La Junta rechaza que se vendan medicinas fuera de las farmacias
Facua se opone también a la liberalización del sector
La propuesta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de liberalizar el sector de las farmacias, permitiendo que se puedan vender medicinas que no necesiten recetas en otros establecimientos, ha sido rechazada en Andalucía tanto por la Consejería de Salud como por la organziación de consumidores Facua.
El consejero andaluz de Salud, Aquilino Alonso, se opuso ayer «por motivos de seguridad y calidad» a la propuesta de la CNMC de permitir la venta de fármacos fuera de las oficinas de farmacia, según un comunicado de la Junta de Andalucía.
Para Alonso, los farmacéuticos «desempeñan un papel fundamental como agentes de salud en materia de control de interacciones y efectos adversos de la medicación, lo que los hace partícipes del sistema sanitario público».
El consejero añadió que la dispensación de fármacos fuera de las oficinas de farmacia «y sin la mediación o asesoramiento de un profesional farmacéutico pone en riesgo las condiciones de seguridad y calidad indispensables para garantizar a la ciudadanía un uso seguro y correcto de la medicación».
En este sentido valoró el «papel muy destacado» de los farmacéuticos, en la detección y control de los problemas relacionados con la utilización de los medicamentos, tanto aquellos que se prescriben con receta médica como los que no la requieren y colaborando al uso seguro de los mismos, especialmente en las personas mayores polimedicadas.
Facua, por su parte, entiende que Competencia pretende que se imponga «una mercantilización absoluta del fármaco como producto de consumo, por encima de la protección de la salud pública».
Según la organización de consumidores, en su estudio la CNMC «obvia la protección de la salud pública y banaliza el fármaco, al considerarlo un producto de consumo más y reducir su venta a una actividad económica más y sujeta únicamente a las reglas del mercado».
Facua critica que en la propuesta de vender medicamentos que no requieran prescripción médica ni tan siquiera se haya considerado que deba atender al público constantemente un licenciado en farmacia, «único profesional con los conocimientos necesarios para poder aconsejar a los usuarios sobre el uso de los fármacos».
La asociación considera imprescindible que los medicamentos sean siempre dispensados por farmacéuticos. Así, defiende la idea de la prestación farmacéutica como un servicio sanitario que debe cumplir objetivos de interés público dentro del derecho a la salud de la ciudadanía.