Crisis del coronavirus

La Junta se plantea un toque de queda en Andalucía ante la inacción de Sánchez

Moreno le pide liderazgo y el Gobierno deja en sus manos la gestión de la crisis

Marín tacha de «tomadura de pelo» la falta de propuestas del ministro Illa

El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, descubriendo la escultura de homenaje a los sanitarios en Málaga Francis Silva

A. R. Vega / P. Marinetto

Andalucía mira al Gobierno y no encuentra respuestas ágiles para contener la curva de contagios. Ni toque de queda ni declaración de estado de alarma . El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, compareció ayer para vaticinar que «llegan meses muy duros», pero no anunció ninguna medida para el conjunto de España. En el Gobierno bipartito del PP y Ciudadanos en Andalucía echan en falta el «liderazgo» de La Moncloa para doblegar el pico de la segunda ola de la pandemia. El vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Ciudadanos) , expresaba ayer su queja de manera muy gráfica: la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, presidida por el ministro de Sanidad, Salvador Illa (PSOE), fue «sencillamente una tomadura de pelo». El Gobierno no puso ninguna «propuesta para parar esta situación» y se le limitó a pedir la opinión de los consejeros regionales, aseguró en la Cadena Ser.

Sin coordinación ni pautas comunes, la Junta de Andalucía ha tomado la iniciativa. Desde la medianoche de este domingo, ha obligado a bajar la persiana y reducir a la mitad los aforos de los bares, restaurantes y comercios, a partir de las 22.00 horas, en las capitales de Sevilla, Jaén y Córdoba, una restricción que venía aplicando en la ciudad de Granada, donde también promueve la prohibición de movilidad nocturna. Si estas limitaciones no logran frenar el avance de la pandemia, el Gobierno andaluz baraja medidas «aún más drásticas». El consejero de Salud, Jesús Aguirre , avisa: «Si seguimos así, nos veremos abocados a pedir el toque de queda para toda la comunidad».

Mientras la Junta impone restricciones que tienen un alto coste económico para la hostelería, uno de los colectivos más golpeados por la crisis, el Gobierno de Sánchez deja en manos de las comunidades autónomas el control de la epidemia. Una situación que contrasta con las recientes imposiciones y disputas con el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, que se saldó con un estado de alarma. La delegada del Ejecutivo central en Andalucía, Sandra García, lanzaba este mensaje desde las redes sociales: «Ahora es más necesario que nunca que las CCAA ejerzan sus competencias y busquen más la cooperación que la confrontación». «Desde el Gobierno de España sabemos que gobernar requiere decisiones firmes; reiteramos nuestro apoyo a las decisiones que tome @AndaluciaJunta como mando único», apuntaba la representante del Gobierno en la comunidad.

Era su respuesta a otro tuit publicado por el presidente del Ejecutivo andaluz, Juanma Moreno (PP) , en el que reclamaba coordinación estatal porque la pandemia no puede esperar más. «Ahora es más necesario que nunca que el Gobierno central asuma su liderazgo. Las comunidades autónomas no queremos descargar responsabilidades, pero necesitamos seguridad jurídica y mayor presencia de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado». «De nada sirve que limitemos la movilidad si no tenemos medios para controlarla» porque «no somos Cataluña, ni el País Vasco, ni Navarra y necesitamos que por parte del Gobierno se facilite», apostillaba.

Era la misma idea que había trasladado horas a los periodistas durante la inauguración de una escultura que rinde un tributo a los sanitarios en Málaga. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, defendió que el objetivo de su Gobierno es «salvar vidas al precio que sea» y que las medidas «solo pueden ser útiles si el conjunto de la sociedad actúa con responsabilidad y solidaridad».

Medidas «díficiles de tomar»

Juanma Moreno se mostró consciente de que con cada decisión se perjudica a un sector, se limita el crecimiento e incluso se lleva a la ruina a algún que otro autónomo o empresario. Son medidas que «nos cuesta mucho trabajo tomar», admitió. No obstante, incidió en que, «por encima de cualquier otra obligación» de la administración, está la salud de los andaluces.

En una entrevista radiofónica, su vicepresidente, Juan Marín, remaba en la misma dirección. Justificó los cierres que afectan el sector de la hostelería en Sevilla, Córdoba y Jaén, además de Granada, porque «es preferible cerrar ahora quince días y poder salvar la campaña de Navidad» a esperar a que la epidemia se descontrole. Reconoció que en Andalucía «se han disparado los contagios» en apenas ocho o diez días y se ha invertido el descenso que había a finales de septiembre. La principal puerta de entrada al Covid-19 está, asegura, en los jóvenes, a los que les han pedido responsabilidad.

Marín emplazó a Sánchez a mover ficha tras su «discurso vacío y prescindible». «Si el estado de alarma es la solución» para afrontar la incidencia actual de la pandemia del coronavirus en España, que el presidente del Gobierno lo «decrete» y, «dentro de las competencias que las comunidades autónomas tenemos, nos permita poder trabajar al amparo de ese marco legal», aseguró por la tarde en una entrevista concedida a la cadena Cuatro. Explicó que la Junta de Andalucía tiene que estar «al amparo» de que el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad autónoma «valide o no» las decisiones que toma para, por ejemplo, «reducir horarios», decretar confinamientos perimetrales o establecer el toque de queda en Granada.

«El estado de alarma por decreto es el único marco legal que nos queda», destacó el vicepresidente y es «el Gobierno [de España] el que tiene que tomar esa decisión», remató.

Medidas más drásticas

La epidemia ha vuelto a someter a una dura prueba de estrés a la sanidad andaluza. Lo explicaba este viernes el consejero de Salud y Familias. Andalucía lleva una semana con una «subida exponencial» de contagios e ingresos hospitalarios que «hace que tengamos que tomar medidas mucho más drásticas» en relación con la movilidad porque «es la única fórmula de disminuir los contagios», se justificaba Jesús Aguirre en Canal Sur Radio.

El consejero admitió que diferentes hospitales andaluces han tenido que replantearse el volumen de la actividad quirúrgica no urgente u oncológica, que tuvo que ser «cerrada de facto en marzo», en el pico máximo de la pandemia. Las limitaciones afectan al Hospital de la Inmaculada en Almería, el Hospital de Puente Genil (Córdoba), los dos hospitales de Granada capital y los tres hospitales de Sevilla.

La opción de un toque de queda en Andalucía está sobre la mesa. «Ahora mismo empezaremos por provincias y si seguimos así nos veremos abocados a pedirlo para toda la comunidad autónoma. Depende de la evolución que tenga la curva, sobre todo, clínica de ingresos y hospitalaria a nivel de Covid», explicó el consejero. Defendió empezar por Granada porque sus cifras de incidencia «triplican» las de Jaén y «duplican» las de Córdoba y Sevilla con «mayor presión hospitalaria».

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