La huelga del metal divide a la izquierda en su manifestación frente al Palacio de San Telmo de Sevilla
Gritos contra los representantes de los partidos presentes en el Gobierno de Pedro Sánchez, PCE y Podemos
En torno a 300 personas se han reunido este lunes delante del Palacio de San Telmo, sede del Gobierno de la Junta de Andalucía, en un acto de solidaridad con los trabajadores del metal de la provincia de Cádiz, en huelga indefinida desde hace una semana.
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Lo que quiso ser un intento de unidad de toda la izquierda en torno a la «lucha obrera de los compañeros del metal» se quedó en agua de borrajas. Era casi imposible que en una concentración donde estaban hasta seis banderas con hoces y martillos diferentes, alguna no cortara o martilleara en la dirección correcta, por mucha disciplina comunista que el convenio colectivo de los compañeros de Cádiz requierese. A saber, el Partido Comunista de España (PCE); el Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE); el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE); el Partido Comunista Obrero Español (PCOE); Voz Obrera y la Corriente Marxista Internacional (CMI).
«En el Gobierno, pero no con el poder»
Y es que todo iba bien, en el turno de palabra de los representantes de los sindicatos allí presentes, hasta que les tocó el turno al PCE, osease, Izquierda Unida, que forma parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Entonces las cañas del «momento histórico que estamos viviendo con la huelga de Cádiz», palabras de Curro Cubero, de Adelante Andalucía, se volvieron lanzas. «Fuera vende obreros de nuestros barrios», «sinvergüenzas», «gobierno dimisión», «menos policías, más factorías», fueron los gritos que no dejaron hablar al camarada del partido centenario que se defendió como pudo: «Estamos en el Gobierno, pero no en el poder», lo que increpó aún más los ánimos. Mismo escenario cuando habló el representante de Podemos.
Los anarquistas de la CNT y la CGT, junto a otras plataformas vecinales, allí estaban hasta los ecologistas de «Fridays for future», no lograron crear ese buscado ambiente de unidad y de transmitir la idea que la huelga del metal en Cádiz «trasciende la provincia y se debe extender al resto de Andalucía», como apuntaron varios representantes sindicales. Óscar Reina, del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) , llegó a decir que «lo raro es que no arda Andalucía entera». Una hora más tarde de cuando empezó, a las siete de la tarde, se disolvió sin causar ningún incidente.