EL MINISTERIO DEL TIEMPO
Javier Olivares: «En Andalucía y en España nos falta orgullo de lo que fuimos y podemos llegar a ser»
Javier Olivares, creador, productor y guionista de «El Ministerio del Tiempo» participa en Punta Umbría en un coloquio sobre la figura de William Martin
- ¿Cree que aún quedan héroes?
- Sí. Hay muchos, muchísimos, más que nunca. Llegar a fin de mes, que te traten con respeto en el trabajo, tener una familia..., se ha convertido en una heroicidad. ¡Ya me hubiera gustado ver a Sísifo en tiempos de crisis! Lo que pasa es que hoy los héroes son anónimos.
- ¿Están las páginas de los periódicos llenas de villanos?
- Los villanos verdaderos están camuflados. Todos odiamos al villano que pone una bomba, pero a veces, intereses superiores bastante villanos cambian el mundo y no salen en los periódicos, y aquí es un ejemplo la corrupción. Ese tipo de ladrones no ven la miseria que generan.
- ¿Es William Martin lo suficientemente conocido?
- No. Entiendo que William Martin es un personaje de una especialización concreta, como pudiera serlo la Vampira del Rabal; podemos entender que haya mucha gente que no los conozca. Pero en nuestro país solemos pasar muy por encima de la historia en la mayoría de los casos. Hay un problema educativo y cultural. Ahora le hablas a la gente de Borges y cree que es el de las ciruelas.
- ¿Qué significa Andalucía en el acervo cultural e histórico del Estado Español?
- Andalucía es una mezcla de culturas que fue capitalidad y vanguardia. Personajes tratados en el Ministerio del Tiempo como Lorca, Bécquer, Velázquez o Picasso son producto de una riqueza cultural y educativa muy importante. Andalucía tendría que recuperar ese orgullo de que ha sido grande. En Andalucía y en España nos falta orgullo de lo que fuimos y de lo que podemos llegar a ser y no me refiero a que volvamos a conquistar el mundo.
- ¿España o las Españas?
- Las Españas. Porque en este país hay culturas muy diferentes. Tenemos la inmensa suerte de tener cuatro lenguas. Para mí tan español es el castellano como el euskera, el gallego o el catalán. Esa suma de idiomas, de culturas, es un motivo para sentirnos orgullosos y no para la dificultad. Seríamos mucho más España si se reconocieran las Españas, y muchas veces a costa de no reconocerlas se generan conflictos equívocos.
- ¿Qué quedará del Ministerio cuando acabe?
- Quedará una serie que se revisará, que aguantará bien el paso del tiempo porque habla de nuestra historia, pero también de las emociones de los personajes. Espero que quede el orgullo de un equipo que ha demostrado que en España se pueden hacer series tan buenas como las que se hacen fuera. Sólo hace falta que poner en valor el concepto del creador de la serie, el orgullo del idioma y la internacionalización de un producto patrio en castellano.
- ¿Por qué un Ministerio y no una empresa privada?
- Porque como dice Salvador Martin, hay tres cosas que no se deberían privatizar jamás: la educación, la sanidad y los viajes por el tiempo. Esa frase es de mi hermano Pablo y la suscribo totalmente. Creo además que lo público es necesario, es lo que ha hecho grande a Europa. Lo público defiende e iguala socialmente las grandes injusticias.
- ¿Es consciente del servicio educativo que presta la serie?
Estoy sorprendido y orgulloso, pero no hicimos la serie para esto, la hicimos para entretener. Me sorprende el eco que ha tenido la serie en niños, en mayores, en colegios e institutos y el apoyo mayoritario y el cariño que recibimos.
- Si pudiera, ¿qué puerta del tiempo traspasaría?
Cambiar tu vida supone saber lo que ha pasado antes y corregir los errores, pero no volver hacia atrás para hacer trampa y cambiarlo. Yo echo mucho de menos a mi hermano Pablo y si en el futuro se encontrara un remedio para el ELA y se pudiera viajar en el tiempo, volvería atrás y le daría la medicina. Esta motivación es la de todos los personajes en la serie, la de salvar a la gente querida.
