Coronavirus Andalucía
Nuevas medidas: controlar a los allegados, una misión «imposible» para las fuerzas de seguridad en Andalucía
La Policía augura que va a ser «la puerta de entrada» para viajar a la segunda residencia
Los «allegados» todavía no ha llegado a Andalucía por Navidad, pero las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya barruntan que van a ser un quebradero de cabeza. Entre los días 23 de diciembre y 6 de enero , los residentes en otras regiones podrán entrar y salir de la comunidad andaluza para visitar a familiares. También podrán hacerlo los allegados, un concepto que la Junta de Andalucía ha aceptado a regañadientes por «imposición» del Ministerio.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa , definió al allegado como una persona con la que se tiene «una afectividad especial» , incluso si no existe un «vínculo familiar definido en el sentido tradicional». Pero ¿cómo podemos acreditar que alguien lo es?
La Policía Nacional y la Guardia Civil , en cuyas manos está evitar que la medida se convierta en un coladero para los desplazamientos a las segundas residencias, no saben cómo van a lograrlo . Tampoco han recibido ninguna indicación del Gobierno para facilitarle la tarea, confirman a ABC. «No tenemos nada, ninguna instrucción. Nuestra misión es aplicar la ley, pero se dejan abiertos tantos parámetros que va a ser muy complicado. Es muy difícil de controlar a los allegados, por no decir imposible», vaticina José Manuel Manso , secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUCG) en Andalucía.
«Habrá casos llamativos, pero si existen dudas no se puede sancionar», avisan los representantes policiales
En el caso de los familiares, el control de la movilidad resulta más sencillo, porque se les puede pedir el libro de familia o el certificado (de empadronamiento) del ayuntamiento. A falta de instrucciones, «no queda más remedio que usar el sentido común» y el olfato policial para detectar la picaresca, asegura el responsable de la AUGC.
El problema radica en la incapacidad de comprobar la vinculación afectiva con otra persona cuando no existe documento oficial que acredite dicha relación. « Habrá casos llamativos de personas que pretendan desplazarse a Andalucía que podemos detectar y sancionar, pero ante la duda no se va a sancionar a nadie. Seguramente tengamos fallos porque gestionar esto va a ser muy complicado», avisa Manso.
La vaguedad del allegado suscita los mismos temores entre otros agentes policiales. Mariló Valencia , secretaria general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), augura que los allegados «van a ser una puerta abierta» para los desplazamientos de personas de otras comunidades autónomas a sus segundas residencias. Considera que se puede repetir el éxodo que se produjo en la primera ola , en los días previos a la declaración del estado de alarma. Valencia reclama medios e instrucciones precisas para actuar, empezando por un teléfono para que los vecinos denuncien posibles incumplimientos y no se colapse la línea para emergencias.
Los allegados van a ser, presume, un «coladero» porque no hay manera de comprobar esa relación afectiva. « ¿Qué documento tengo que pedir? No tenemos ninguna normativa que nos ampare. En la primera ola sí la había y, aun así, muchas de las actas que se levantaron no llegaron a su fin. Ahora todo queda al criterio y la experiencia del agente», argumenta. «La única manera de que esto salga bien es el civismo de cada persona». No queda otra.
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