La juez Núñez alardea de acabar con el «atasco» del juzgado de Mercedes Alaya

La magistrada del juzgado de instrucción 6 de Sevilla asegura que en dos años ha concluido seis macrocausas

La juez que instruye el caso de los ERE, María Núñez Bolaños EFE/MANUEL RUS

ABC

La juez que instruye el caso de los ERE , María Núñez Bolaños , cumple mañana dos años al frente del juzgado de instrucción 6 de Sevilla, tiempo durante el cual ha subrayado que se ha terminado con el «atasco» que se arrastraba por la apertura de numerosas macrocausas.

«Las matemáticas no engañan. La macrocausa más antigua, que era la del delito societario de Mercasevilla , de 2009, ya está en la Audiencia, igual que el procedimiento específico (conocida como pieza política de los ERE) y Surcolor. En los próximos días van a estar en la Audiencia Acyco, Cenforpre y Trujillo», ha resumido la juez a periodistas que cubren la información de tribunales.

«Hemos pasado del colapso del juzgado a colapsar la Audiencia», resalta Núñez

Núñez llegó al juzgado en 2015 para suplir a Mercedes Alaya , la juez que en 2011 abrió la macrocausa de los ERE y que pidió un ascenso a la Audiencia de Sevilla y lo consiguió.

«Hemos pasado del colapso del juzgado a colapsar la Audiencia. El atasco salta de edificio», resume Núñez el cambio de tendencia experimentado en el juzgado que dirige, en el que durante los primeros seis meses no tuvo certeza de qué causas instruiría por el interés de Alaya en continuar con las macrocausas .

Para solucionar ese nuevo atasco, ha recordado que la propia Audiencia ha pedido una sección de refuerzo y ha subrayado que «la gente tiene derecho a que sus procedimientos se resuelvan de una forma ágil, porque la instrucción de las causas no puede durar cinco o diez años más».

Finalmente, Alaya se instaló en la sección séptima de la Audiencia y Núñez, que procedía de los juzgados de familia, dirigiendo el juzgado de instrucción 6 de Sevilla con dos jueces de refuerzo , una decisión de cambio de sede judicial de la que asegura que no se arrepiente.

La incertidumbre inicial de sus funciones por el interés de Alaya en seguir con las macrocausas se la trasladó, incluso, algún abogado durante la toma de declaraciones en sala cuando le dijo: «Ya se verá si usted está o no está el mes que viene» en el juzgado, y también le cuestionó si llevaría «o no los ERE». «Me olvido de las cosas, no soy en absoluto rencorosa«, dice ahora la juez.

Dentro del proceso de desatascar el juzgado, Núñez resalta que ya se está terminando la pieza de las sobrecomisiones , con lo que, «de aquellas seis piezas iniciales que se hicieron como procedimiento piloto, realmente la que queda más, que no se ha tocado, es Rosendo-Sayago».

«Habría ya un 30 por ciento de piezas terminadas más o menos» del centenar que hay abiertas, calcula la juez antes de explicar que no dejan de entrar atestados policiales de los ERE , con tres nuevos la semana pasada.

Núñez se congratula de que en su periodo al frente del juzgado «ha salido mucho papel, ha salido más papel que en los cinco años anteriores . Me dicen que no es que en dos años haya sacado más papel que en los cinco anteriores, es que ha salido más papel que en los cinco siguientes si usted no hubiera estado aquí».

La magistrada resalta que «hay una cosa que no se ve, que es el trabajo diario de la oficina, con notificaciones diarias. Es un trabajo que no se ve, pero la oficina funciona, funciona notificando todos los días».

Transcurridos dos años en su destino, la juez ya puede cambiar de juzgado, aunque «en principio» no tiene pensado marcharse porque «estoy contenta con el trabajo que se está haciendo, con archivos ordenados y organizados».

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