Elogio póstumo a Vozmediano, defensor «incómodo» de Doñana

El homenaje tuvo lugar en la Casa de Pilatos promovido por conservacionistas

Imagen de la sala palaciega de la Casa de Pilatos en el homenaje a Vozmediano Vanessa Gómez

Romualdo Maestre

El miércoles tres de abril, en la Casa de Pilatos, el espíritu de Jesús Vozmediano, estuvo presente en forma de epítetos elogiosos por los cuatro conferenciantes que lo homenajearon: trabajador incansable, finísimo jurista, apasionado por su trabajo, honrado hasta más no poder... Y de eso es de lo que se trataba, que su muerte no sirva para que caiga en el olvido mientras permanezca su obra , con el parque Nacional de Doñana como luz y faro de su misión conservacionista.

Abrió el acto el anfitrión, Ignacio Medina, duque de Segorbe . El también presidente de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli destacó «la extraordinaria dignidad con la que se fue Jesús» y su pasión por sus viajes por el mundo en busca del estilo clásico en ciudades como París, Viena y Copenhague. Si algo podía resumir los logros de su «extraordinaria personalidad, su relación amable y cariñosa, su vida intensamente vivida» , era su amor por la naturaleza «para todos y para siempre». El duque reveló como anécdota los libros de naturaleza que le mandó pocos días antes de morir «porque ya no le cabían en su casa».

Vozmediano fue «un adelantado en sus días, con tal cantidad de inquietudes y proyectos que hubiera necesitado varias vidas»

Siguió el escritor y periodista Pablo Ferrand con una disertación sobre la «gran obra a favor de la naturaleza y de todo lo que tuviera que ver con la vida y la cultura en el sentido más universal, pero sobre todo aplicada a la mejora y conservación del medio ambiente». Para Ferrand Vozmediano fue «un adelantado en sus días, con tal cantidad de inquietudes y proyectos que hubiera necesitado varias vidas —como decía su mujer Pilar Acosta—, para estar medianamente satisfecho». «Su disciplina era inseparable del orden más estricto que se pueda uno imaginar: todo lo apuntaba, lo archivaba y lo ponía en marcha cada mañana desde muy temprano», continúa su relato, donde los «números, referencias, etiquetas y un sinfín de listas y fichas distinguían su despacho de abogado».

Ferrand cree que Vozmediano pronto se convirtió «en un personaje incómodo para esos gestores pasajeros de la naturaleza, hasta que determinaron cambiarle el día de las reuniones del patronato de Doñana para que coincidiera con el de su bufete y evitar su presencia. No querían problemas y había que tapar los puntos negros y carencias del Parque Nacional».

Prácticas forenses

Adolfo Arenas, abogado y ex presidente del Consejo de Cofradías y Hermandades, manifestó ante los presentes estar convencido de que la figura «humana, cordial» de Vozmediano está «aquí con nosotros», porque «una persona sólo se va cuando su recuerdo desaparece y no es el caso». Arenas recordó las prácticas forenses que realizaba en el Colegio de Abogados donde su memoria aún perdura y lamentó la pérdida que para una asociación en defensa del patrimonio como Adepa , a la que pertenecía junto a muchas otros, supuso.

Cerró el homenaje el doctor Javier Castroviejo , ex director de la Estación Biológica de Doñana, quien tras pedir unos minutos de silencio por Vozmediano, fallecido en enero de este año, repasó su memoria gráfica con una serie de fotos proyectadas. «Tuve la suerte de encontrarme con una persona original, de enorme elegancia, moral e intelectualmente hablando» , dejó constancia el científico. «Independiente y claro no toleraba la incoherencia ni la chabacanería, sabía ir de lo universal a lo local y no concebía la naturaleza sin el hombre», concluyó, en una sala palaciega pequeña que se llenó de grandes admiradores.

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