Crisis del coronavirus en Andalucía

Eduardo Rodríguez Bejarano: «Con test masivos podremos aislar cualquier rebrote»

El catedrático de Genética de la Universidad de Málaga pide a la Administración que ofrezca «información más clara»

Detectan un brote con nueve casos de coronavirus en un centro de acogida de la Cruz Roja en Málaga

El catedrático, durante un acto oficial en la Universidad de Málaga ABC

Pablo Marinetto

Sin fecha en el horizonte para encontrar la vacuna, los test masivos se han convertido en la única herramienta al alcance de la ciencia para lograr contener el avance de la pandemia. Pero España va con retraso. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) ha situado esta semana a nuestro país en el puesto 17 en relación al número de test realizados por habitante. Si bien, la mayoría de los países sólo contabilizan las PCR, mientras que el número de pruebas en España suma también los rápidos.

Eduardo Rodríguez Bejarano es catedrático de Genética en la Universidad de Málaga. Pese a reconocer que la fiabilidad de éstos últimos es menor, cree que lo fundamental es centrar los esfuerzos en alcanzar al mayor número de población, combinando ambas pruebas para tener una radiografía clara del estado de la enfermedad en España.

¿Qué diferencia a los test rápidos de las PCR?

Detectan cosas diferentes. Los test identifican los anticuerpos que se han generado por haber estado en contacto con el virus, pero no te dicen si tienes el virus. Puede que lo tengas o puede que no. Además, la cantidad de anticuerpos que genera cada persona en una infección es distinta y si la persona ha generado un bajo nivel de esos anticuerpos posiblemente no los detecte. Por eso lo ideal es hacer dos pruebas a una misma muestra, y estar seguros de que el resultado es consistente.

Entonces, ¿qué tipo de pruebas hay que implementar?

La sensibilidad de una y otra es distinta. Con el test nunca vas a saber si la persona es contagiosa, porque no te dice si tiene el virus en ese momento. Eso solo se consigue con la PCR. Creo que sería necesario un cribado mixto, es decir, utilizar los dos tipos. Es verdad que los test rápidos son menos fiables, pero sabiendo sus limitaciones puedes llegar a mucha más población. Si hacemos pruebas masivas, conforme se relajen las medidas de seguridad podremos detectar cualquier aumento de la incidencia y aislar ese rebrote, evitando volver al confinamiento general.

En cualquier caso, ambas pruebas detectarían quién ha estado enfermo…

Depende de cómo se defina la palabra enfermedad, porque hay casos asintomáticos. Tenemos que entender que gran parte de nuestro peso corporal son microorganismos. Estamos llenos de bacterias y virus, porque forman parte de nuestra naturaleza, lo que pasa es que la mayoría habitan en nosotros sin atacar. Lo que nos interesa a quienes trabajamos con virus son aquellos que producen enfermedades, porque son los que generan un problema.

La mayoría de casos se han dado en personas mayores o con patologías previas, pero también ha habido casos de otro tipo. ¿Ataca a un perfil concreto?

Lo poco que se sabe del virus es que es más contagioso que otros anteriores. Se transmite con más rapidez y facilidad. Pero hay muchas puertas abiertas. Se desconoce en qué medida afecta la carga viral en su transmisión, si influyen los hábitos de vida o el sistema inmunológico de cada individuo. Desde el punto de vista científico, el principal problema para investigarlo es que no podemos experimentar en humanos.

¿Qué desarrollo tendrá la enfermedad?

En estos momentos no hay anticuerpos y la gente no está vacunada. Por eso son tan importantes los tests, porque la técnica está ahí. Lo que no tenemos son ni vacunas ni tratamientos que paren la infección. El día que la mayor parte de la población haya estado en contacto con el virus o haya sido inmunizada con la vacuna estaremos en algo parecido a una gripe.

El pasado lunes arrancó el estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad, ¿qué objetivo persigue?

Va dirigido a saber la incidencia que tiene la enfermedad mediante tests masivos a una parte representativa de cada territorio. Con el muestreo se podrá saber cuántas personas han estado en algún momento determinado en contacto con el virus y cuántos han generado respuesta defensiva. Conocer la incidencia es muy valioso, porque en el momento en que la incidencia sea muy alta, en torno a un 60 o 70%, la mayor parte de la población estará inmunizada y no transmitirá el virus.

¿Se han exagerado las medidas de protección?

Creo que en este punto hace falta información más clara por parte de las autoridades. Con la situación epidemiológica actual lo fundamental es lavarse las manos, ya sea con agua y jabón o con geles hidroalcohólicos, pero lo de ir con mascarilla y guantes en el coche o para hacer cualquier cosa es absurdo. Son útiles no tanto para protegerte tú, sino para proteger a los demás. Entiendo que psicológicamente le hace sentir a uno más protegido, pero se deberían limitar a momentos en los que haya aglomeraciones.

La gente ha hecho suyas las recomendaciones para enfermos como lavar la ropa a alta temperatura, y se han visto imágenes de pueblos fumigando las calles con lejía. ¿Hasta qué punto es necesario?

Son medidas completamente extremas y cercanas a la paranoia. Que el Ayuntamiento de Zahara de los Atunes haya fumigado la playa con lejía es una barbaridad. La intención era buena, pero han arrojado litros de lejía en los ecosistemas cuando en la playa nunca va a estar el virus. Si no hay ni gente.

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