ANDALUCÍA
El gerente del SAS: «Las mareas sanitarias están politizadas, ahora no existen recortes»
Miguel Ángel Guzmán destaca el crecimiento del gasto en sanidad y reclama tiempo para que las mejoras empiecen a calar entre profesionales y ciudadanos
Miguel Ángel Guzmán (Málaga, 1963) aterrizó hace tres meses al frente del SAS, la macro agencia de la Junta de Andalucía que gestiona los principales hospitales públicos y centros de salud donde trabajan 94.241 profesionales. Su mayor desafío pasa por apaciguar los caldeados ánimos de los sanitarios y dar la vuelta a los recortes que sufrieron durante la crisis. Guzmán, que era director gerente de la Agencia Pública Sanitaria Bajo Guadalquivir y cuenta con una dilatada experiencia en el sector privado, sustituyó en noviembre a Miguel Moreno Verdugo, relevado en plena ola de protestas de las batas blancas.
Como médico, ¿cuál es su diagnóstico de la «joya de la corona», como llamaba Susana Díaz a la sanidad pública?
Tiene un diagnóstico grave y un pronóstico reservado. Si se le aplica un buen tratamiento, con toda seguridad sanará.
Su predecesor en el cargo duró sólo diez meses. ¿Eso supone una presión añadida para usted?
El reto que me ofreció el consejero supone una suficiente responsabilidad, pero no una presión añadida.
El presidente de la Junta asegura que se ha encontrado un «agujero» de 3.000 millones en el SAS. Este año se van a destinar más de 10.000 millones de euros por primera vez a la sanidad. Aun así, da la impresión de que cualquier presupuesto se queda corto, que es un pozo sin fondo.
Si somos capaces de hacer la suficiente prevención, acompañamiento de hábitos saludables, diagnósticos precoces, tratamientos rápidos y rehabilitaciones, habrá sostenibilidad. Cuando es el ciudadano el que decide cuándo va al médico, que tiene la libertad de hacerlo, faltaría más, es una cuestión más cultural que el hecho de que sea un pozo sin fondo. Lograremos que las enfermedades puedan ser detectadas incluso antes de que se manifiesten gracias a los avances de la tecnología.
De momento, lo que el ciudadano percibe es que se retrasa una prueba o una cita con su médico de familia. ¿Cómo va a resolver este problema?
Liberando las agendas de los médicos de atención primaria para que puedan ver más pacientes. Ya hemos hecho un proyecto piloto en varios centros de salud y hemos encontrado puntos de mejora. Este año toca extender ese modelo a toda la comunidad.
El consejero de Salud, Jesús Aguirre, prometió reformar la Atención Primaria para que cada médico pase consulta a 30 pacientes por turno. ¿Cómo va a conseguir que le dedique al menos diez minutos a cada uno?
Al acabar el año tendremos 30 pacientes por médico en su turno de trabajo y a cada paciente le dedicará el tiempo que corresponda. Algunas precisan más minutos que otras. La media que hemos calculado serán 10 minutos.
¿Van a aumentar los conciertos con hospitales privados que mantenía el anterior Gobierno del PSOE?
Vamos a seguir utilizando los conciertos con entidades privadas para hacer que las listas de espera mejoren. No se trata de incrementarlas o no, porque la colaboración se remonta a décadas anteriores. Nuestro primer objetivo es hacer eficientes los medios propios y complementarlos con el sector privado garantizar los plazos de asistencia comprometidos con los ciudadanos.
El PP ha presentado en el Parlamento andaluz una iniciativa que consiste en crear un instituto que absorbería la Escuela de Salud Pública y todas las fundaciones sanitarias. ¿Se va a blindar al personal de la administración paralela?
Con la voluntad de dar solución a esas entidades que formaban parte de la administración paralela, en el Parlamento se ha presentado un proyecto para crear una agencia administrativa que se va a llamar Instituto Andaluz de Salud, que va a tener dos patas: una es la investigación, que actualmente gestiona la Fundación Progreso y Salud con las entidades que cuelgan de ella, y la otra es la de formación, que desarrolla la Escuela Andaluza de Salud Pública, que en absoluto va a desaparecer.
¿Cómo va a cambiar la gestión?
La gran diferencia es el modelo de gestión y organización. El instituto tendrá una sede administrativa en Sevilla y dos direcciones generales: una de investigación, en Sevilla, y otra de formación, que estará en Granada, en la actual sede de la escuela, con lo cual ésta no desaparece sino que crece. Queremos potenciarla y optimizar lo que no se corresponda con sus fines.
¿Se van a mantener los directivos?
La estructura directiva se va a reducir, pero no va a afectar a los trabajadores. Nuestra intención es que crezca su actividad y se autofinancie para que el erario público no tenga que costear año tras año el déficit.
¿Le preocupa la fuga de médicos a otros territorios?
Nos preocupa y nos ocupa. Estamos haciendo acciones concretas para recuperar médicos fugados a otras comunidades y al extranjero.
¿Cómo van a favorecer ese retorno?
Lo primero es mejorar las condiciones salariales y laborales para que no se vayan a Murcia, Extremadura o Portugal. Dentro de la crisis que se genere en la UE, el Brexit puede tener un impacto positivo para que Andalucía recupere a profesionales que se fueron.
¿Cree que los profesionales tienen una sobrecarga asistencial?
No siempre hay la dotación necesaria para atender la demanda asistencial. Pero no es una cuestión sólo presupuestaria, sino que faltan médicos. Yo contrataría a médicos de Atención Primaria en muchísimos centros de salud alejados de las grandes ciudades si los tuviera y otras veces sustituiría las bajas de los profesionales. Pero la realidad es que no hay médicos parados. Si los hubiera, tendrían trabajo porque nosotros se lo ofrecemos. Lo primero que hemos hecho es incrementar nuestras plazas MIR, lo que debió hacerse hace muchos años. En la evolución de la pirámide de población y de demanda asistencial hemos encontrado que muchos médicos se están jubilando o se van a jubilar en los próximos años y no se han dotado las plazas de reposición. Tampoco se ha pensado en las especialidades más necesarias: médicos de familia, pediatras y anestesistas, principalmente.
Nada más llegar, el consejero denunció que había 506.408 pacientes ocultos, que no computaban en la estadística oficial. ¿Qué resultados ha dado el plan de choque iniciado en abril para bajar las listas?
El plan de choque finalizó técnicamente cuando empezó la alta frecuentación [por la gripe] y hemos tenido que dejar camas libres en los hospitales a personas con patologías respiratorias. Cuando se supere esta etapa, volveremos al ritmo normal de actividad quirúrgica de los hospitales. Ya no será un plan de choque sino una gestión integral desde que un médico de familia entiende que un paciente debe ser atendido por un especialista hasta que es intervenido. La lista de espera realmente empieza ahí. Luego viene la prueba diagnóstica y la espera quirúrgica, que están garantizada en tres tramos (90, 120 y 180 días). En la lista de espera quirúrgica hay ahora 167.000 pacientes. El medio millón de pacientes ocultos fueron saliendo de la lista de espera y otros han ido entrando.
Los profesionales se quejan de que el plan de choque consumió tantos recursos que dejó tiritando el presupuesto para contrataciones del SAS. ¿Hubo un error de cálculo a la hora de gestionar el presupuesto?
El tiempo de espera para operarse ha bajado de más de 200 días a 146. El plan ha sido eficaz. Que no ha sido todo lo eficiente en función del dinero que se ha invertido, probablemente. Si no hubiéramos llegado con la sana intención de atender a todos los andaluces que llevaban tanto tiempo esperando, lo habríamos diseñado con más tiempo, pero no lo tuvimos. Ahora que ya conocemos lo que podíamos mejorar, ya no lo llamamos plan de choque sino gestión integral o continua. Vamos a revisar todos los pasos en los que el paciente puede perder tiempo para intentar agilizar la visita al especialista, la prueba diagnóstica y la cirugía.
¿Se está haciendo el cribado del cáncer de colon?
Sí se está haciendo. Hay un perfil de pacientes al que se le aconseja que se haga la prueba de sangre oculta en las heces. Siempre que sea positivo, se le haría una colonoscopia y el tratamiento de la lesión si la tuviera. Eso está funcionando con normalidad, aunque no descarto que en algún punto de Andalucía pueda haber mayor demora.
¿El SAS no está renovando las subastas de fármacos que van venciendo. ¿Considera que el sistema implantado por los anteriores gestores, a pesar de sus sombras, ahorraba dinero? ¿Qué modelo alternativo va a implantar la Consejería de Salud?
Las subastas no forman parte de nuestro modelo de gestión porque, más allá de que produzca un ahorro, genera dos perjuicios al paciente: el desabastecimiento y que los medicamentos no tienen la suficiente calidad en los resultados porque así lo dicen miles de pacientes. Esa doble circunstancia nos hace apostar por la calidad y eficiencia. Conforme van venciendo los contratos, no se renuevan para poner en marcha otro sistema en el que la compra global para toda Andalucía beneficie a la Administración y a los farmacéuticos. Se están negociando precios con la industria farmacéutica y distribuidoras. Antes ganaba la subasta quien tenía el coste de producción más barato. El nuevo modelo va a ser la compra centralizada, la desaparición de la subasta y la colaboración con las farmacias, industria y distribuidores.
Mareas y protestas
Miembros de la asociación que lidera el doctor Spiriman le han pedido una reunión. ¿Va a recibirlos?
A mí no me consta, pero no lo descarto. A día de hoy estoy recibiendo a todo el mundo. A nadie le he dicho que no.
¿Considera que las mareas blancas sanitarias están politizadas?
Cuando estas organizaciones hablan de recortes, yo me hago una doble pregunta: primero, si saben sumar y, segundo, si tienen memoria. Si estamos dedicando más de 1.000 millones más a la asistencia sanitaria en 2020, habría que pedirle a la Real Academia que cambiase el significado de la palabra «recorte». La organización que lideraba Spiriman surgió por esos recortes, porque en aquel momento sí los había.
¿Por qué entonces mantienen activas las movilizaciones?
Porque cómo ha dicho en su pregunta, entiendo que no están justificadas por la gestión de este gobierno. Ahora mismo están politizadas porque todos los argumentos que están utilizando son irrealidades. No existen recortes, estamos contratando a más personal, dando estabilidad a los profesionales y avanzando todos juntos en mejoras que venían reivindicando desde hace años. Todo el mundo es libre de manifestarse, pero yo, sinceramente, no le encuentro justificación.
¿Por qué se ha convertido en el flanco más atacado por la oposición?
Es el servicio público más importante que tiene la comunidad, el más sensible y el que maneja el presupuesto más grande. Me apena ver cómo se usa un servicio básico para incendiar la opinión pública, incluso con noticias falsas. Hace pocos días en una televisión proyectó unas imágenes de camas en los pasillos de un hospital. Se decía que eran de Andalucía pero estaban grabadas en otra región y otra época.
¿Cómo se está afrontando la mayor demanda de asistencia por la gripe?
Se está notando muchísimo la demanda de urgencias en la asistencia primaria como hospitalaria. La campaña de alta frecuentación está siendo ejemplar porque estamos monotorizando tres veces al día la situación de todos los hospitales. Eso nos ayuda a reaccionar pronto en los puntos donde necesitamos refuerzos. No es cierto que haya camas en los pasillos. Hasta ahora hay tensiones pero se están controlando. La población puede estar tranquila.
¿Qué hospitales comarcales se van a abrir en los próximos tres años?
En esta legislatura, empezaríamos la actividad en los hospitales de Lepe, Estepona y el Militar en Sevilla. Abordaremos la construcción del hospital comarcal de Roquetas del Mar, e iniciaremos los hospitales de Jaén y Málaga.
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