El Gobierno andaluz no autorizó la visita de Picardo a la Diputación de Cádiz

Las relaciones con Gibraltar son capítulo aparte. Nunca han entrado en las discrepancias políticas con el Gobierno central por orden expresa de la presidenta de la Junta, Susana Díaz , quien respeta escrupulosamente que todas las cuestiones de política exterior son competencia del Ministerio que dirige García Margallo , uno de los miembros del Gabinete de Rajoy que mejores relaciones ha tenido con Andalucía.

Precisamente por eso, el Gobierno andaluz no autorizó oficialmente la visita de este martes de Fabián Picardo , ministro principal de Gibraltar, a la Diputación de Cádiz, dirigida por la socialista Irene García . Un encuentro que se circunscribió a la «autonomía» de esta institución, y sobre la que el Gobierno andaluz no dijo nada oficialmente. Precisamente porque se trata de una relación entre vecinos y no un encuentro con carácter internacional.

Sin embargo, es poco probable que Irene García , que a su vez es la secretaria general del PSOE de Cádiz y una persona de confianza de Susana Díaz, haya actuado a sus espaldas y más en un asunto tan sensible como todos los que afectan a la roca como saben bien todos los que viven en el entorno.

Irene García cuidó al máximo los detalles, con banderas de Gibraltar y de Cádiz, pero evitando la enseña británica que hubiese correspondido a un mandatario extranjero.

No ocurrió lo mismo con la visita «de cortesía» que Picardo hizo al Ayuntamiento de Cádiz donde su alcalde, José María González , hizo gala de su fama de díscolo y colocó banderas españolas y británicas como si de un jefe de Estado se tratase, lo que no ha sentado nada bien ni en el seno del Gobierno andaluz ni en el de España.

Otra cosa distinta es el caso de la Diputación de Cádiz donde, además, se han firmado acuerdos de colaboración mutua en materia de empleo y cultural. Mirando para otro lado, no se ve tan mala esta iniciativa. Al contrario. Ha logrado situar a Fabián Picardo , cuyo cargo en España asemejaría al de alcalde de Gibraltar, a la altura de la de una presidenta de la Diputación.

Reunión entre iguales, buena vecindad y acuerdos que beneficien a los ciudadanos de ambos lados que, en su mayoría, son andaluces.