Medio Ambiente
El ecosistema andaluz, en peligro por la invasión de especies exóticas
La Junta de Andalucía detecta un aumento del número de animales y plantas procedentes de otros países que dañan el hábitat natural de la región
El galápago de Florida, que desplaza al autóctono, altera , por su voracidad, el ecosistema acuático y constituye un riesgo para la salud humana al actuar como trasmisor de la salmonelosis, es una de las especies invasoras que coloniza el hábitat andaluz. Figura en un catálogo de la Consejería de Medio Ambiente , junto a otros reptiles, crustáceos, invertebrados y algas, cuyo denominador común es su procedencia exótica y el impacto negativo que producen en el entorno.
Al abrigo de la globalización, la presencia de especies invasoras se ha elevado drásticamente en Andalucía . Decenas de animales y plantas exóticos que hace 5 años no estaban presentes, colonizan ahora hábitats en los que hasta su llegada permanecían especies arraigadas en el ecosistema andaluz. El poder devastador de los recién llegados es de tal magnitud que la administración autonómica, que se emplea a fondo contra ellos, admite que destruirlos es complicado. «Intentamos frenarlos, pero por ahora vamos empatados», aclara Fernando Ortega, jefe de servicio de flora y fauna de la Consejería, quien resalta el enorme esfuerzo desarrollado por la Junta para combatir la invasión.
Una especie vegetal como el jacinto de agua , que se expande con rapidez por ríos andaluces, es un peligro real por su capacidad colonizadora. Como lo es el galápago de Florida, si bien ha tenido éxito la estrategia desarrollada para capturarlo, consistente en poner trampas en piedras en las que toman el sol. Esto, unido a la prohibición de su venta, permite prever que se expulsará a esta especie, pero, según pronostica Ortega, será seguramente sustituida por otra cuya comercialización esté permitida.
Al igual que el galápago, la cotorra argentina también procede de ambientes domésticos . Esta ave además de destruir, por ejemplo, los tubos de los aparatos de refrigeración antes de que sus propietarios lo suelten, coloniza una vez libre los espacios andaluces. La cotorra es una especie fuerte, sin apenas depredadores en Andalucía, y muy dañina, sobre todo para la vegetación, ya que arranca las cortezas de los árboles.
Responsabilidad del hombre
La Junta resalta la responsabilidad del ser humano en la invasión de las especies exóticas . El galápago, por ejemplo, llega a los ríos andaluces porque lo sueltan en ellos personas que lo adquieren como mascota y descubren que, al crecer, se convierte en un animal peligroso para los niños. El adjetivo le cuadra: en los ríos se muestra tan voraz que depreda peces, anfibios e incluso crías de aves acuáticas. La vegetación flotante tampoco sale indemne de su paso.
Otras especies llegan directamente por mar . En concreto, en los depósitos de lastre de los barcos, cuyo contenido depositan en el Guadalquivir. En ellos sobreviven larvas de cangrejo chino. En Sevilla se han hallado ejemplares de este peligroso crustáceo, capaz de horadar infraestructuras. Sin salir del agua, el ñame es una especie vegetal que ha invadido humedales andaluces. Los ecosistemas palustres, los que contienen casi permanentemente agua, como las marismas, son especialmente sensibles a la invasión por parte de especies alóctonas. Además, una vez los colonizan, las posibilidades reales de erradicarlas son limitadas.
Previsiblemente, es más fácil capturar mapaches, que son los nuevos inquilinos del ecosistema andaluz. En concreto, han sido avistados ejemplares en el parque nacional de Doñana y en otros lugares de la región. Los expertos advierten de que es una especie muy agresiva capaz de desplazar a otros animales, como el gato montés y el lince ibérico.
En el ámbito vegetal, la falsa acacia, procedente de Estados Unidos, es un árbol que coloniza riberas y sus zonas de inundación . De ahí que se lleve a cabo su tala, en tanto que en otros espacios se prepara el terreno para la plantación de especies nativas y la recuperación del espacio que ha sido previamente invadido, por, entre otras especies, la uña de león.
Eso en tierra. En el mar, un alga exótica que se asentado en el sur de Tarifa también alteran el hábitat . También lo hace el mosquito tigre, que se ha afincado en Andalucía porque el cambio climático facilita su adaptación. De ahí que esté presente en zonas como Málaga, cuya temperatura propicia el asentamiento de determinadas especies. De hecho, las zonas costeras, los puertos y los humedales son lugares que concentran mayor presencia de invasores.
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