El Gobierno de Andalucía subió el impuesto a las hipotecas en 2012 y ahora es de los más altos de España

La situación preelectoral dispara los anuncios de los dirigentes políticos andaluces

Comparativa del tipo impositivo de todas las comunidades autonómas ABC

Stella Benot

La polémica por la decisión del Tribunal Supremo de que sean los clientes quienes tengan que pagar el impuesto de actos jurídicos documentados ha desatado los nervios en todos los partidos en Andalucía, inmersos en una precampaña electoral en la que cada detalle puede ser determinante para el resultado final. Todos los líderes se pronunciaron este miércoles sobre un asunto que afecta directamente a 300.000 personas con un saldo de 600 millones, según los datos de la Junta.

La sentencia del Alto Tribunal ha puesto el foco en un tributo que tiene muchas similitudes con el de sucesiones y donaciones, que ha sido protagonista de una buena parte de la X Legislatura andaluza que acaba de concluir. Se trata de un impuesto de competencia estatal pero que forma parte de la cesta de los destinados a la financiación autonómica por lo que son las comunidades las que se encargan de regularlo y de cobrarlo.

El Gobierno andaluz está aplicando, desde el año 2012 cuando lo subió en tres décimas, el tipo más alto de cuantos establece la ley, cobrando un 1,5% total del préstamo hipotecario más los intereses . Eso significa que, para una hipoteca de unos 100.000 euros, el coste del impuesto tendría que calcularse sobre unos 200.000 euros, que será el coste total del préstamo incluyendo los intereses que deberá pagar el ciudadano.

El cierto que el Gobierno andaluz establece algunas exenciones . Así, los menores de 35 años pagan el 0,3%, que se reduce hasta el 0,1% cuando se trata de una vivienda habitual con valor inferior a los 180.000 euros y el comprador sea una persona con discapacidad.

Pero toda esta letra pequeña se perdió en el debate político por los nervios de los líderes regionales. La primera en reaccionar fue Susana Díaz. La presidenta anunció que tenía preparado un «paquete potente» de medidas para apoyar a los ciudadanos frente a los bancos, si bien iba a esperar a ver qué decidía el Gobierno central sobre este asunto.

Susana Díaz tenía preparado su mensaje que replicaron todos los cuadros del PSOE andaluz: « La decisión del Tribunal Supremo es desconcertante. Cuesta entender un fallo así que pone los intereses de las entidades financieras por delante del de los ciudadanos. Su rescate lo pagamos todos y aún no han devuelto nada».

Y mientras Susana Díaz hacía estas declaracione s sin conocer qué iba a hacer Pedro Sánchez, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se sentaba en la mesa de camilla del presidente, junto a Ábalos y Calviño, para tomar las decisiones al respecto que, a mediodía, comunicó Pedro Sánchez a los medios.

El líder del PP andaluz, Juanma Moreno también entraba en el debate afirmando que relegará «a la mínima expresión» el impuesto de las hipotecas. Moreno pedía a Susana Díaz «menos golpes de pecho y que rebaje la presión fiscal».

Más prudente fue el líder de Ciudadanos, Juan Marín , quien aseguró que la decisión del TS es «incomprensible» al tiempo que abogó por una reforma fiscal que conlleve la armonización de impuestos en todos los territorios.

Desde Adelante Andalucía, Antonio Maíllo era mucho más crítico recordando los «golpes de pecho» de los dirigentes andaluces con los responsables de las entidades financieras, «y las fotos permanentes que se han hecho con Botín, Fainé y los banqueros que mandan en el país».

«Susana Díaz ha presumido de alianza y complicidad con los banqueros y Juanma Moreno y Juan Marín, con su silencio cómplice han demostrado que están junto a los banqueros y los señoritos».

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