MEDIO AMBIENTE
La Junta se mete en la boca del lobo y estudia aumentar su grado de protección
Los ganaderos advierten del riesgo que supone declararlo especie en peligro de extinción
La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Medio Ambiente, se ha embarcado en el proyecto de declarar al lobo especie en peligro de extinción en la Comunidad autónoma y, en paralelo, propiciar la recolonización de estos animales para favorecer la conexión de las manadas que ahora se encuentran en núcleos aislados. La iniciativa cuenta con el rechazo, si no unánime, sí mayoritario de las organizaciones ganaderas, que advierten del peligro que puede suponer aumentar el grado de protección del carnívoro (en la actualidad está declarado de interés especial) y su expansión por nuevas áreas, por los estragos que puedan causar en la cabaña. Un temor que sin embargo disipa el director general de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos, Javier Madrid. Sostiene que el plan de la Administración andaluza se va a limitar esencialmente, durante el próximo lustro, a desarrollar un programa de sensibilización social y descarta, de forma taxativa, que se vaya a producir una introducción de lobos procedentes de otras regiones.
«El plan de recuperación y recolonización del lobo supone una amenaza para el mundo rural y en especial para los ganaderos andaluces, que son quienes mantienen los rebaños que garantizan la preservación del medio natural . Así opina el director general de Asaja-Andalucia, Vicente Pérez, quien no duda en criticar que la Junta «abra la puerta al lobo, enemigo de la ganadería y del medio rural», al tiempo que se da «otro empujoncito al ganadero».
Municipios ganaderos
El programa de la Junta plantea la recolonización de la Sierra de Hornachuelos, la Sierra Norte de Sevilla, El Guadiato-Bembézar, el Guadalmellato y las cuencas de Rumblar, Guadelén y Guadalmena . Según Asaja, se trata de un área que cuenta con más de un centenar de municipios que tienen en la ganadería su principal actividad económica.
Entiende Asaja que ello supone «una insensatez», dado que el lobo, sin programas ni apoyos, «mantiene su presencia en las zonas tradicionales de Cardeña, Montoro, Andújar y Despeñaperros, y está en expansión en toda la Península Ibérica creando graves problemas en todas las zonas ganaderas que recoloniza».
Por su parte, Roque García , secretario de la gestora de UPA en Andalucía, considera que el lobo no es precisamente una especie amenazada. Es cierto, reconoció, que mantiene pequeñas poblaciones en la Comunidad, pero en una buena parte del resto de España ocurre todo lo contrario, «y se está convirtiendo en un grave problema para los ganaderos».
Si, llegado el momento, se ponen en marcha en Andalucía medidas encaminadas a potenciar la presencia del lobo, «siempre habrá que tener aparejado un presupuesto para la compensación de daños. No solo por las muertes, sino por otros efectos». Roque García resalta que cuando se produce un ataque de lobos a un rebaño, los animales que sobreviven entran en un estado de estrés que incluso afecta a la reproducción.
Javier Madrid, director general de la Consejería, parte de la base de que no todas las organizaciones ganaderas comparten la misma opinión crítica. Y añade que es una obligación de la sociedad conservar las especies silvestres que existen en Andalucía. «Y al lobo, al igual que a una mariposa, hay que preservarlo», enfatiza.