La lucha contra el coronavirus
La Junta sopesa el cierre de Andalucía ante el aumento de contagios por coronavirus
La «ola agresiva» deja una media de 120-150 hospitalizados más cada día por lo que los centros sanitarios están rozando las cifras más altas de marzo
La presión hospitalaria de Andalucía es muy grave y se está acercando peligrosamente a los datos que se registraron el pasado 31 de marzo cuando se contabilizó el tope de ingresados en los centros andaluces a causa del Covid-19. Una situación que va a llevar al Gobierno andaluz a tomar más medidas restrictivas que entrarán en vigor antes del próximo puente del 1 de noviembre, una fecha en la que están puestas todas las miradas ya que se entiende como potencialmente peligrosa, sobre todo de cara a las fiestas de Halloween.
«Si hay que cerrar Andalucía, se cerrará» decía este martes el vicepresidente de la Junta Juan Marín, mientras que el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, abundaba en la idea: «No nos va a temblar la mano en tomar las medidas necesarias para salvar vidas». Unas palabras que pronunciaron ambos después de que el presidente Juanma Moreno se mostrase «muy pesimista» con la situación. Pero serán, eso sí, los expertos que asesoran a la Junta los que tengan la última palabra.
El presidente iba posteriormente más allá en twitter. «Me duele en el alma porque sé que limitará la actividad de muchos negocios, pero es posible que tengamos que cerrar la comunidad este fin de semana. Mañana lo decidiremos tras escuchar a los expertos. Tenemos que frenar los contagios porque los datos, por ahora, no son buenos», escribía.
En esta decisión también tendrá cierto peso la que adopten las comunidades autónomas limítrofes. Moreno es partidario de tomar decisiones coordinadas en este sentido y que suceda en el Sur lo mismo que en el Norte de España donde Asturias, Aragón y País Vasco ya han cerrado sus fronteras autonómicas.
Porque lo cierto es que la «ola agresiva» en la que está inmersa Andalucía (como el resto de España y Europa) ha crecido alarmantemente en la última semana. Según los datos oficiales de la Consejería de Salud, en los hospitales andaluces hay ingresados 2.262 pacientes, 282 de los cuales están en las UCI, muy cerca del pico máximo que fue de 2.708 personas cuando se vivía el peor momento de la pandemia el 31 de marzo. Una cifra que ha subido exponencialmente en los últimos días con una media de 120 a 150 ingresos diarios, el dato que realmente inquieta en el Gobierno andaluz que ya no tiene en cuenta el número de contagios diarios —que supera el millar habitualmente— sino el número de personas que necesitan asistencia sanitaria.
Estos datos muestran una altísima presión hospitalaria ya que a día de hoy están libres el 46,2% de las camas UCI y el 31,2% de las camas en hospitalizaciones convencionales. Hay otro dato más que maneja el Ejecutivo regional, y es que el 57% de los ingresos se producen en dos provincias: Sevilla y Granada, señaladas ya con el color rojo por la alta incidencia del coronavirus.
Estos datos evidenciaban que las medidas impuestas hasta ahora por el Gobierno andaluz —los cribados masivos, el cierre perimetral de algunos municipios, el cierre a las 22.00 horas de la hostelería o el sistema de rastreadores— no han dado resultado, como reconocía el propio consejero de la Presidencia en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
«Ni el toque de queda, ni el estado de alarma ni el confinamiento de los territorios sirven para nada sin un compromiso de los ciudadanos . Todos debemos acatar las normas para reducir el virus, por lo que pedimos la responsabilidad de todos, en especial de los más jóvenes que pueden pasar la enfermedad de forma leve o asintomática pero que si contagian a sus padres o abuelos pueden tener consecuencias mucho más graves», decía Bendodo llamando a la responsabilidad individual, un mensaje que repiten insistentemente todos los portavoces del Gobierno andaluz.
En este escenario, l a Junta mantendrá este jueves una reunión con la patronal de hostelería, Horeca Andalucía, para tratar de consensuar algunas medidas que puedan ayudar al sector a salvar la grave situación en la que se encuentran. Una de las opciones es que se amplíe el horario del toque de queda hasta las doce de la noche, lo que permitiría salvar las cenas.
El presidente Juanma Moreno desveló que está dispuesto a modificar el horario del toque de queda —tiene de margen una hora por arriba o por abajo— s i bien no aclaró la decisión que va a tomar. Una de las claves en este asunto es la campaña de Navidad. El Gobierno andaluz quiere salvar en lo posible las compras y el consumo de esos días (también en bares y restaurantes) aunque hay preocupación por una salida rápida de las medidas estrictas que hagan que la ola posterior sea más virulenta, como ha ocurrido tras el verano.
Reservas
Pero no todo fueron noticias negativas tras el Consejo de Gobierno. El portavoz Elías Bendodo detalló que la primera ola pilló a la Junta con «escasez» de medios pero que en esta ocasión hay suficientes recursos para atender la demanda elevada. Andalucía dispone de material para seis meses: 80 millones de mascarillas, 892 respiradores, 676 millones de guantes y unos diez millones de test y pruebas PCR.
También se está preparando el plan 4.500 que prevé ese número de hospitalizaciones. Un plan que prevé la apertura de nuevas infraestructuras con camas para atender a los enfermos. Sin embargo, Bendodo no dio datos del personal sanitario para atenderlo, «todo está previsto. El sistema sanitario público de Andalucía es fuerte porque desde este Gobierno hemos invertido mucho dinero en los dos últimos años y seguimos haciéndolo».
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