RETIRO DORADO

Diego Valderas ha cobrado 100.000 euros de «pensión» de la Junta poco antes de su fichaje

Su nombramiento como comisionado de la Memoria Histórica sacude el avispero de IU y Podemos

Valderas con Susana Díaz en presencia de Rosa Aguilar ABC

A. R. VEGA

La presidenta andaluza, Susana Díaz, quiere repescar para su Gobierno a Diego Valderas creando un puesto a la medida de su antiguo vicepresidente. Para hacer realidad este empeño personal de la mandataria socialista, el Parlamento andaluz tiene que modificar una ley, la de Memoria Histórica, que lleva poco más de dos meses de rodaje.

La norma, que fue aprobada sin ningún voto en contra el pasado 15 de marzo, retornaría a la Cámara con el único objetivo de buscarle encaje legal al cargo de comisionado de la Memoria Histórica. Este puesto, hasta ahora inexistente, se crearía ex profeso para el anterior coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía.

De momento, la apuesta personal de Díaz sólo ha recibido los parabienes de su partido, el PSOE

Susana Díaz justificó su designación asegurando que «reúne el perfil de una persona con el prestigio y reconocimiento de todas las fuerzas políticas» y que es necesaria para «dar agilidad y velocidad» a la Ley de Memoria Histórica y Democrática.

De momento, su apuesta personal sólo ha recibido los parabienes de su partido, el PSOE, y los de Ciudadanos, su socio de gobierno. Su portavoz, Juan Marín, se apresuró a darle de antemano «la bienvenida». Pero el rescate de Valderas tiene un innegable efecto desestabilizador en la confluencia de IU y Podemos . Provocó este lunes una fuerte convulsión en la formación comunista, cuya dirección colegiada emplazó a Valderas a rechazar la oferta. El exdirigente de IU optó, en cambio, por guardar silencio.

El comisionado facilitaría un retiro dorado a Diego Valderas , de 64 años, sin vida profesional ya fuera de las estructuras políticas. La oferta le llega en el momento más oportuno. Al que fuera presidente del Parlamento andaluz durante la llamada «legislatura de la pinza» (1994/96) se le agotó el pasado mes de enero la asignación económica que percibía por razón de cese de su cargo, después de exprimir al máximo el plazo estipulado.

Durante dos años, Valderas ha estado cobrando de los presupuestos autonómicos una «pensión» de entre 4.186,70 y 4.228,57 euros al mes. El que fuera presidente del Parlamento andaluz durante la llamada «legislatura de la pinza» (1994/96) ha ingresado en total 100.500 euros por la denominada cesantía. El Ejecutivo de Manuel Chaves instauró en el año 2005 esta suerte de «paro» para compensar a todos aquellos políticos que han ocupado un puesto relevante en la Administración, cuya reinserción laboral puede complicarse por el régimen de incompatibilidades.

El exvicepresidente de la Junta empezó a cobrar la asignación justo desde el día siguiente a su marcha de la Junta. La misma presidenta que ahora quiere ficharlo firmó el 26 de enero de 2015 su relevo como consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales tras romper de forma unilateral su pacto de gobierno con IU y convocar unas elecciones autonómicas anticipadas que acabó ganando.

Rescate de Valderas

Pero la operación «rescate de Valderas» más que un éxito puede convertirse en un problema. Desde el Ejecutivo no se ha aclarado cuál sería su convivencia con otro puesto que ya existe en el organigrama de la Administración autonómica y que asume competencias que se quieren atribuir a Valderas. Como subordinado de la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, figura actualmente el director general de Memoria Democrática. Un alto cargo que ocupa desde 2015 Javier Giráldez Díaz, que ha sido asesor de Juan Gallo en su época de comisario de Memoria Histórica, bajo el mandato de Chaves.

Con la entrada de IUen el Gobierno autonómico en 2012, el puesto de comisario desapareció y fue reemplazado por una dirección general adscrita a la Consejería de Relaciones Instituc ionales. En la actual legislatura, la Memoria perdió relevancia en el Gabinete con su adscripción a la Consejería de Cultura.

El trayecto de vuelta de Diego Valderas a la Junta de la mano de la presidenta que lo destituyó provocó lógicas desconfianzas en la organización donde milita y de la que fue coordinador general durante nada menos que 13 años (2000/2013).

«Deshonestidad política»

Desde la federación de izquierdas que lidera Antonio Maíllo tildaron la operación como «un acto de deshonestidad política» con el que Díaz busca «blanquear su posición política y su pacto con Cs». El comunicado de la dirección de IU-CA sonó a amenaza. Avisó al exdirigente comunista de que «como miembro de los órganos de dirección de IU Andalucía e IU Federal» no puede actuar «al margen» del partido.

En la organización no es ningún secreto que Valderas se ha ido distanciando de Maíllo, a quien la presidenta llamó el pasado domingo para comunicarle su decisión. El exdirigente se alinea con quienes dentro de la formación critican el «seguidismo» con Podemos.

Mientras el secretario de organización del PSOE-A, Juan Cornejo, consideró el fichaje todo un «acierto», el portavoz del PP andaluz, Elías Bendodo, exigió ayer explicaciones a Díaz por el «rescate» con «puerta giratoria» del exvicepresidente andaluz y la «duplicidad de cargos».

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