CASO ERE ANDALUCIA
La cocaína y las copas con cargo a las ayudas se cuelan en el juicio del caso ERE de Andalucía
El secretario judicial lee la declaración de Guerrero ante la juez Alaya donde aseguró que le gusta el Marlboro y los gintonic, pero negó ser un cocainómano
En el juicio del caso ERE que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla se ha colado uno de los capítulos más sórdidos de esta causa centrada en un sistema de ayudas sociolaborales y a empresas supuestamente fraudulento. Los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán han tenido que escuchar en la sala una declaración que realizó quien fuera director general de Trabajo de la Junta de Andalucía entre 1999 y 2008, Francisco Javier Guerrero , en las que éste negaba la compra de cocaína y copas con ayudas concedidas a su antiguo chófer, Juan Francisco Trujillo .
Durante la vista que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, el letrado de la Administración de Justicia, Rafael Castro , ha seguido leyendo la declaración que realizó Guerrero ante la anterior instructora del caso ERE, Mercedes Alaya , el 9 de marzo de 2012, donde la magistrada le pregunta por este pasaje al hilo de unas declaraciones de su antiguo conductor en la Junta.
El exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía , que ahora se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio y tampoco ratifica sus declaraciones anteriores, negó entonces haber comprado cocaína con las ayudas fraudulentas concedidas a tres empresas fantasma vinculadas a Trujillo y ha asegurado que a él solo le gustan los cigarrillos Marlboro «y el gintonic de Beefeater».
La que fuera juez instructora de los ERE fraudulentos , Mercedes Alaya, le preguntó, en su tercer día de interrogatorio, si, como dijo su exchófer, le entregó «en mano» parte de las ayudas que recibió para sus propias empresas al exdirector general. Guerrero afirmó que nunca «le he cogido un duro» a su antiguo conductor, del que dijo que "es tan hábil no hablando como engañando. Además, negó ser alcohólico o cocainómano y dijo que nunca ha comprado cocaína y que solo bebe algún gintonic «de postre».
Sobre la acusación del chófer Juan Francisco Trujillo de que se iba con su jefe «de fiestas y copas» con el dinero público, Guerrero afirmó que solo en ocasiones bebe y que desconocía que Trujillo estaba «detrás» de tres empresas que recibieron 900.000 euros en ayudas.
La anécdota de la jornada la ha protagonizado el letrado de la Administración de Justicia , que ha llegado a asegurar que «no soy una máquina» y se ha quejado de tener que leer las preguntas que había formulado la Fiscalía a Guerrero en la citada declaración judicial . Por este motivo, la sala ha tenido que realizar un receso de cinco minutos. Tras su reanudación, otra letrada de la Administración de Justicia siguió leyendo el acta.
Alaya, que hasta junio de 2015 investigó la presunta trama de prejubilaciones ilegales descubierta en numerosos expedientes de regulación de empleo (ERE) financiados con cargo a la partida presupuestaria 31L, pidió a Guerrero que «ponga nombres y apellidos» a las personas que, según dijo, «están intentando salvar su honorabilidad» atacándole a él. Guerrero citó a Chaves , «que dice que no me conoce de nada»; a Moreno, que «me pone a caer de un burro cada vez que puede», y a Viera, que «va diciendo por ahí que soy un indeseable».