Coronavirus Andalucía

El Gobierno desprecia la cogobernanza y niega el adelanto del toque de queda por Covid

Rechaza la petición de la mayoría de las comunidades, a las que quiere obligar antes al cierre total de la movilidad y toda actividad no esencial

La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ayer en el Palacio de San Telmo antes de la interritorial EFE

Juan J. Borrero

Buenas palabras y pocas medidas. Nadie diría que en los apuntes que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, traía ayer al Palacio de San Telmo para la reunión telemática del Consejo Interterritorial de Salud había 1.149 muertos por Covid, la fatal estadística semanal entre los peores datos de la tercera ola de la pandemia . Illa, impertérrito, sigue en su mensaje de que este nuevo embate del virus se aplacará con los mismos medios con los que se doblegó la segunda ola y así despachó la petición de la mayoría de las comunidades para que se adelante la hora del toque de queda a las ocho y no digamos otras peticiones referidas a modificar el estado de alarma para facultar a las comunidades poder confinar en sus domicilios a poblaciones con alta incidencia.

Cortesía institucional aparte, los consejeros de Salud que reclaman estas medidas al Gobierno, y a los que Illa insinuó hace una semana que podría autorizar cambiar el toque de queda, deben estar pensando que lo de la «cogobernanza», ese «liderazgo compartido en un estado conjunto» al que se refiere el ministro, tiene truco.

Entre ellos debe pensarlo el consejero de Salud de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, anfitrión en esta reunión, que viene solicitando esta medida desde hace meses, que lo reiteró en el último Consejo, que lo ha pedido formalmente por escrito y que ayer insistió en que la comunidades ya no pueden hacer más y que es preciso que el Gobierno les dé más herramientas para verdaderamente generar una estrategia general contra la pandemia . Aguirre, en todo caso, sabía ya que las expectativas puestas en la reunión eran excesivas por cuanto el ministro ya le había contestado el martes por escrito a su carta con tanta cortesía como inconcreción en una misiva en la que venía a decir lo mismo que dijo ayer, casi nada.

Illa no concreta fecha para nuevas medidas aunque es consciente de que «quedan días problemáticos hasta final de mes»

Según Illa, el Ministerio está «dispuesto a escuchar a las comunidades» y tiene disposición favorable para «apoyar cualquier medida eficaz», pero nada más allá. Illa se remite a la estrategia estatal acordada en el último estado de alarma e insiste en que con las herramientas actuales se doblegará la tercera ola aunque sea más virulenta que la segunda, por eso plantea esperar con «temple» que pasen al menos dos semanas para hacer balance y decidir si es necesario adoptar nuevas medidas. En realidad, Illa no concreta fecha aunque es consciente de que «quedan días problemáticos hasta final de mes».

El ministro aportó un único argumento contrario a la oportunidad de adelantar el toque de queda, que dijo había expresado en la reunión una comunidad que recela que esto conlleve concentrar a más personas en otras franjas horarias en la calle.

El debate de los bares

Es cierto que la medida no cuenta con unanimidad. Madrid está en contra. Mantiene el toque de queda a las once de la noche y bares abiertos hasta las 22.00 horas. La presidenta Díaz Ayuso sostiene que adelantar el toque de queda es «llevar a la ruina a la hostelería de España». Con los bares hemos topado, pensaron en la Junta, objeto de las críticas más duras de este sector por las medidas adoptadas desde el otoño , cuando llegaron a pedir la dimisión del presidente Juanma Moreno. El consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, mandaba ayer recado a Ayuso «nadie quiere arruinar la hostelería» pero es necesario «limitar» la actividad del sector para frenar los contagios.

Andalucía ya ha cerrado los accesos a 326 municipios y además ha ordenado el cese de actividad no esencial en 141 localidades con tasas de incidencia disparadas. Las reuniones no pueden superar las cuatro personas. Es una «cirugía de precisión», comentó el consejero Aguirre, para explicar las medidas tomadas hasta ahora en Andalucía, comunidad con una tasa de incidencia 113 puntos por debajo de la que ayer registraba Madrid.

Poco más queda en el arsenal de medidas a la Junta, se lamentaba el consejero, que en todo caso no está dispuesto a suspender las clases en los colegios, ni siquiera en la zonas con más contagios. «La incidencia en los colegios es mínima», subrayó Aguirre, que reiteró que el 98 por ciento de las aulas «están libres de coronavirus».

La preocupación se centra en la presión asistencial de los hospitales, que ayer superaban los 400 enfermos atendidos en UCI . Los que peor lo llevan son los de Granada, Cádiz y Huelva donde la ocupación de camas por enfermos Covid está en torno al 50 por ciento. Todos los hospitales andaluces han iniciado planes de contingencia ante la previsión de un aumento de casos. Casi la mitad de las plantas del Hospital Puerta del Mar de Cádiz están dedicadas a Covid, lo que no impidió realizar un triple trasplante renal en 24 horas. La curva de incidencia seguirá creciendo en los próximos días. Ayer, Andalucía sumó 61 muertos por coronavirus y 5.922 nuevos contagios.

Si el último día de enero se observa un cambio de tendencia al cumplirse dos semanas de restricciones, el debate sobre el horario del toque de queda podría olvidarse. Entonces Illa no podrá apelar al temple de las comunidades; para entonces lo habrán perdido como le pasó a Castilla y León.

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