La Consejería de Salud, expectante por el impacto de 'ola silenciosa' de Covid en Andalucía
Los nuevos sublinajes de ómicron contagian más, pero su impacto hospitalario es menor
El coronavirus SARS-CoV-2 sigue estando entre nosotros, aunque cada vez se note menos. Por este motivo algunos epidemiólogos prefieren catalogar como 'ola silenciosa' el aumento de contagios que comenzó en España a principios de junio y que en Andalucía se ha traducido en casi 7.000 nuevos positivos y 30 muertes en el último recuento de la pandemia del pasado viernes. El propio consejero de Salud y Familias en funciones, Jesús Aguirre , se sitúa entre los que se niegan a hablar de una séptima ola. Sin embargo, como sus homólogos en otras comunidades, está presionando al Ministerio de Sanidad para que autorice cuanto antes la cuarta dosis de la vacuna contra el Covid a la población mayor y más vulnerable por si la pandemia vuelve a desbocarse.
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En todo caso la séptima sería una ola diferente al resto, porque no se está traduciendo por ahora en una presión asistencial comparable a la de las anteriores ondas. Tampoco se está notando tanto en la vecina Portugal, donde el 31 de mayo la tasa de incidencia acumulada a 14 días se disparó hasta los 3.547 casos por 100.000 habitantes. El cambio en la forma de medir su impacto en España ya no permite comparar. Entre los mayores de 60 años (los únicos que cuentan ahora en la estadística oficial), la tasa andaluza (445 puntos) es la mitad de la media española (996,25).
Más de 600 ingresados
Suben los ingresos tanto en planta (hasta alcanzar los 606) como en las UCI (35). Los dos sublinajes de la variante ómicron que están detrás la mayoría de contagios en Andalucía, BA.2 y BA.5, hacen que la enfermedad curse con síntomas más leves, gracias también a la barrera de protección de la vacuna. Pero también tienen más capacidad de reinfectar, un peligro añadido para personas inmunodeprimidas y de edad avanzada.
Por esta razón, desde la Consejería de Salud no quieren bajar la guardia. Mientras el coronavirus siga propagándose entre nosotros aunque circule de manera menos ruidosa, los expertos coinciden en que un porcentaje de pacientes podrá desarrollar un cuadro grave de la enfermedad e incluso morir . De ahí los llamamientos a la prudencia «sin alarmismo».
El verano, que ha comenzado con dificultades para sustituir a los profesionales que están de vacaciones, va a ser una prueba de fuego. De momento, la atención primaria no muestra signos de saturación . «Todo lo urgente y no demorable se atiende, 2,8 días de media», detalló Aguirre.