Francisco Serrano (Vox) asegura ahora que no ha defendido a la Manada
Retira de sus redes sociales su polémica entrada tras las críticas de la dirección de su partido, que lo ha desautorizado
El presidente de Vox en el Parlamento andaluz, Francisco Serrano, ha defendido este domingo que se «ha limitado a criticar a título personal» la sentencia condenatoria por agresión sexual a los cinco miembros de la Manada, la cual fue dictada «bajo la presión mediática de grupos que poder que quieren imponer sus prejuicios».
Así lo ha expresado Serrano después de que este pasado sábado lamentara la decisión del Tribunal Supremo (TS), organismo que les condenó por un delito de agresión sexual y no de abuso sexual como sí se hizo en primera instancia, dado que, en su opinión, la sentencia apunta que «hasta un gatillazo podría terminar con el impotente en prisión», y «la diferencia entre el sexo gratis y pagando es que el gratis te puede salir más caro».
Fruto de estas declaraciones, en la tarde de este pasado sábado, el portavoz parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández , desvinculó al partido de las palabras de Serrano señalando su «máximo respeto por las resoluciones de los Juzgados y Tribunales».
Espero que con este comunicado quede aclarada la polémica suscitada en el día de ayer en relación a una opinión crítica vertida a título personal, y en el marco de mi Libertad de expresión... que cada vez se ve más constreñida. pic.twitter.com/lDj1U96UQ2
— Francisco Serrano (@FSerranoCastro) 23 de junio de 2019
En este sentido, el líder de Vox en Andalucía ha difundido este domingo un comunicado en su cuenta de Twitter tras borrar la polémica publicación de sus redes sociales subrayando que «en ningún momento ha defendido a los miembros de La Manada porque son unos machistas con los que d e forma maliciosa se ha querido identificar a la población masculina heterosexual española ».
Así, ha reiterado que se ha «limitado a hacer crítica de una sentencia en base a una circular de la propia Fiscalía General del Estado, la Circular 1/2018, sobre cuestiones que suscita la nuevaregulación de segunda instancia en materia penal».
«Agravar la pena o condenar a un absuelto en primera instancia, va en contra del principio de inmediación en la apreciación de la prueba, por lo que hubiera sido necesario repetir el juicio ante el Supremo, o la práctica de toda la prueba y la audiencia de los acusados».
Su condena
«Puedo hablar con propiedad sobre la materia, pues precisamente esa fue la causa por la que se anuló mi condena por prevaricación dolosa ante el Tribunal Supremo por parte del Tribunal Constitucional », ha expresado a la par que ha señalado que « de forma quizás inapropiada y no comprendida he querido advertir de las graves consecuencias que una interpretación literal de esta sentencia puede conllevar de futuro para la relaciones entre hombres y mujeres».
Cabe recordar que Francisco Serrano fue condenado por prevaricación a diez años de inhabilitación para la carrera judicial por el Tribunal Supremo , condena que el Tribunal Constitucional redujo a dos años de inhabilitación que ya ha cumplido.
Precisamente, ha dicho estar en contra de «violadores y maltratadores pero, ha continuado, también defiendo que han de serjuzgados en un proceso penal con todas las garantías. A un violador o maltratador, se le debe imponer la Ley con toda la severidad, proporcional al daño infringido a su víctima. Por ello, en muchas ocasiones, incluso sería necesario agravar las condenas e imponer la pena de prisión permanente revisable».
«Lobbies de poder»
Igualmente, ha manifestado que respecta las resoluciones judiciales «como no puede ser de otra forma, pero critica que se dicten bajo la presión mediática de grupos de poder, que quieren imponer sus prejuicios frente a las garantías del proceso».
«¿Se imaginan las reacciones que hubiera habido, si la sentencia absuelve o hubiera mantenido la condena por abuso sexual? El principio de independencia judicial desaparecería si los jueces son sometidos a ese tipo de presiones . Al final no serán los tribunales los que juzguen en libertad, sino la presión de la calle dirigida por los lobbies de poder».
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