José Carlos Cutiño: «El miedo al desabastecimiento nos hace comprar cosas que no usamos»
El presidente de la OCU en Andalucía advierten de que el acaparamiento provoca una subida de precios

Desde la Organización de Consumidores advierten de que el acaparamiento motivado por una psicosis colectiva, como la invasión de Ucrania por Putin, provoca una subida de los precios.
Desde la Organización de Consumidores advierten de que el acaparamiento provoca una subida de precios
Situaciones tan ... alarmantes como la que vivimos, sin duda estimulan los miedos, incluso los más irracionales.
¿Considera que los consumidores tienen fuerza suficiente para, no digo parar una guerra, sino forzar a que los precios sobredimensionados bajen?
Desgraciadamente, la incidencia sobre los precios de unas circunstancias de esta naturaleza, probablemente, exceden de las capacidades de los propios consumidores. Pero pueden y deben orientar su demanda hacia los mejores oferentes de bienes y servicios, determinando su competitividad y excluyendo de sus decisiones de compra a quienes abusan de la situación.
¿No cree que hay un poco de psicosis con el fantasma del desabastecimiento?
Sin duda. Cada situación extraordinaria, y las informaciones que se viralizan sobre su incidencia en la disponibilidad de productos, terminan por propiciar ese miedo, esa psicosis hacia la indisponibilidad de productos, que —a veces— ni siquiera usamos habitualmente. A su vez, esta psicosis propicia el acaparamiento y este desemboca en subidas de precios e incluso, problemas de reposición de existencias.
Como asociación de consumidores, qué recomienda a los que acaparan.
Que piensen con racionalidad, que no se dejen llevar por noticias infundadas o incluso interesadas, y que recurran a fuentes objetivas e informadas para adoptar decisiones de compra racionales e inteligentes.
Me imagino que si se sigue la ley de oferta y la demanda, si todo el mundo compra lo mismo está contribuyendo a que los precios suban, ¿no es así?
Sin duda, esa ley opera por principio. Desde OCU creemos que las limitaciones impuestas a los consumidores por parte de algunos establecimientos, aparte de que no respetan la normativa, inducen al acaparamiento y favorecen una subida de precios.
Los de la luz ya estaban por las nubes antes de la invasión de Putin, pero ahora tenemos ya un nuevo culpable, ¿comparte la tesis del Gobierno de España?
Desde OCU pensamos que la guerra tiene una incidencia incuestionable, fundamentalmente por su impacto en el mercado energético global y por la afección a la importación de materias primas, pero la inflación disparada por los precios de la energía ya existía antes de la invasión de Ucrania… Esta subida estaba motivada por problemas estructurales del sistema de fijación de precios español.
Se les achaca a los sindicatos que se manifiestan poco por la subida de la luz, pero tampoco se ve una actitud muy beligerante en las asociaciones de consumidores. ¿La subvención ata?
No puedo hablar por las organizaciones que necesitan de las subvenciones para sobrevivir. OCU apenas recibe una parte mínima de sus ingresos de las administraciones públicas, y no tenemos ningún motivo para escondernos en nuestras exigencias y reivindicaciones. Lo que sí estamos convencidos es de que la crítica debe ser rigurosa y por motivos objetivos, nunca por motivaciones espúreas o meramente partidarias.
En este sentido desde OCU a lo largo de 2021 y 2022 hemos puesto en marcha campañas para pedir la bajada del IVA de la electricidad y ahora la supresión temporal de los impuestos que gravan la energía. Se trata de campañas que han tenido notable éxito entre los consumidores. Desde luego nuestra actitud ha sido crítica con un sistema de fijación del precio de la electricidad que venimos criticando abiertamente desde hace muchos años, en España y también en Bruselas.
¿Partidario de un IVA superreducido para la factura de los carburantes y la electricidad?
Mantenemos una reivindicación permanente del IVA reducido con carácter indefinido, no temporal como ocurre actualmente con la electricidad, además de la supresión del Impuesto sobre la Electricidad.
¿No es un poco peligroso reducir los impuestos indirectos con la deuda estatal de casi un 120% del PIB?
La Hacienda Pública está siendo la principal beneficiaria de la subida de precios, al ingresar mucho más sin incurrir en ningún gasto, sin duda tiene margen. Mejor dejar de ingresar para permitir sobrevivir a las familias que tener que destinar luego los recursos públicos a rescatarlas cuando se les lleve a la ruina.
¿Han notado un cambio de hábitos de consumo con la pandemia del Covid? ¿Se valoran ahora más conceptos como el espacio al aire libre, el silencio o el tiempo?
Sin duda ha habido cambios de hábitos, pero se reflejan más en las formas y canales de compra —con el importante ascenso de las transacciones on-line y el comercio electrónico— que en el objeto de las compras. Probablemente, el cambio más significativo se refiera a la orientación, en la compra de la vivienda, hacia las casas con patios o jardines o los pisos con terrazas amplias, provocado por el confinamiento. También se ha notado en la huida de los espacios de ocio y restauración cerrados y en las reticencias a viajar por la incertidumbre del virus.
¿A quiénes temen más las grandes compañías, a las asociaciones de consumidores o a las redes sociales?
A quienes puedan llegar a cuestionar con credibilidad y datos objetivos y veraces su reputación o la de los bienes o servicios que prestan. La mentira tiene las patas cortas, pero la verdad acreditada puede hacer mucho daño a sus cuotas de mercado.
Si la economía no despega, ¿el consumidor andaluz mira más por el bolsillo y no gasta a tontas y a locas? ¿O hay fechas que son sagradas para tirar la casa por la ventana, pongamos la Feria de Sevilla o unas vacaciones de verano?
El bolsillo se mira siempre, y épocas como las que vivimos invitan a la prudencia y el ahorro en el gasto ante lo imprevisible. Luego, es verdad que el sevillano tiene sus fechas para relajar un poco la rigidez, pero sin duda condicionado a su disponibilidad real y, probablemente, de forma ya prevista en la economía doméstica. Hay que huir siempre del sobreendeudamiento, y más cuando se trata de gastos no esenciales que son los primeros que se resienten.
¿Existen los valores refugio? ¿Se invierte en bienes más seguros como el oro en tiempos de incertidumbre?
-No creemos que haya llegado el tiempo para eso, el ladrillo sigue siendo la inversión que más cala en el ciudadano común. En cualquier caso, hay que estar muy prevenidos ante los consejos de inversiones con rentabilidades exageradas, ya que en estos tiempos proliferan, y mucho, los chiringuitos financieros. Otra cosa son los inversores profesionales que recurren al oro en tiempos de crisis, para ciudadanos de a pie estas inversiones pueden resultar peligrosas por el riesgo que conllevan las variaciones de precio.
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