Entrevista

Juan Pedro Castellano: «Debemos incorporar el patrimonio cultural a nuestro discurso de conservación»

El director del Espacio Natural analiza, en el 50 aniversario de Doñana, las fortalezas, debilidades y los momentos decisivos de un entorno que goza, pese a las amenazas, de un buen estado de salud

Juan Pedro Castellano, director del Espacio Natural de Doñana MIguel A. Jiménez

Miguel A. Jiménez

Juan Pedro Castellano está tan dentro de Doñan a como Doñana lo está en él. Almonteño , conocedor y partícipe de la idiosincrasia del entorno, apasionado de la riqueza natural y cultural de la comarca, ha sabido mirar más allá sin perder de vista sus raíces y, sobre todo, mantenerse imparcial ante los cambios –también en los gobiernos- y fiel a su capacidad de diálogo y negociación, su principal baza a la hora de acercar posturas muchas veces enfrentadas, siempre con la vista puesta en un objetivo: que Doñana tenga futuro.

¿Qué es para usted Doñana?

Mi primer recuerdo de Doñana es mi infancia en El Rocío y también es la adolescencia, durante mis estudios universitarios trabajé con la cooperativa que realiza las visitas al Parque Nacional en mis dos últimos años de carrera. No ha habido un periodo en el que no haya tenido una relación con Doñana. A medida que fui creciendo, fue creciendo también mi sensibilidad hacia el medio. Gestionar Doñana es un orgullo , pero también una responsabilidad enorme porque me considero parte de ella.

¿Cuál ha sido el momento más difícil al frente de su gestión?

El año 2017, cuando se produjo la suspensión de la Saca de las Yeguas y simultáneamente el incendio de Doñana .

¿Fue el incendio una amenaza más grave que el desastre de Aznalcollar?

Aznalcóllar podía haber tenido unos efectos más negativos desde el punto de vista de elementos que persisten en el tiempo, de metales y contaminantes de más calado. El fuego no llegó al Parque Nacional, se quedó a unos kilómetros, pero era un fuego de una envergadura enorme.

¿En qué estado se encuentra la zona afectada por el incendio y qué se está haciendo por recuperarla?

Tras el incendio la opinión pública quería una respuesta inmediata. Sin embargo, la normativa vigente para el Parque Nacional impedía que se aprobara el proyecto de restauración antes de un año. Sólo nos habilitaba para realizar obras de emergencia y también obras de urgencia, que eviten que el incendio tenga peores efectos ambientales. Eso no es un capricho.

A veces entramos en el campo a adoptar medidas de restauración antes de esperar el comportamiento que tiene el medio. Se ha hecho un trabajo encomiable de coordinación. La decisión más acertada fue la creación inmediata de un grupo técnico-científico , que estuvo trabajando paralelamente a la toma de decisiones sobre la emergencia o la urgencia.

Se trataba de que ellos establecieran las directrices para la futura restauración del medio. Ha sido un trabajo muy intenso como mucha gente participando, con Miguel Ángel Maneiro como coordinador, una persona con una capacidad de consenso enorme. Todo esto llevó a conseguir un plan de actuación modélico.

¿Cómo está respondiendo el campo?

Una de las grandes sorpresas ha sido que la regeneración de la camarina , una planta que va muy mal en vivero, ha sido bestial. Hemos tenido una respuesta muy rápida del pastizal, sobre todo en las zonas donde hay una mayor humedad y hay otras zonas más secas donde la regeneración es más lenta.

El Plan de Restauración ha tenido una gran acogida en el mundo científico y en el técnico. Son muchas las Comunidades Autónomas que nos lo han solicitado para consultarlo, ya que aporta una visión completamente innovadora de cómo afrontar los procesos de restauración. Además, el principal elemento innovador es confrontar la pluralidad de visiones con respecto al problema.

Podemos hacer un diagnóstico y un plan de restauración magníficos, pero si la ejecución de la obra no tiene calidad, tenemos un problema. Para que eso no ocurra, se está asesorando científica y técnicamente y todos los que conformamos la plantilla del Espacio Natural estamos volcados en la tarea.

¿Se está haciendo algo para prevenir que esto vuelva a ocurrir?

Las directrices que dan los expertos para que el monte sea más resistente pasan por que tiene que estar menos estresado. Es necesario que las manchas de bosque no sean tan densas, también desde el punto de vista de la gestión de la repoblación de conejos, importantísima para Doñana, así como desde la prevención. Y sobre esa base se ha hecho el Plan de Restauración. Está claro que no podemos cambiar el paisaje de la noche a la mañana, pero el incendio nos da una oportunidad dentro de la tragedia .

¿Cuál es el estado de salud actual del Espacio Natural?

Doñana está en un buen estado de salud . Dicho esto, tiene problemas globales que se dan en otros espacios naturales nacionales y europeos. Doñana está haciéndose, es un sitio reciente geológicamente que muestra gran dinamismo, a lo que hay que unir los cambios sociales en el entorno.

No podemos anclarnos en que cualquier cosa que no sea igual que hace 50 años es necesariamente peor. Estamos en un escenario cambiante, esos cambios hay que tenerlos en cuenta, aunque no percibirlos como negativos. La esencia de Doñana sigue estando ahí . Hay una serie de elementos esenciales que siguen inalterables y entiendo que debemos estar contentos de haber llegado a estas fechas con estas condiciones de conservación.

¿Y sus puntos más vulnerables?

Uno de los retos principales, no sólo de Doñana, sino de toda la comarca, es resolver la reordenación y la regulación de los recursos . Tenemos que conseguir que la agricultura de regadíos sea sostenible. La agricultura es fundamental en esta comarca, ha hecho que se soporte mucho mejor la crisis económica aquí que en otros territorios. Por tanto, el debate no es agricultura sí o no, sino agricultura cómo.

Creo que se ha iniciado ese camino y se están dando pasos muy importantes, que las distintas administraciones han avanzado más en los últimos años con respecto a Doñana que en las últimas décadas. Nunca se ha actuado con esta determinación y con esta coordinación , tanto en los análisis como en las medidas.

¿Es tan alarmante la situación del agua?

Me parece importante distinguir entre aguas superficiales y subterráneas. La marisma , por ejemplo, tiene una relación muy escasa con las aguas subterráneas. El volumen de la marisma proviene de la lluvia directa. En este sentido, estamos bastante bien, se han hecho una serie de intervenciones que han sido muy importantes y nuestro reto ahora es vigilar la calidad de estas aguas.

En cuanto a las subterráneas, sí que podemos tener un problema de cantidad. Las masas de agua que caracteriza la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir debajo del Parque tienen unas condiciones bastante aceptables, bastante acordes con la pluviometría, pero hay que corregir las tendencias en el exterior.

Un descenso pronunciado de los acuíferos no afectaría a la marisma, pero sí a la diversidad del matorral, que está asociado a la distancia del freático y eso, aunque parezca menor, es un tema muy relevante en el equilibrio ecológico de Doñana.

¿Cree que el modelo de protección de Doñana es el correcto?

El modelo del uso público del parque es mejorable , sobre todo atendiendo a iniciativas de empresa, pero también creo que ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. En 1981 sólo trabajaban dos empresas, ahora mismo son 31. Entiendo que el esquema es correcto porque hay que mantener un equilibrio .

¿Qué ha ocurrido a su juicio en el caso del Médano del Asperillo y cómo es posible que ocurra un hecho así en un entorno tan protegido?

Una aclaración: de Matalascañas hasta Sanlúcar la playa es Parque Nacional, mientras que desde Matalascañas hasta la Torre del Loro, la playa no es Parque Natural, el Parque Natural se queda en el acantilado. Ojo, que sé que el daño se ha hecho en el acantilado, pero la diferencia de categoría y la diferencia de competencias, hace que nuestra presencia en la playa del Parque Natural sea menor que en la del Parque Nacional.

Hay quien te dice que se han hecho mejoras de las bajadas a la playa. Siempre hay diversidad de pareceres, pero con la normativa actual no se puede, y, sobre todo, no se puede sin preguntar. Si hubieran preguntado, que no lo han hecho, se les hubiera dicho que no.

¿Cuáles son los principales retos de futuro del Espacio Natural?

Nuestro principal reto es mantener los valores de Doñana . Pero el tema del conejo es fundamental. El principal reto en los próximos cinco o diez años debe ser intentar recuperar las poblaciones de conejos . Los programas sobre el lince o el águila imperial no tienen un futuro sostenible si no somos capaces de recuperar las poblaciones de conejos. Hay que hacer un planteamiento integral de largo y medio plazo, sumar esfuerzos y coordinar a las distintas administraciones que actúan en Doñana.

¿Qué hemos aprendido en estos 50 años?

Ahora hay una interlocución entre Doñana y su entorno mucho más fuerte y dinámica que hace 50 años. El futuro del parque está indisolublemente asociado al de los pueblos del entorno del parque, que cobra sentido cuando está dentro de una matriz territorial que también lo tenga, que permita que la gente que vive en su entorno pueda vivir bien, que valore su conservación, incluso que en la medida de lo posible pueda vivir de él.

También es cierto que hemos tenido un gran olvidado que es el patrimonio cultural y tenemos que incorporarlo más claramente a nuestro discurso de conservación y que ese discurso de conservación del patrimonio natural y cultural tiene un vehículo de comunicación fundamental con la sociedad a través de los colectivos vinculados a Doñana: los aprovechamientos, las asociaciones empresariales o las hermandades rocieras.

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