La Junta rechaza que los andaluces paguen tan poco como los madrileños por el impuesto de sucesiones

El Consejo de Gobierno andaluz tumba por cuarta vez propuestas del PP para suprimirlo porque «carecen de rigor»

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz junto al vicepresidente, Manuel Jimenez EFE

S. BENOT / A. R. VEGA

La batalla política por la supresión del impuesto de sucesiones no tiene tregua. Mientras que Ciudadanos aprieta a sus socios del Gobierno andaluz en el Parlamento para que el polémico tributo pase a la historia, el PPy el PSOE mantienen el enfrentamiento a dos bandos.

El Gobierno de Susana Díaz rechazó ayer por cuarta vez reducir el impuesto de sucesiones y donaciones que pedía el Partido Popular en sendas proposiciones de ley que ahora empezarán a debatirse en el Parlamento pero que, tras esta negativa, no tienen visos de prosperar. Eso sí. El objetivo político está conseguido ya que los populares pretenden con estas iniciativas obligar a todos los partidos —sobre todo a Ciudadanos— a pronunciarse públicamente sobre un asunto que consideran que ha sido una de sus principales banderas y que no están dispuestos a dejar en manos naranjas.

La primera de las proposiciones de ley pretende que, desde enero de 2018, se establezca una reducción general de 250.000 euros en las herencias entre padres e hijos así como en las donaciones de viviendas habituales entre ellos. La segunda proposición de ley presentada por el PP demanda una bonificación de la cuota tributaria del 99%, lo que supondría en la práctica la reducción del impuesto. Es la misma reducción que se aplica en la Comunidad de Madrid entre familiares directos, lo que engloba a padres, hijos, cónyuges y parejas de de hecho.

Menos ingresos

El Gobierno de Susana Díaz se ha pronunciado oficialmente en contra de las dos leyes argumentando que ambas reformas «son incompatibles entre sí y suponen la práctica supresión del tributo entre los principales grupos de parentesco ». También explica el Ejecutivo socialista que la propuesta popular «carece de todo rigor en lo que se refiere a las previsiones de disminución de ingresos» ya que todavía no se conocen las entregas a cuenta del Ministerio de Hacienda para Andalucía ni tampoco la liquidación del año 2015.

El discurso oficial del Gabinete de Susana Díaz sigue siendo la progresividad en materia fiscal y la necesidad de bajar impuestos «sin poner en riesgo los servicios públicos fundamentales». La presidenta andaluza y su Gobierno continuaban defendiendo ayer que la solución a este problema pasa por la armonización fiscal entre todas las comunidades autónomas, lo que corresponde al Gobierno de Rajoy.

Asimismo, arguyen las conclusiones provisionales de la Comisión de Expertos para la revisión del sistema de financiación autonómico en el que se rechaza la supresión y se aboga por la modificación y regulación de este tributo.

Pero Susana Díaz es plenamente consciente de que esta batalla la tiene perdida. Juan Marín, el líder de Ciudadanos, ha anunciado que su única condición para sentarse a negociar los presupuestos de 2018 es la reducción drástica del impuesto de sucesiones y donaciones y, aunque hay margen para la negociación, este polémico tributo tendrá que desaparecer.

El líder de los populares andaluces, Juanma Moreno, no afloja la presión sobre uno de los frentes que tiene abiertos el Gobierno andaluz: «Susana Díaz está en un callejón sin salida y es víctima de sus propias palabras con el impuesto se sucesiones». « No se trata de un impuesto para ricos, sino que grava a las clases medias y trabajadoras », proclamó ayer durante una visita al municipio malagueño de Arriate, donde reivindicó la construcción de la variante.

El jefe de filas de los populares afeó a la mandataria socialista que esté de espaldas al clamor de la opinión pública, donde ha calado la idea de que el impuesto es injusto y discriminatorio . «La sociedad se ha echado mayoritariamente a la calle para exigirle una bonificación al 99 por ciento», afirmó anticipándose al rechazo a sus dos propuestas por parte del Consejo de Gobierno andaluz, lo que calificó como «un gravísimo error».

«Aunque haya un informe contrario vamos a seguir peleando mientras nos queden fuerzas para que, de una vez por todas, Andalucía sea comunidad libre del impuesto de sucesiones y donaciones», apuntó el presidente del PP andaluz.

Más de 300.000 firmas

Los populares lanzaron una ofensiva para que el Ejecutivo rebaje el tributo. Hace un año presentó en el Parlamento de Andalucía más de 300.000 firmas recogidas contra el impuesto de sucesiones y donaciones con el lema «Hereda 100x100» en una campaña que desplegó por toda la comunidad. Poco después, Ciudadanos, que compite por el mismo electorado que el PP, pactó con el PSOE una rebaja en el impuesto que no ha rentabilizado como esperaba. De ahí que presione con una segunda revisión en lo que va de legislatura.

En Andalucía, según la reforma que entró en vigor el pasado 1 de enero, están exentas de impuestos las herencias de menos de 250.000 euros que pasen de padres a hijos o a otros familiares directos. Con anterioridad el listón estaba en los 175.000 euros.

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