Elecciones en Andalucía 2018
Debate elecciones andaluzas: Díaz recurre al miedo a Vox para defenderse de PP y Cs
Los candidatos de la oposición se fajaron en sacar las vergüenzas de la gestión socialista en un debate más dinámico

Era el último de los debates televisivos y había que fajarse duro. A sólo seis días de las elecciones, los tres candidatos de la oposición se emplearon en la noche del lunes principalmente en intentar sacar las vergüenzas de quien lleva gobernando Andalucía casi cuatro décadas .
Si en la primera de las contiendas en Canal Sur brilló por encima de todo el enfrentamiento entre Partido Popular y Ciudadanos , anoche en el plató de RTVE —y aunque también hubo numeroso y crispado fuego cruzado— fue Susana Díaz la que se llevó la mayor parte de invectivas del resto .
Era lo que ella esperaba y así lo había anunciado. Pero a pesar de llegar preparada, y como siempre le ocurre en estos lances, demostró que está más cómoda en un mitin que en un debate . Muy seria y con el gesto agrio , tildando de «nerviosos» a sus adversarios y negando la mayor antes los argumentos de los demás, llegó a afirmar que hubiese sido mejor que su atril hubiera estado separado del resto.
Con todo, Díaz saldó airosa el último envite antes de las urnas con su plan reiterado: advertencia ante el «bloqueo» al que sus adversarios quieren someter a Andalucía y miedo ante las reformas de «la derecha». Con una novedad. La introducción del elemento Vox en el debate . Hasta en dos ocasiones preguntó a Juan Marín yJuanma Moreno si están dispuestos a pactar con la fuerza que dirige Santiago Abascal para desalojarla del poder. Lo hizo inmediatamente después de que Juan Marín le inquiriera si pretende dejar la economía de la región en manos de Podemos . «Eso significará que nos volverán a meter la mano en la cartera a todos los andaluces», alertó.
Fueron ambas sólo dos de las innumerables preguntas capciosas que se dedicaron los contendientes y quedaron sin responder. En general, el de ayer fue un debate más animado y ágil que el de la semana anterior , con numerosas interrupciones, disertaciones más cortas y continuas acusaciones al adversario de estar mintiendo. El menor encorsetamiento también se tradujo en fallos con el cronómetro y errores en la realización , todo lo cual contribuyó a dar mayor viveza a un «espectáculo» que de otro lado tampoco pasará a los anales de los debates.
Especialmente renovada estuvo la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez , mucho más parecida a la que ha puesto de los nervios en más de una ocasión a la presidenta en el Parlamento. Hasta el punto de crisparla cuando vino a poner en duda uno de los principales mantras defendidos por la presidenta: que durante su mandato no ha habido casos de corrupción, recordando los casos de Fundación Guadalquivir en Córdoba y del preisdente de la Diputación de Huelva . Díaz, también como en los debates parlamentarios, le respondió con su tradicional displicencia . «Ponga los pies en el suelo porque esto no es ‘Juego de Tronos’» le espetó acusándola de querer doblar el presupuesto para servicios sociales.
Aristas en el «bloque del cambio»
Hubo también, aunque en menor medida, pelea en el «bloque del cambio». Más beligerante con Moreno fue Marín —aún dolido por haber sido comparado con un perro— que viceversa. Contra el «señor Bonilla» dirigió muchas de sus diatribas, recordando los casos de corrupción protagonizados por el PP. Juan Marín tuvo para todos. Se metió con los populares pero fue muy duro con Susana Díaz , hablándole de corrupción en su partido hasta cuando no tocaba. La presidenta le tuvo que recordar de nuevo lo de «quién le ha visto y quién le ve».
También tuvo contra Teresa Rodríguez , con quien el principal enfrentamiento se produjo durante el bloque territorial. La líder de Podemos, por su parte, le había afeado que se presentara como garante de la regeneración «cuando en unos sitios apoya a los de la Gurtel y en otro a los de los ERE ».
Juanma Moreno, por su parte, volvió a demostrar que se maneja bien en los debates . Sereno y aunque algo reiterativo en sus mensajes, como el del ya famoso «BMI» (Bajada Masiva de Impuestos), ayer se dedicó prácticamente sólo a dar estopa al PSOE.
Acudió al plató pertrechado con los habituales tablas y cuadros pero también con fotografías de hospitales semiderruidos y ejemplos de citas médicas concedidas con meses de tardanza. Y, como colofón, tres cajas llenas de dossieres de asuntos corruptos del PSOE . «Tengo claro quién es mi adversario político», le dijo a Marín.
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