Cuando tumbarse a tomar el sol supone una «tortura»
Enfermedades, la ingesta de medicamentos, el uso de cremas y perfumes generan la alergia solar con alteraciones en la piel que pueden llegar a afectar a órganos vitales
![Unos jóvenes veraneantes en la playa de la Antilla](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2019/07/13/s/playas-sol-ba%c3%b1istas-kBPD--1248x698@abc.jpg)
Con la llegada del verano, el sol se convierte en un imprescindible para cualquier enclave turístico. Muchas personas lo consideran un ingrediente fundamental para poder conseguir un tono más moreno de piel. En cambio, para una parte de la población supone un verdadero sufrimiento .
La « alergia al sol» engloba a aquellas alteraciones de la piel que dan lugar a la aparición de picores, manchas, dolor y enrojecimiento . Según el doctor José Luis García Abujeta , «algunos medicamentos, perfumes y cremas solares son los principales responsables de reacciones de fotosensibilidad ya que por la acción de la luz solar estos productos se pueden convertir en sustancias alérgicas». De este modo, en la mayoría de los casos, las personas que padecen esta hipersensibilidad no pueden exponerse nunca a los rayos ultravioleta.
Según el doctor José Carlos Fernández Roldán , los productos con « compuestos irritantes » que producen la « erupción polimorfa solar » son los medicamentos tópicos como los antibióticos, los antihistamínicos, ciertos tranquilizantes y la mayoría de diuréticos que pueden generar esta patología. En el caso de los perfumes, aquellos con componentes cítricos pueden producir eccemas en la piel, así como las cremas solares de baja calidad y bajo nivel de protección.
La Sociedad española de alergología e inmunología clínica ( SEAIC ) informa de que estas reacciones «pueden desarrollarse en cualquier persona ya que supone un mecanismo de hipersensibilidad en el que interviene el sistema inmunitario». Según Fernández Roldán, «la alergia al sol» «afecta, tan solo, al dos por ciento de los andaluces y es más frecuente en mujeres de entre treinta y cuarenta años y niños».
Enfermedades como la dermatitis por fotosensibilidad, la dermatitis atópica, la urticaria y la erupción solar o el lupus son las más comunes entre la sociedad. Todas ellas precisan de una valoración médica para la realización de una historia clínica detallada, una exploración física meticulosa general y una serie de exploraciones complementarias que conducirán al diagnóstico y tratamiento adecuado.
Oliva Vela , por ejemplo, es una paciente que padece de Lupus, esa enfermedad autoinmune que puede dañar muchas partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y hasta el cerebro. Cuenta cómo, a través de la « aparición de ronchas », tanto en la cara como en el cuello, le hicieron una biopsia y le diagnosticaron la patología de « alergia al sol ». Afirma haberle afectado «al riñón, al sistema respiratorio, a la retina y hasta le ha ocasionado la aparición de artritis». A día de hoy, siete años después , se ve obligada a protegerse diariamente del sol con cremas, gafas solares y prendas de ropa que impiden la exposición directa al sol para evitar «un brote» que le haga empeorar.
Dermatitis atópica
En el caso de las enfermedades como la dermatitis atópica, la doctora Virginia de Luque Piñada , alergóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena , señala que es «una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, de etiología multifactorial». En ella hay multiples factores implicados, desde constitucionales como la genética o la producción de anticuerpos a factores por exposición como es el caso de los alérgenos, la polución ambiental o el humo del tabaco.
Según Luque Piñada, este tipo de enfermedades es «muy común en países industrializados». De este modo, señala que «la prevalencia estimada es del diez por ciento de la población en Andalucía». Manifiesta, al igual que el doctor Fernández Roldán, que « es más frecuente en adultos que en niños », «especialmente en mujeres de entre los veinte y los treinta años de edad». Un sesenta por ciento de los casos son diagnosticados antes del año de edad. Asegura también que «muchas enfermedades de otro origen» como las inmunológicamente mediadas o las precipitadas por la toma de fámacos, «pueden empeorar con la exposición al sol».
A pesar de todo, el doctor Fernández Roldán, manifiesta que «hay que tener un miedo relativo y no absoluto al sol ya que es bueno para activar la vitamina D » pero también alerta que «hay que tomarlo a dosis normales».
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