Parlamento andaluz

La crisis económica y social copa el foco político en Andalucía con permiso de la Covid

El Gobierno andaluz tiene que presentar el Presupuesto en breve aunque ahora las urgencias pasan por arrancar el nuevo curso escolar

Juanma Moreno sonríe a Bendodo y Marín en el Parlamento J.M Serrano

Stella Benot

Mañana se abren las primeras aulas de Andalucía en lo que será la prueba de fuego para verificar si los protocolos aprobados contra el coronavirus tienen efecto real. Porque la vuelta de los escolares andaluces a las aulas es la principal urgencia que tiene el nuevo curso político que se ha iniciado esta pasada semana con el anuncio de la remodelación del Gobierno andaluz. La vuelta al cole es siempre fuente de polémicas pero este año tiene un carácter especial por el temor de los padres (y de muchos sindicatos de profesores) del riesgo que puedan correr sus hijos.

El acuerdo entre el Gobierno central y las comunidades para una vuelta al cole presencial ha supuesto un jarro de agua fría a la oposición en Andalucía , sobre todo al PSOE, que fiaba su estrategia de desgaste al Ejecutivo de Juanma Moreno a este asunto. Con el acuerdo entre todas las administraciones, la batalla tendrá que ser en otro sentido.

Con todo, la situación que se viva en los colegios va a ser determinante para medir la situación política en Andalucía, sobre todo porque el PSOE se ha movido siempre como pez en el agua entre las asociaciones de padres y algunos sindicatos sectoriales de Educación .

Otro de los ejes del curso político que ahora se inicia es la crisis económica y social que se atisba ya como algo inevitable. Las pérdidas que ha ocasionado la crisis sanitaria —y las que se podrían producir si no es posible remontar la actividad económica en el otoño— llegarán al bolsillo de las familias.

El Gobierno andaluz había presumido del crecimiento económico que había logrado antes de que apareciese el coronavirus. Andalucía había recuperado registros de crecimiento y de creación de empresas , con un importante aumento en el número de autónomos. Antes de la Covid, uno de cada cuatro nuevos autónomos de España era andaluz.

El freno que ha supuesto el estado de alarma por la terrible situación sanitaria apenas se ha levantado con la temporada turística , en la que el Gobierno andaluz había puesto sus miras para tratar de salvar los muebles de un sector que es estratégico y genera el 13 por ciento del PIB andaluz.

El principal debate que va a acoger el Parlamento de Andalucía es la aprobación del Presupuesto 2021. La Consejería de Hacienda quería presentarlo el 9 de septiembre, una fecha que se antoja imposible. Las consejerías están en estos días presentando sus nuevas previsiones a los responsables de Hacienda y cada comunicación que llega es una nueva mala noticia.

El portavoz del PP en el Parlamento, José Antonio Nieto, ya estaba negociando las cuentas con sus socios parlamentarios de Vox, pero la incertidumbre es muy grande porque también se desconocen las premisas básicas para elaborar las cuentas de 2021 como las entregas a cuenta del Estado, la regla de gasto y el dinero que llegará de los Fondos Europeos hasta Andalucía.

El próximo viernes 4 de septiembre hay convocada una Conferencia de Presidentes por lo que se espera que haya algo más de claridad en cuanto a los fondos que van a corresponder a las comunidades. Hasta ahora no ha llegado ninguna comunicación oficial. También la Hacienda del Estado está falta de certidumbres .

Los responsables políticos andaluces de todos los partidos saben que la factura sanitaria y la de Educación van a ser muy abultadas por lo que las tensiones estarán en las políticas sociales. Las demandas de ayudas sociales, las reclamaciones de la renta mínima y la tramitación de subvenciones para las familias será otro caballo de batalla política. Porque la demanda se prevé muy superior a lo que había sido hasta ahora, por más que el Gobierno andaluz había defendido que el Presupuesto 2020 era «el más social de la historia».

Crisis sanitaria

Todos los debates políticos se quedan en segundo plano frente a la situación sanitaria. La crisis de la Covid-19 no ha esperado siquiera a que finalice agosto, el plazo previsto de respiro antes de tener que enfrentarse a un nuevo rebrote de la enfermedad. Los datos de contagios de los últimos días son alarmantes, por más que la presión hospitalaria está siendo todavía baja en Andalucía. El impacto de la pandemia en otras zonas del territorio nacional también afectan a Andalucía aunque el Gobierno de la Junta insiste en destacar que, hasta ahora, Andalucía es una de las zonas donde menos incidencia está teniendo la enfermedad .

Los políticos andaluces saben que, por más que traten de aparentar que la vida sigue, la Covid marca el paso y, además, con una enorme incertidumbre.

En este contexto, ni el Gobierno andaluz puede poner en marcha su programa político del cambio, ni sus socios de Vox exigirle que cumpla los compromisos adquiridos. Tampoco los grupos de la oposición, sobre todo el PSOE, pueden desarrollar sus estrategias políticas territoriales. Y hay muchos asuntos pendientes de resolver que son de calado para Andalucía.

El primero de ellos tiene que ver con el urbanismo y la regularización de las 300.000 viviendas irregulares que hay en Andalucía. Era un compromiso de Juanma Moreno, pero se han quedado por el camino, de la misma forma que la nueva Ley del Suelo, la norma que preveía un cambio en la farragosa legislación urbanística andaluza.

El Gobierno de PPy Cs quería dejar su impronta en la simplificación de los trámites administrativos para estimular la economía. PSOE y Adelante Andalucía veían ahí un filón ideológico para atacar a Moreno. Tampoco se sabe cuándo unos y otros podrán retomar sus respectivos proyectos políticos .

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