CASO ERE
José Antonio Griñán: El «enemigo» que abandonó a Chaves
En 2010 Griñán asumió todo el poder en Andalucía en un PSOE que iba perdiendo posiciones en las encuestas
«Manolo, tenemos que irnos». Si Manuel Chaves hubiera hecho caso a su vicepresidente en 2008, a lo mejor José Antonio Griñán (Madrid, 1946) no se enontraría ahora en el trance de ser juzgado por el Tribunal Supremo. Acostumbrado a ser un político de perfil técnico y poco apegado a las cuestiones internas del PSOE, Griñán parecía haber llegado al último capítulo en su carrera política al asumir la Vicepresidencia Segunda de la Junta andaluza en 2008 . En 1990 Chaves le hacía consejero de Salud de su primer gobierno, y dos años más tarde Felipe González le nombraría ministro de Sanidad y Consumo, cargo que cambiaría en 1993 por el de ministro de Trabajo, que desempeñaría hasta 1996.
En 2004 dejó el Congreso de los Diputados y retornó a la política andaluza, siendo designado por Chaves consejero de Economía y Hacienda , para pasar a ser vicepresidente de su gobierno en 2008. Griñán aceptó a regañadientes tras señalar a su amigo, probablemente tras oír los tambores de guerra que sonaban en el partido, que era hora de dejar paso a gente más joven.
En 2009, cuando Rodríguez Zapatero decide sustituir a Manuel Chaves como presidente andaluz, Griñán no era el candidato del presidente español para dirigir la Junta de Andalucía, pero el presidente saliente exigió designar a su sucesor y señaló a su número dos. La idea de Chaves era seguir controlando el PSOE andaluz como secretario general y con una persona de su confianza al frente del Gobierno, pero Griñán pronto comenzó a exigir más poder y a desprenderse de los integrantes del equipo de Chaves. Así, reclamó ser designado secretario general del PSOE-A en lugar de Chaves, algo que logró en el Congreso extraordinario celebrado en 2010 y que le costó su amistad con Chaves.
Griñán asumió todo el poder en Andalucía en un PSOE que iba perdiendo posiciones en las encuestas. Nunca ganó las elecciones -los socialistas perdieron en Andalucía las municipales y generales de 2011 y las autonómicas de 2012-, pero pudo mantener la Presidencia de Andalucía al no lograr el PP de Javier Arenas la mayoría absoluta que le asignaban todas las encuestas. No pudo disfrutar la Presidencia , ya que solo un año más tarde, en verano de 2013, dejaba el cargo en manos de Susana Díaz, atenazado por el caso ERE.