Los jóvenes andaluces tardan más en emanciparse, y el Covid no les va a ayudar

Sólo un 15,9 por ciento de los menores de 29 años pudo dejar la casa de los padres en 2019 a pesar del paro y la carestía de la vivienda

La media de jóvenes andaluces emancipados es tres puntos inferior a la española Carlos Rodríguez

Javier López

La juventud es un concepto elástico, pero no se estira hasta el infinito: si te sientes joven es que no lo eres. Sobre la que sí lo es, la población andaluza que tiene entre 16 y 29 años, penden taras como el paro y el desencanto que explican que algunos no quieran salir de la vivienda de sus padres y que muchos, aunque quieran, no puedan hacerlo. Lo que explica el dato del observatorio de emancipación del Consejo de la Juventud de España: únicamente el 15,9 % de los jóvenes andaluces comprendidos entre ambas edades vive fuera de casa. Son cifras del cuarto trimestre de 2019, previas a la devastación ocasionado por el coronavirus en la salud económica del país, por lo que es previsible que empeoren. Las del primer semestre del año pasado sitúan a Andalucía como la segunda comunidad autónoma, tras Canarias, con la tasa de emancipación más baja de España. Cabe la posibilidad de que el estudio que se lleve a cabo para analizar el comportamiento del primer trimestre de 2020 refleje un mayor apego aún de la juventud andaluza al domicilio paterno.

María, madre metida en los 40 de un joven metido en los 20 se queja de la falta de iniciativa de la juventud, de su apego a la mesa camilla, de su supuesto miedo a la libertad, pero Alberto, su hijo, replica que su permanencia en el hogar no se deriva de la seguridad que le proporcionan las tres comidas diarias a su hora, sino de la inestabilidad laboral y, fundamentalmente, de los elevados precios del mercado de alquiler. La compra sobre plano ni se la plantea.

La vivienda

La posibilidad de adquirir una vivienda no entra siquiera en los planes de la juventud andaluza. Y eso que el informe admite que en la región el coste teórico de acceso a la vivienda tanto en régimen de alquiler como de compra resulta inferior al del conjunto estatal. Puntualiza, empero, que el precio de la vivienda libre en oferta de alquiler continúa encareciéndose . Se ha incrementado un 6,25 % en un año, en tanto que en mismo período el precio medio para adquirir una vivienda ha aumentado un 1,31 por ciento.

El salario

Además, los sueldos no acompañan. El Consejo de la Juventud de España asegura que para que una persona joven asalariada pueda residir en un hogar independiente en Andalucía debería destinar un 78, 3% de su salario en el caso del alquiler y un 53,2% en compra de vivienda libre. Es decir, o tres tercios de la nómina o más de la mitad de ella en función de si quiere oficiar de inquilino o de propietario en la comunidad autónoma.

Los únicos jóvenes que analizan tan disuasorios porcentajes son los que tienen empleo, cifra en constante recesión. Cada vez son menos las personas menores de 30 años que participan activamente en el mercado de trabajo, con una tasa de actividad cada vez más reducida y una mayor precarización del empleo que se manifiesta en la parcialidad de las jornadas.

De manera que, según el observatorio, el riesgo de encontrarse en situación de pobreza o exclusión social resulta especialmente elevado en Andalucía, pues la tasa de pobreza o exclusión social es del 49,9 %. Ello significa que casi la mitad de las personas jóvenes residentes en la comunidad autónoma con edades comprendidas entre los 16 y 29 años se halla en carencia material severa , reside en hogares sin empleo o con baja intensidad de empleo o en hogares que no superan el umbral de pobreza económica.

De ahí que no extrañe que el porcentaje de jóvenes andaluces emancipados sea casi tres puntos inferior al de la media española, situado en el 18,5 %, según el informe del primer semestre de 2019. El dato es uno de los más bajo de la serie histórica. Hay que remontarse al año 2002 para encontrar una tasa similar, expone el Consejo de la Juventud, que remarca que el descenso ha sido especialmente pronunciado, además de en Andalucía, en Castilla y León y, especialmente, en Canarias, donde solamente se ha emancipado el 14 % de la población joven . En el otro extremo entre las regiones españolas se sitúa la comunidad autónoma de Cataluña, con el 23,1 por ciento de los jóvenes emancipados, y regiones como Aragón, Euskadi, Extremadura, La Rioja y Navarra, si bien el observatorio puntualiza que el incremento de la población joven emancipada en ellas se encuentra estrechamente vinculado al saldo migratorio positivo.

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