Así funciona la guerra entre los narcos y las Fuerzas de Seguridad en La Línea
Las mafias de la droga suben un escalón en sus fechorías y no sólo alijan en pleno día, sino que agreden a los agentes
![Las barreras en la desembocadura del Guadarranque impiden que escondan las zodiac](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2017/05/21/s/droga-linea-policia-k7EG--620x349@abc.jpg)
Ver acercarse un Toyota Grand Land Cruisier a la playa no tendría por qué levantar las sospechas de nadie. Es uno de los mejores todoterreno que se mueven por la arena. Salvo si estamos en la playa de Tonelero en La Línea de la Concepción . Entonces hay demasiadas posibilidades de que se trate de un desembarco de droga, hecho a pleno luz del día, después de haberse cerciorado que la zona está limpia de policías y guardias civiles. Como si no fuera con ellos, una docena de hombres con trajes de neopreno son capaces de descargar una lancha semirrígida con tres toneladas de droga en diez minutos. El descaro de los narcos asombra a propios y extraños. Nadie habla de cifras , pueden ser un centenar, un millar o dos, pero una pequeña mafia se ha instalado en La Línea, ante la perplejidad de su población.
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«La inmensa mayoría del pueblo está asqueada con el narcotráfico , esto está creando un efecto llamada que tiene que acabar». Son palabras de Juan Franco, alcalde de una de las localidades de Cádiz más castigadas con el paro, un 35%. «Nuestro problema es que tenemos a Marruecos pared con pared, que aquí hay una bolsa de pobreza tremenda y que una parte, yo no sé cuántos, está participando de estos hechos ilegales, con la mala imagen y el desprecio que supone para La Línea », continúa el regidor linense.
Desde las azoteas
En el argot se les conoce como «los puntos» , pueden estar en una esquina, montados en una motillo de esas que no necesitas carné, en un coche, o en una azotea estratégica con mucha visibilidad. Su trabajo, por llamarlo de alguna manera, consiste en vigilar a las patrullas de la Guardia Civil. Usan teléfonos móviles de usar y tirar, o «walkie-talkies» para no dejar rastro de las llamadas. «Pueden ganar mil euros al día», afirma Juan Encinas , el secretario provincial en Cádiz de la AUGC, la Asociación Unificada de Guardias Civiles.
Que la impunidad con que actúan estas bandas de narcos va en aumento lo demuestra el hecho de que en los dos últimos meses ha habido dos ataques a agentes del orden. El primero ocurrió en abril, cuando un coche patrulla de la guardia civil tuvo que pedir refuerzos a la Policía Nacional porque cerca de un centenar de vecinos les apedrearon cuando intentaban abortar una operación de alijar droga a través del puerto. Hubo un herido leve . Y en mayo otro caso de un agente que recibe una paliza camino del trabajo, a las seis menos cuarto de la mañana, tras advertir con sus luces a unos conductores que están haciendo maniobras extrañas .
«Se roban entre ellos»
«Aquí nos conocen, saben el colegio donde van nuestros hijos , nuestros coches y los supermercados donde compramos los fines de semana, pero esto es muy chico y también nosotros sabemos quiénes son. Al final, todo el que juega con el fuego de la droga tarde o temprano acaba quemándose, o las propias bandas se lo quitan de enmedio, porque también se roban entre ellos», manifiesta un agente que trabaja en la zona y prefiere mantener el anonimato.
![Pedrada en un coche de la Guardia Civil](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2017/05/21/s/pedrada-guardia-civil-k7EG--510x286@abc.jpg)
Cuando hablamos de cifras , los números escandalizan. Un piloto con «caché» en el mundillo narco, experimentado en el manejo de una «zodiac» con 900 caballos de potencia, puede embolsarse treinta mil euros en un viaje de Marruecos a España . La cantidad es proporcional no sólo al riesgo, que también, sino a lo que cuesta lo que transporta, hasta cien bultos de hachís a 30.000 euros cada uno: tres millones en total. Que se multiplicarán exponencialmente en cuanto se despiece la droga y se venda en la calle por tabletas y «posturas».
Llegan «los negros»
Esta pasada Semana Santa, cuando hubo otro escándalo de desembarco con una playa llena de gente se reunió la junta local de Seguridad del Ayuntamiento. Y les prometieron mandar a los GRS, los antidisturbios de la Guardia Civil . Se les conoce como «los negros», por el color de su uniforme. Mientras estuvieron en La Línea no se movió nada. «Pero no podemos militarizar la ciudad», se queja el alcalde, Juan Franco. «Necesitamos que se refuercen los efectivos de la Guardia Civil, pero acompañado de un plan estratégico especial que acabe con el retraso económico de esta ciudad. Competimos con Gibraltar , donde las sociedades pagan un 10 por ciento de impuestos, yo tengo 8.700 parados , el 95 por ciento de ellos sin estudios secundarios, que pueden caer en el contrabando de tabaco y en manos de las mafias» justifica el regidor independiente de La Línea.