Los ginecólogos se indignan con Irene Montero al manifestar que hay violencia de género en el parto

El Ministerio podemita de Igualdad prepara un anteproyecto de reforma de Ley del Aborto donde afirma que hay «violencia obstétrica»

En Andalucía fue uno de los primeros lugares donde se practicó en contacto de la piel de la madre con el bebé tras el parto ABC

Romualdo Maestre

Un anteproyecto de reforma de Ley del Aborto promovido por el Ministerio de Igualdad de la podemita Irene Montero, ha levantado la indignación de los ginecólogos que trabajan en Andalucía. En él se hace referencia a una supuesta violencia obstétrica (relativa al parto) ejercida por los profesionales, tanto los que trabajan en la sanidad pública como la privada. La Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia (SAGO) ha dicho basta y decide plantar cara a la estrategia de Igualdad equiparando de forma generalizada la supuesta mala praxis de los profesionales sanitarios a una modalidad más de la violencia de género. Los ginecólogos andaluces han trasladado al Gobierno de la Junta de Andalucía su malestar por una estrategia que no se sostiene —entienden— desde el rigor sino desde «el partidismo y la estrategia política».

La Sago, que representa a un millar de ginecólogos y obstetras de Andalucía, considera «una aberración» que el Gobierno Central avale el criterio de las asociaciones feministas más radicales en su defensa de un término que la Organización Mundial de Salud acuñó para hacer referencia a las situaciones de falta de profesionalidad en la atención sanitaria a la mujer que se producen, de forma global, en todos los países del mundo. Una atención que arroja un panorama muy desigual entre naciones de África, Iberoamérica o Asia frente a la realidad que ofrecen los quirófanos andaluces.

«En toda España se sigue desde hace muchos años el documento del Ministerio de Sanidad de 2006 'Humanización del parto' y hablar de violencia obstétrica es una barbaridad», señalan los ginecólogos

La organización subraya que la equiparación de la praxis médica a la violencia de género no se ajusta «en absoluto» al modelo actual de asistencia al parto en las maternidades de la comunidad autónoma, centrado en la defensa en la mujer como guía principal y eje prioritario y estratégico de su calidad asistencial. Los datos de los partos equiparan a Andalucía con los mejores países del mundo, «incluso por encima de países del primer mundo como Estados Unidos u Holanda», sostiene el presidente de SAGO, Jesús Jiménez. El también jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Carlos Haya de Málaga aclara a este periódico que «claro que puede haber casos puntuales de malas prácticas, como en todas las profesiones, pero son minoritarios; en toda España se sigue desde hace muchos años el documento del Ministerio de Sanidad de 2006 'Humanización del parto' y hablar de violencia obstétrica es una barbaridad», puntualiza

La junta directiva de los ginecólogos mantuvo esta semana una reunión con la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, en la sede del Parlamento de Andalucía. A esta iba asistir también el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, que finalmente tuvo que ausentarse para asistir a la convocada por los presidentes autonómicos sobre la sexta ola del Covid. «La consejera entiende perfectamente y comparte la indignación de los profesionales andaluces porque ideologiza y radicaliza la sanidad y se ha comprometido a trasladar a la conferencia sectorial de Igualdad nuestra posición, dado que Irene Montero no ha convocado a ninguna sociedad científica hasta ahora en la negociación de la reforma de la Ley del Aborto», señalan los ginecólogos.

Según esta sociedad, Ruiz ha trasladado a su compañero Jesús Aguirre el contenido de su encuentro y se ha comprometido también «a ser receptiva a las peticiones que realicen los ginecólogos andaluces tras este primer encuentro, a promover campañas de sensibilización y a impulsar un debate parlamentario en pleno en apoyo a los profesionales sanitarios frente a lo considera falsedades interesadas que hay que desmontar», señalan.

«Faltar el respeto a los profesionales»

El presidente de la entidad considera que «hablar de violencia de género es faltar al respeto a los profesionales sanitarios de un sector que está integrado en más de un 80% por mujeres, ginecólogas, obstetras y matronas. La realidad de nuestros paritorios no es comparable con la de otros países. No se está poniendo en valor nuestra profesionalidad, se está obviando en este debate que es injusto, sesgado y malintencionado», denuncia. «Es una falta de respeto a los profesionales cuyo único interés es mejorar cada día la atención perinatal en nuestros Servicios», añade Jesús Jiménez.

El presidente de la Sago, Jesús Jiménez, en su reunión con la consejera de Igualdad de la Junta, Rocío Ruiz ABC

Rosa Ostos, la jefa de Servicio del Ginecología y Obstetricia del Hospital de Valme, que ha sido pionero en la puesta en marcha de un plan en la humanización al parto con la implantación del contacto piel con piel entre madre y bebé tras una cesárea, recuerda que el 91% de las encuestadas en relación con la atención al parto en Andalucía está satisfecha con el servicio recibido. Un 98,3% estuvo acompañada durante el parto y un 92,4% sintió que no la separaban de su hijo más tiempo de lo imprescindible. «Nos sentimos ofendidos cuando desde un Ministerio se dice que ejercemos violencia porque eso merma la confianza de las gestantes y sus familias, genera angustia y desconfianza hacia un sistema sanitario que funciona bien. No es aceptable ni serio por parte de una administración. Y mucho menos identificarlo como violencia de género cualquier incidencia en un parto que requiera instrumentalización. Más sentido común y rigor científico», es lo que reclama la doctora Ostos.

Más inversión

En su reunión con la Consejería de Igualdad, los ginecólogos expresaron también su compromiso por mejorar la calidad asistencial en todos sus parámetros para «mejorar y reforzar el plan de humanización de la atención sanitaria» . En este sentido pidieron igualmente una mayor inversión para adaptar las instalaciones hospitalarias a la humanización y fomentar la intimidad en la asistencia al parto. «Eso implica mayor inversión en formación y en infraestructuras», reconoce el vicepresidente de la SAGO, Gabriel Fiol.

Sago hizo público un manifiesto el pasado verano contra el uso del término de violencia obstétrica en el que condenaba «todo tipo de agresión verbal, práctica humillante, observaciones sexistas, burlas, reproches, insultos o gritos en los momentos de máxima vulnerabilidad para la mujer como es el parto», y se posicionan en contra la de esterilización y del aborto forzado o la denegación a las mujeres al acceso de métodos anticonceptivos modernos y eficaces. En su declaración de intenciones, defienden «el respeto a la intimidad y a la confidencialidad y solicitan a las administraciones los recursos necesarios para garantizar una asistencia de calidad a la salud sexual y reproductiva de las mujeres basada en los derechos humanos».

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