Golpe de gracia al caso ERE
La Audiencia abre la puerta a archivos de piezas contra ex altos cargos de la Junta de Andalucía y beneficiarios de ayudas
«Doña Mercedes Alaya debe de estar que trina. Ella defendió siempre la causa única e indivisible de los ERE en contra de la Fiscalía. Después de tantos años de trabajo, todo puede irse al traste». La reflexión de uno de los abogados defensores ilustra a la perfección el laberinto donde ha entrado el proceso que va a sentar en el banquillo a dos expresidentes de la Junta de Andalucía . Seis años y siete meses después de que la juez abriera las diligencias previas 174/2011, la Audiencia Provincial de Sevilla ha abierto un boquete que puede desembocar en una sucesión de piezas archivadas dentro de la causa de los ERE.
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Se cumplirían los peores presagios de la anterior instructora, que se negó con resistencia rocosa a trocear el caso argumentando que su desmembramiento en piezas « haría imposible el enjuiciamiento por separado de las diferentes conductas ». No le hicieron caso y tan pronto como fue apartada del proceso, la juez que la sustituyó, María Núñez, dividió la causa, como habían solicitado la Fiscalía, la Audiencia y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
El abogado Juan Carlos Alférez- ROCIO RUZ Un proceso en la encrucijada
Juan Carlos Alférez, el abogado que defiende al exdirector de IDEA Jacinto Cañete, inició junto al letrado Alfonso Martínez del Hoyo, que representa al exconsejero Antonio Fernández, esta batalla jurídica que puede dar un giro al caso ERE. Hace el siguiente análisis sobre la encrucijada en la que está el caso. «La desmedida ambición con la que las acusaciones abordaron el procedimiento específico al acusar masivamente por malversación a todos y cada uno de los cargos públicos de Empleo, Hacienda e IFA/IDEA, en lugar de limitarse a acusar por prevaricación, ha determinado que de manera lógica se nos diera la razón a las defensas cuando sosteníamos que se producía una clara lesión de derechos fundamentales, pues los mismos hechos presuntamente constitutivos de malversación, no podían ser nunca enjuiciados en más de un proceso».
«Ahora que el criterio es claro, nos encontramos con piezas separadas en las que solo quedarán como investigados los perceptores, algo que a todas luces vulneraría su derecho de defensa pues si se condenaran a los cargos públicos por malversación en el juicio del procedimiento específico en que los perceptores no han sido acusados ni son parte, de facto se les estaría condenando sin ser oídos, pues posteriormente, en su concreto juicio de cada pieza separada, no podrían volver combatir el fondo jurídico de la malversación pues ésta ya habría sido sentenciada», continúa.
Pese a todo, se ha ganado una batalla pero no la guerra, asegura. «La guerra procesal sigue abierta, hemos de mostrar el máximo respeto a nuestros adversarios y por ello, no podemos decir de manera automática que el caso ERE haya quedado reducido a un solo juicio, aunque eso sí, no quepa la menor duda de que las defensas intentaremos evitar a toda costa que los derechos fundamentales de los justiciables puedan volver a verse lesionados», concluye.