere cambiar de colegio a sus hijos; la de Vivienda para consultar subvenciones; la de Igualdad para pedir un piso de acogida... La lista es infinita. A veces pasa, incluso, que las víctimas no saben todos los recursos que tienen a su alcance porque están desperdigados.

Para poner fin a esa situación la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación quiere aprobar en el primer trimestre de 2021 la « Ventanilla única contra la violencia de género », un instrumento de ayuda al colectivo de mujeres víctimas de maltrato que arrancó en 2018 pero que el Gobierno entonces del PSOE no llegó a sacar adelante .

Con el cambio de color en la Junta de Andalucía la aprobación de este recurso se ha acelerado y está solo pendiente ya del informe del Consejo Consultivo, trámite que debería estar listo «en semanas», señalan desde Igualdad. Así, calculan en el departamento que dirige Rocío Ruiz , podría ir a Consejo de Gobierno a primeros de año.

El proyecto tiene dos fases, explica la directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) , Laura Fernández . En un primer momento la ventanilla única contendrá solo información de los recursos que tiene la administración andaluza para las mujeres víctimas de maltrato. Será consultable por cualquier ciudadano , no solo por las mujeres que han sufrido violencia machista.

«La ventanilla única es una forma de reunir en un solo sitio todo lo que la administración tiene para las mujeres que han sufrido violencia machista», indica Fernández, de que «puedan consultar todo, desde ayudas a formación o impuestos», añade.

En la segunda fase, que tiene de plazo para entrar en vigor 18 meses desde la puesta en marcha de la ventanilla única, sí se podrán gestionar servicios y prestaciones desde la misma web . Usando el certificado digital, una mujer podrá hacer trámites en todos los departamentos de la Junta.

Como no todas las mujeres que sufren maltrato tienen habilidades digitales, desde el IAM proponen que, en un primer momento y de forma paralela al trabajo en la lucha contra esa brecha digital, haya una especie de mediadores en centros físicos para ayudarlas .

Así, podrán ser trabajadores sociales o figuras similares que les asistan con la gestión de sus necesidades en la ventanilla .

Además, plantea Fernández, el objetivo a largo plazo es que el portal web no deje registro en el historial del ordenador desde el que se consulta. La lógica es la misma por la que el 016 -teléfono del maltrato a la mujer- no se detecta en las facturas de teléfono, proteger a quien llama para que el maltratador no sepa de la denuncia o la consulta de información.

Desde Igualdad creen que esta herramienta es muy útil y que, además, durante la pandemia puede ser especialmente efectiva por la imposibilidad en muchos casos de las mujeres de moverse de donde viven .

Del golpe al grito

Precisamente la pandemia, explica la directora del IAM, ha obligado a la violencia de género a adaptarse. « Durante el confinamiento las agresiones no son físicas, son más verbales. Insultos, gritos...», explica. ¿Por qué? «Porque el agresor ya tiene a la mujer controlada en casa. Se han dado mucho el que el hombre le quite el móvil a la mujer y la deje aislada», señala. Además, el miedo a que los vecinos oigan y denuncien han frenado las agresiones físicas, explica. « Pero la violencia seguía existiendo », subraya.

Resultado de la pandemia es que ahora se detectan más llamadas de amigos, familiares, compañeros... Gente cercana a la mujer que nota que algo pasa y denuncia. « La gente ha ganado conciencia de este problema », señala Fernández, que se congratula de la implicación de las personas que rodean a la víctima en el proceso de alerta y denuncia.

Con el fin del confinamiento domiciliario volvieron las agresiones físicas. Los golpes, las palizas. «Cuando se pudo volver a salir aumentaron ese tipo de violencias porque el maltratador sabía que en la calle la mujer podía hablar», explica la directora del IAM.

El silencio

Fernández cuenta que, en las primeras semanas del confinamiento, en el mes de marzo, se produjo «un silencio . No había denuncias de maltrato». El miedo de las víctimas, encerradas con sus agresores sumado a la incertidumbre sobre si habría recursos para atenderlas frenó muchas llamadas. Los teléfonos dejaron de sonar.

«Al cabo de unas semanas eso acabó y volvimos a recibir denuncias. Más que antes, de hecho », señala la directora del IAM. De hecho, según cifras de dicho organismo hasta septiembre se atendieron un diez por ciento más de denuncias por malos tratos que en el mismo periodo del año anterior.

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