Generación «nini»: Uno de cada cuatro jóvenes andaluces ni estudia ni trabaja

La crisis ha generado 124.000 jóvenes sin empleo ni interés por formarse en Andalucía

Un joven juega con una videoconsola  VICTOR INCHAUSTI

A. R. VEGA

Los datos son demoledores. Uno de cada cuatro andaluces de entre 15 y 29 años no tiene proyecto vital alguno. Ni estudia ni trabaja. Nada le entusiasma ni despierta su interés. No pueden emanciparse y los mantiene su familia porque el mercado laboral, devastado por la crisis , no les ofrece oportunidades.. Muchos de ellos, presa del desánimo, tampoco las buscan. Ni siquiera la formación les ofrece una airosa vía de escape y menos aún en la Andalucía de los 1.007.940 parados , donde la Junta ha perdido más de 800 millones de euros por tener paralizados los cursos de formación desde 2011.

En esta Comunidad 364.549 adolescentes y jóvenes engrosaban la denominada generación nini en 2014. El 25,5 por ciento de la población que tiene entre 15 y 29 años , según los datos estadísticos acerca del Nivel de Formación y Formación Permanente publicados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y extraídos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) encendió las alarmas sobre el aumento de jóvenes que ni estudian ni trabajan en los países del sur de Europa.

Si España es el país que más ninis concentra dentro de la OCDE, Andalucía destaca como la comunidad donde éstos tuvieron una presencia más abrumadora durante el pasado año. Sólo Canarias le supera por una décima (25,6%). El registro andaluz supera en cinco puntos a la media nacional (20,7%) y está diez puntos por encima del promedio en los países de la OCDE (15%).

En 2014, por primera vez en siete años, se produce un descenso de los jóvenes que ni estudian ni trabajan

El número de ninis ha crecido de forma exponencial a medida que se agudizaba la crisis . Hay 124.000 jóvenes más (8,7%) atrapados en esta situación de indolencia como resultado de la precariedad y la inestabilidad laboral. En 2007 no estudiaban ni trabajaban el 16,8 por ciento de los andaluces en la citada franja de edad.

Primera disminución

Los datos de 2014 invitan a un cierto optimismo. Siguiendo la misma tendencia que se aprecia en España, por primera vez en los últimos siete años hubo un descenso en sus filas . Un año antes, en 2013, el 28,1 por ciento de los jóvenes andaluces engrosaban esta generación sin perspectivas que corre el riesgo de vivir peor que sus padres.

En cambio, los ninis con menos formación, con la escolaridad obligatoria o sin ella, son aún más numerosos en el último año. El abandono escolar temprano, que afecta al 25,1 por ciento de los jóvenes , suele ser un factor determinante. Mientras que el 35,7 por ciento de los que ni estudian ni trabajan tienen la escolaridad obligatoria o ni siquiera han conseguido el graduado, una formación más limitada de la que exigen las empresas para contratar a su personal.

La proporción se reduce al 18,2 por ciento entre los que poseen el nivel de Educación Secundaria segunda etapa y Superior (post-obligatoria). Del mismo modo, el paro castiga más a los que están peor cualificados . El 41,3 por ciento de los jóvenes de entre 16 y 34 años con el nivel de formación más bajo están en el paro.

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