El dueño de Magrudis, José Antonio Marín tiene fama de mal pagador

José Antonio Marín se encogía de hombros cuando se le preguntaba por la carne mechada de Magrudis , la empresa que dirige, causante de un brote de listeriosis que ha traído de cabeza a las autoridades sanitarias desde mediados de julio. «No sabemos de dónde viene la listeria», aseguró a ABC el pasado 16 de agosto, un día después de decretarse la alerta sanitaria. De la negación inicial pasó luego a relativizar la contaminación: «Si encuentran bacterias en un quirófano, ¿cómo no va a haber en mi fábrica? ». También presumía de limpieza: «No sé ni lo que me habré gastado en lejía». Los análisis posteriores se empeñaban en desmentirlo. Encontraron listeria en dos mechadoras y en el carro de horneado, así como en cuatro productos de su fábrica.

Para la juez, no hay dudas de que José Antonio Marín es el «administrador de hecho» de la empresa, a pesar de que ante ABC se presentó como gerente. Las investigaciones apuntan a que su hijo Sandro actuaría como hombre de paja para difuminar el rastro del verdadero propietario. A qué obedece este interés por no figurar como administrador es una de las incógnitas que tratan de despejar la Guardia Civil y la juez Pilar Ordóñez.

Su trayectoria como empresario está plagada de más sombras que luces. El nombre de José Antonio aparece en cuatro empresas del sector agroalimentario, que constituyó con un capital mínimo y que dejaron de tener actividad tras acumular impago en el Registro Mercantil. En 1996 creó la sociedad Sierra Encina S.L., dedicada a la «venta y distribución de cárnicos y derivados» . En 2001, la Agencia Tributaria la sancionó por no abonar elImpuesto de Sociedades. Meses antes, se había anotado un crédito incobrable. En 1993, constituyó Sanmasur S.L., con el mismo objeto social, domiciliada en la calle Mariano Benlliure de Sevilla. Desde 1995 no ha depositado las cuentas y en 2004 tenía otro registro de impago. En 2005 creó, con otro socio, otro negocio de hostelería, Marín y Maldonado S.L., que también fracasó.