La feria de Susana Díaz

La presidenta toca a rebato en el partido: «Estamos en campaña»... haya pacto o no de Pedro Sánchez en Madrid

Susana Díaz EFE/ JULIO MUÑOZ

JUAN J. BORRERO

«Estamos en campaña». La consigna quedó clara para los que participaban el martes en la reunión convocada por la presidenta Susana Díaz en la sede regional del partido socialista. Todos los consejeros y sus colaboradores recibían el mandato de tensionar a sus entornos y colocarles en modo electoral. Tienen además que practicar durante las próximas semanas un ejercicio de estrabismo político, para no perder de vista a Pedro Sánchez y sus cada día más escasas posibilidades de pacto de gobierno.

En esa dualidad vive el socialismo andaluz y así seguirá hasta el 2 de mayo si antes no hay fumata de acuerdo para la Moncloa, una posibilidad ora inminente, ora remota que muta en cuestión de horas. En solo tres días Sánchez ha pasado del desastre del tripartito, al ninguneo de Podemos . En su entorno ya aceptan que la gran coalición, que siempre negó de forma vehemente, puede ser su última oportunidad para sobrevivir como líder socialista.

A Díaz le esperaba una plácida semana de Feria en Sevilla una vez pospuesta la celebración del Congreso federal. De haberse mantenido la fecha inicial, estaría en pleno trance de confirmar o desmentir su definitivo asalto a Madrid . Por eso tendrá la Feria en paz... si Madrid no cambia el guión. Como los buenos entrenadores de fútbol, por si acaso, ha convocado al equipo para que nada les distraiga.

La semana que acaba ha demostrado hasta qué punto hay nervios . El fraude de la formación desgasta al PSOE más de lo esperado. Los otrora dóciles socios de Ciudadanos, que dejaron mucha piel para diseñar al gusto socialista la comisión parlamentaria de investigación, han sacado la tarjeta amarilla ante el boicot de la Junta en el envío de la información de los cursos, una polémica que irá a más cuando se advierta que la documentación requerida llega con taras, por kilos... y sin seleccionar.

La posición de Ciudadanos es una de las principales preocupaciones en el PSOE-A. Hay evidencias de que a los socios de la investidura se les agria el carácter según se desvanecen las expectativas de pacto en Madrid . Desde el jueves, Ciudadanos tiene más que evidencias de que Sánchez puede dejarles en la estacada. Y los de Rivera también tienen directrices para cambiar de registro si se rompen los puentes con el PSOE.

Resulta llamativo que esta semana, por segunda vez en la legislatura, Ciudadanos se abstuviera en el Pleno para bloquear a Susana Díaz en un tema de calado: la regulación de los trabajadores de la extinta Faffe en el organigrama de empleados públicos de la Junta. Ese bloqueo aviva la polémica de los «enchufados», un tema que duele a los funcionarios, colectivo que a Díaz no le interesa exasperar. En la hoja de ruta presentada por la presidenta estaba utilizarlos en la nueva pelea con el ministro Montoro, un destacado colaborador cuando se trata de airear la bandera del victimismo. Susana Díaz ya había advertido en su charla a los consejeros de que había que aprovechar el filón de Montoro para rescatar las pancartas de «no más recortes sociales».

La reunión secreta de Pedro Sánchez con el independentismo catalán y su presunta promesa de privilegios en la financiación, contraprogramaba la estrategia andaluza. Pero su efecto ha sido fútil. Cataluña incluso puede convertirse en un aliado con la oferta del presidente Puigdemont de armar ahora un frente común autonómico, porque refuerza la posición del PSOE andaluz si hay que negociar con el PP un futuro pacto de Gobierno. En ese escenario Susana Díaz va a tener mucho que decir. Si el PSOE decide explorar ahora las posibilidades de la gran coalición antes que aceptar la repetición de las elecciones, la presidenta andaluza ganará necesariamente protagonismo .

Pero los socialistas andaluces no se fían de lo que la dirección federal pueda hacer estos días. El fracaso anunciado del pacto con Podemos puede ser coyuntural. El resultado del referéndum a las bases del círculo morado será un nuevo argumento para continuar con el juego del abejorro que Pablo Iglesias practica con Sánchez desde el primer día. El líder socialista debe saber a estas alturas que Iglesias solo pretende que llegue lo más mermado posible a las urnas. Pero las urgencias de Sánchez pueden meterlo de nuevo en el bucle de la izquierda radical. Por eso la urgencia de iniciar la campaña. Díaz sabe, como todo el mundo, que el resultado del 26-J en Andalucía será clave para descifrar el futuro del PSOE después de junio.

Los próximos días prometen ser una feria de poses y despistes. En el baile de Madrid hay continuos cambios de pareja, y la estabilidad del Gobierno andaluz depende en parte de lo que ocurra. Por eso Susana no está para farolillos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación