OPERACIÓN PICADO

Las fábricas clandestinas de tabaco de liar, al descubierto

Una operación de la Guardia Civil y de la Agencia Tributaria saca del mercado 41 toneladas de mercancía, la mayor incautación de la historia

Cajas con tabaco aprehendido en esta operación ABC

SILVIA TUBIO

El contrabando de tabaco es una de las actividades ilegales que ha resurgido con fuerza a raíz de la crisis. Una realidad contra la que luchan los estanqueros que sufren desde hace años una caída sin freno en las ventas. Así, por citar un ejemplo, uno de cada dos cigarrillos que se consume en la provincia de Sevilla es de contrabando; lo que provocó un impacto económico negativo de 245 millones de euros el año pasado, según datos de Altadis conocidos en septiembre.

Pero además de las cajetillas que se comercializan al margen del fisco, la industria tabaquera clandestina ha dado una vuelta de tuerca más poniendo en circulación un producto aún más barato, que elude los controles sanitarios y fiscales, y que responde a una demanda específica: el tabaco de liar que se elabora en plantas ilegales que operan en España .

La Guardia Civil y la Agencia Tributaria están ejecutando una operación, cuyos primeros resultados fueron conocidos ayer. Una empresa de productos fitosanitarios y abonos, instalada en Madrid, estaba vendiendo tabaco de picadura con un producto de origen (las hojas de la planta), que había sido importado por proveedores polacos o asiáticos o vendido por un suministrador español pero sólo con fines agrícolas.

Hasta la fecha, los funcionarios policiales han detenido a once personas y ha intervenido 41,5 toneladas de tabaco , que equivaldría a cuatro millones de cajetillas de cigarrillos con un valor de 6.640.000 euros. Se trata de la mayor incautación de estas características jamás realizada.

No es la primera vez que los cuerpos policiales descubren sociedades que se dan de alta en el sector de los productos agrícolas, pero que en realidad se dedican a una actividad completamente distinta : la manipulación y transformación de hojas de tabaco en bolsas de picadura para su consumo. Un mercado que debido a la demanda actual genera muchos más beneficios, los cuales se multiplican porque tampoco pagan impuestos.

El general de la IV Zona de la Guardia Civil, Laurentino Ceña, explicaba ayer a los medios, en una rueda de prensa, que estas empresas que enmascaran su verdadera actividad están poniendo en circulación una sustancia «que no ha pasado ningún tipo de control y que tiene su base en unas hojas que los proveedores destinan exclusivamente a abonos y productos agrícolas no al consumo humano. Existe un riesgo añadido para la salud».

La empresa desmantelada en Madrid fue descubierta a partir de una primera denuncia del sector estanquero que detectó en la pasada primavera un incremento de las ventas del tabaco de liar de contrabando en la provincia de Jaén. La tendencia era tan pronunciada que se había convertido en la zona del país donde había disminuido más el comercio reglado, en torno a un 7%.

Precios por los suelos

Ventas clandestinas que se realizan en domicilios particulares y en negocios y que tienen como principal reclamo el bajo precio . Así, esta red empresarial estaba poniendo en circulación bolsas con tabaco para 21 cigarrillos por un euro. Un precio sin competencia. Si bien, los vendedores que compraban directamente en los almacenes de Madrid tenían que hacer pedidos mínimo de un kilo , como los tratos con mayoristas.

La «operación Picado» sigue abierta porque los funcionarios están convencidos de que la red de clientes de la empresa de Madrid no se centraba sólo en la provincia de Jaén, donde se detectaron puntos de venta en las localidades de Úbeda, Jódar o Linares. Hay indicios de que también habían ampliado mercado hacia Portugal.

En estos momentos los investigadores analizan la documentación de la citada sociedad –de la que no han trascendidos más datos que ayuden a identificarla– para determinar el alcance real de su volumen de negocio, puesto que además de las ventas directas, tenían «una potente» línea de comercialización a través de internet. Además de bolsas con picadura, los clientes podían comprar máquinas para picar.

Precisamente la importación de esa maquinaria procedente de EEUU que hacía la empresa para revenderla a sus clientes fue otra de las evidencias que manejaron los investigadores para concluir que no estaban ante una sociedad dedicada a los abonos.

El delegado especial de la Agencia Tributaria en Andalucía, Alberto García, ha animado a los ciudadanos a denunciar. «El fraude y el contrabando tienen consecuencias negativas para la economía y para las sostenibilidad de las arcas públicas». El año pasado llegaron a la Agencia Tributaria 1.800 denuncias desde Andalucía.

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