Cómo donar tu cerebro a la ciencia cuando mueras

En Andalucía hay personas que deciden dejar para la investigación partes de su cuerpo con la idea de que eso ayude al avance de la ciencia

Jesús Alcázar ABC

M. MOGUER

Jesús Alcázar es maestro, jubilado, marido de María de la Nieves, padre de dos hijos. Y, además, donante de muestras biológicas. Este jiennense de nacimiento, granadino de corazón, fue diagnosticado con Esclerosis Múltiple hace más de 30 años . Y cuando le ofrecieron donar piel para un estudio sobre su enfermedad no se lo pensó.

«Un investigadora vino hace un par de años a la Asociación Granadina de Esclerosis Múltiple y me presenté voluntario. Me clavó una aguja para extraernos piel y así fue todo». Un año después le hablaron del Registro de Donantes y se apuntó sin dudar. Le siguió su esposa, con la que lleva casado 43 años . «Solo faltan mis hijos, pero viven fuera y no les he querido comer el coco aún», bromea. Jesús no solo dona piel y lo que le pidan, ya que cuando muera quiere seguir colaborando con la ciencia .

«Cuando me vaya al otro barrio, que se queden mi cerebro para investigar». Se lo piensa unos segundos y añade: «Bueno, que se queden todo lo que se pueda aprovechar, todo lo que ayude». Tamaña generosidad viene por lo concienciado que está por su enfermedad. Pero anima a cualquiera a darse de alta en el Registro : «Es la mejor forma de ayudar a la ciencia, de que los investigadores sigan trabajando».

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