Grandes ciudades y alumnos elitistas, los falsos mitos de la enseñanza concertada
Gran parte de estos centros educativos están en zonas rurales y en barriadas donde residen familias con escaso poder adquisitivo
Andalucía cuenta con colegios como el Blanca Paloma de la barriada sevillana de Los Pajaritos y perteneciente a Sagrada Familia (SAFA); el Cristo de la Yedra , en Granada , con un alto índice de inmigrantes; el Nuestra Señora de Gracias , en Almodóvar del Río (Córdoba), receptor de población desfavorecida, y en Linares (Jaén) el Cardenal Spínola , donde más del 80 por ciento de los alumnos son pakistaníes y de etnia gitana . Estos son algunos de los numerosos ejemplos que echan por tierra el error de identificar a los centros privados concertados , todos ellos pertenecientes a Escuelas Católicas , con alumnos elitistas. Y otro falso mito que se desvanece es el que estos colegios tienen como ubicación preferente las grandes ciudades. La realidad demuestra que el 53 por ciento, un total de 206, se encuentran en provincias , mientras que en las capitales se localizan 185, el 47 por ciento, y una gran parte de ellos en barriadas donde residen familias no precisamente de elevado poder adquisitivo.
Carlos Ruiz , secretario general de Escuelas Católicas en Andalucía, echa mano de las tablas estadísticas para defender el papel social que desempeña su red de centros. Y es que no todo es Claret, Jesuitas o Maristas . El 45 por ciento, es decir 177, cuentan con una sola línea. En el argot de Escuelas Católicas una línea es un grupo, el A, y dos líneas A y B. Más de tres líneas solo tienen el 12 por ciento de los centros.
«Hay que romper el mito de que la enseñanza de los centros católicos concertados son para alumnos elitistas. Se piensa que son colegios grandes, ubicados en las zonas de confort. Pero los datos nuestros desmontan todo esto», enfatiza Carlos Ruiz en declaraciones a ABC.
Cuando se habla de Educación en Andalucía, en enseñanzas no universitarias, se utiliza la expresión 80-20. «El 80 por ciento es pública y el 20 por ciento privada concertada. De la parte concertada somos la patronal mayoritaria , un 69 por ciento», explica.
En la actualidad «tenemos más centros en las provincias que en la capital. Y con ello se rompe otro mito. Y tenemos centros que no son tan grandes. La mayoría son colegios pequeños , de una línea», insiste.
Los 391 centros educativos pertenecen a un total de 114 instituciones titulares o congregaciones religiosas. El 42 por ciento cuenta con un solo centro. Y hay 17 congregaciones que administran 5 o más de 5 colegios.
«Nuestras instituciones –expone Carlos Ruiz– se caracterizan por algo, que la inmensa mayoría de ellas son centenarias . Tienen más de cien años de existencia dentro del sector educativo. Eso quiere decir que nuestra patronal es seria en ese aspecto, porque hay instituciones con centros de cien, o doscientos años incluso, dedicándose a la educación».
Presencia
«Tenemos presencia en toda la geografía, bien en las ciudades o en las zonas rurales , buscando la evangelización desde la cultura y también estábamos en algunas zonas rurales donde la educación no existía», añade.
Según el secretario general de Escuelas Católicas en Andalucía, «lo único que buscamos es precisamente lo único que sabemos: educar lo mejor que podemos y lo que es para nosotros fundamental, educar con unos valores. Eso es lo que nos distingue a nosotros: nuestro ideario. Nunca nos van a encontrar en una confrontación con la enseñanza pública. Nosotros queremos la Educación con mayúscula y en la Educación con mayúscula tenemos cabida todos».
«Creemos que los padres tienen derecho a elegir aquel centro que consideran más adecuado»
Y como prioridad absoluta , para Ruiz es fundamental la libertad de elección. «Creemos que los padres tienen el derecho de elegir dentro de un marco aquel centro que consideran más adecuado para la formación y educación de sus hijos. Pero insisto que a nosotros nos distingue nuestro ideario y los valores que impulsamos. No como confrontación sino como fruto de un abanico de posibilidades propio de una sociedad democrática».
Sin ánimo de crear polémica, Carlos Ruiz asegura que « un puesto escolar en la enseñanza concertada cuesta la mitad que uno en la pública», y subraya que «si no existiera la enseñanza concertada el coste de la pública se dispararía. Siendo ese un dato importante y a tener en cuenta, para mí donde creo que está el meollo de la cuestión en que si no hay centros concertados con un tipo de ideario no puede existir libertad. Elegir entre lo mismo no es libertad».
Con el actual reparto de centros entre la escuela pública y la concertada, el mencionado esquema 80/20, los padres pueden elegir qué educación pueden recibir sus hijos, con un matiz: «Estamos hablando de valores, no de matemáticas».
«Adelaida de la calle ha dado un vuelco de ciento ochenta grados en las relaciones»
El cambio de titular en la Consejería de Educación fue recibido con alivio por los responsables de Escuelas Católicas, dada la nula sintonía que había con Luciano Alonso . «Desde que está Adelaida de la Calle ha habido un vuelco de ciento ochenta grados en lo que son las relaciones y el diálogo. Hemos pasado de una situación donde nos ignoraban, donde no podríamos tener acceso a un diálogo, a una situación de respeto . Falta un tiempo para ver si ese cambio en las formas, que ha sido muy grande, se traduce también en hechos. El cambio –reconoce– ha sido muy grande y es digno de resaltar ».
Motivos económicos
Discrepancia s entre la patronal educativa y la Administración han surgido tradicionalmente por la cuestión económica. Un centro concertado tiene dos fuentes de financiación , el pago delegado de las nóminas, y la partida de otros gastos, una especie de cajón de sastre del que se nutre el personal de administración y servicios y los gastos de funcionamiento . La segunda de las partidas, sostiene Ruiz, lleva diez años paralizada «y por eso los centros están siendo deficitarios. No se ha actualizado el IPC y lo que se paga llega tarde. Los centros pequeños se están ahogando. No se sube el IPC y el dinero no llega a su debido tiempo, pero hay que pagar a los trabajadores de recepción, secretaría y limpieza y los centros se endeudan y tienen que pedir préstamos.
También sufren otros problemas. No son pocos los alumnos de la concertada que para suplir la falta de recursos de las familias , muchas de ellas en riesgo de exclusión social, utilizan los comedores de los colegios.
Semanas atrás Escuelas Católicas culpó a la Junta de haber dejado sin comedor a unos 500 niños por una deuda acumulada de 19 meses, que superaba los 800.000 euros. Con posterioridad se abrió una vía de diálogo con la Administración para tratar de resolver el conflicto, que podría llegar a través de una disposición legal.
En este sentido apuntó Ruiz que la única comida que hacen al día estos chicos es la del comedor escolar. «Hay ayudas para comedor por parte de la Junta, y lo que se quiere es regularizar las aportaciones mediante una ley. Son bastantes alumnos de nuestros centros que necesitan esa comida al día».