Coronavirus en Andalucía
Los supermercados refuerzan sus plantillas para blindar el abastecimiento durante la crisis
Algunas superficies han incrementado hasta en un 20 por ciento el volumen de distribución a las tiendas, donde los productos básicos están garantizados
Los supermercados andaluces vuelven poco a poco a la normalidad. Las escenas de aglomeraciones y colas interminables para llenar las despendas han dado paso a una situación de estabilidad a la que ha contribuido en parte la declaración del estado de alarma. Aún así, la mayoría de superficies comerciales se han visto obligadas a reforzar sus plantillas o ampliar turnos para garantizar el abastecimiento y que las estanterías estén llenas. Al menos de productos básicos.
Junto al confinamiento, el Real Decreto ha permitido blindar la cadena valor , desde el origen hasta los establecimientos comerciales, y eso incluye a productores, industria, transporte, mayoristas y minoristas. También la Junta de Andalucía suspendió las limitaciones de los ayuntamientos en materia de carga y descarga , y los camiones ya no sólo llegan a los supermercados de madrigada, sino a cualquier hora.
«Los consumidores se han tranquilizado. Se han dado cuenta de lo que veníamos avisando desde hace días, que el suministro de alimentos y productos básicos estaba garantizado», explica a ABC Álvaro González Zafra, secretario general de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería .
Asegura que la semana previa a la declaración del estado de alarma fue «histórica» y «una prueba de fuego» para toda la cadena, con un gran esfuerzo de los trabajadores que doblaron horas y capearon una situación excepcional con la profesionalidad que se requería. «Hubo una psicosis colectiva que provocó situaciones límite en los supermercados , pero desde el lunes se ha estabilizado y podemos hablar de cierta normalidad», señala.
En la misma línea apunta Sergio Cuberos, presidente de la cadena malagueña Maskom , donde han reforzado un 10 por ciento la plantilla en tareas de caja, reposición y almacén. En sus 54 tiendas de Málaga y Sevilla han reducido el horario hasta las 20.00 horas y eso ha permitido dar un respiro a los empleados. Cuberos destaca el trabajo titánico con los proveedores, que han sufrido rupturas de stock ante el aumento de la demanda , sobre todo en productos higiénicos, geles hidroalcohólicos o incluso la leche.
En su caso, la reposición diaria es un 20 por ciento superior esta semana con respecto a lo habitual, aunque llegó a triplicarse en los días más críticos. Insiste en que «la gente tiene bastante mercancía en casa y va comprando conforme le hace falta» y destaca el esfuerzo de los consumidores para adaptarse a las circunstancias. «El único problema es que algunas mercancías se pueden retrasar o que faltan marcas y formatos a los que el cliente está acostumbrado, pero lo entienden».
La cadena Supersol posee 180 tiendas en territorio nacional, parte de ellas en Málaga, Sevilla, Almería, Granada, Cádiz y Huelva. Han reforzado su personal para hacer frente a la crisis sanitaria, tanto en tiendas como en almacenes, dos de ellos situados en Andalucía: Málaga y Puerto Real. Ante la saturación de los proveedores y la escasez de transportistas, están enviando directamente sus propios camiones para agilizar la distribución .
También la granadina Covirán ha tenido que pedir un sobreesfuerzo a su equipo humano, entorno a 900 personas distribuidas en 30 plataformas. La directora de Comunicación, Maite Baena , explica a este periódico que se han duplicado las líneas de pedidos para una reposición constante; se han ampliado los horarios e intensificado las acciones destinadas a la mercancía de primera necesidad.
Medidas de protección
La salud de los trabajadores es una preocupación común en todas las cadenas. De ahí que algunas hayan suministrado a sus empleados materiales de protección -guantes, geles y mascarillas- o bien hayan reducido los aforos en las tiendas para evitar la propagación del virus por concentración de personas. Precisamente a esto último se han acogido en Supersol, donde en superficies con capacidad para 1.000 personas han limitado el acceso a 100 y han instalado pantallas de precios para asegurar la distancia entre cajeros y clientes, explica la directora de Marketing, Marta de Jaén .
A este respecto, la malagueña Maskom hizo «acopio de materiales de protección antes de que estallara todo» . Pese a no ser obligatorio, los trabajadores de supermercados y farmacias se han convertido en la segunda línea de batalla frente al virus, por detrás del personal sanitario. Ambos colectivos dan estos días el do de pecho para pode salir airosos de una crisis sin precedentes.
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