EN EL BUCLE SEPARATISTA
Cinco apellidos andaluces...en Cataluña
Cómo viven los andaluces la amenaza de una España dividida por el proceso independentista
Cataluña, novena provincia andaluza. Alrededor de un millón de andaluces llegaron a vivir en su nueva tierra de acogida desde que otra crisis, bastante anterior a ésta, los empujó fuera de su tierra natal. Eran los años del despegue económico, tímido e incierto, que apuntaba maneras en el norte de España tras una guerra incivil. La mayoría partió con lo puesto y allí hizo más o menos fortuna. Francisco Candel, (Casas Altas 1925, Barcelona 2007), retrató como nadie lo que fue la agrupación de los emigrantes a las afueras de la ciudad Condal. Su libro, «Los otros catalanes» (1965) ponía nombres y caras a miles de inmigrantes a los que las damas de la parte alta de la ciudad bajaban con el fin de darles ropa usada y golosinas para sus hijos. Era la masa acrítica, trabajadora, disciplinada, callada y eficiente que fue conformando lo que luego se conoció como el «cinturón rojo» de Barcelona.
Sólo en Barcelona existen más de 150 agrupaciones de andaluces, peñas flamencas, casas provinciales, hermandades del Rocío, asociaciones culturales e incluso hermandades de penitencia
Bastantes de esos emigrantes han vuelto. Hoy en día quedan unos setecientos mil andaluces, cifra nada despreciable si tenemos en cuenta que forman el 8% del electorado catalán . La Feria de Abril en Barcelona, si caía en periodo de arañar votos, era visita obligada de todo aquel político, no importa del color que fuera. En la última edición asistieron cerca de tres millones de personas. Muchos de estos andaluces han triunfado, han creado sus propias empresas, se han integrado perfectamente en la sociedad catalana y han sabido mantener sus señas de identidad, su habla, sus costumbres, su música y su cultura. Es más, en muchos casos fueron la base de una especie de «mestizaje», el «cataluz», andaluces que se sienten tan catalanes como andaluces . Hablamos del «poder charnego» , ese colectivo, casi todos agrupados en las casas regionales –sólo en Barcelona existen más de 150 agrupaciones de andaluces, peñas flamencas, casas provinciales, hermandades del Rocío, asociaciones culturales e incluso hermandades de penitencia– que de una manera u otra también están participando en los cambios de Cataluña. Algunos desde la indiferencia o la preocupación, otros desde su oposición a que deje de ser una región de España, pero incluso existen andaluces que están manifiestamente a favor de la independencia.
«Hermanos que no se hablan»
Todos los entrevistados recalcan una y otra vez que si por algo se caracteriza Cataluña es por la pluralidad y la tolerancia; ninguno de los andaluces se ha sentido nunca discriminado por sus orígenes. Es por ello que les cuesta entender cómo se ha llegado a esto, una región partida en dos a causa del nacionalismo. Francisco Pozo , sevillano y militar, lleva 44 años en Cataluña y lo tiene muy claro: «Les guste o no nosotros somos españoles» . Para él esto empieza a tener tintes de drama, «hay muchas familias rotas por el tema de la independencia, hermanos que no se hablan, esto no puede continuar así».
«Yo enseñaba en los 8o catalán gratis a los mossos»
Manel Parra, nacido en Montilla, Córdoba , se considera más que «integrado, un ciudadano catalán de primera». «Mi madre, que murió joven, vino a un pueblo del interior de Lérida, éramos diez hermanos y enseguida entre nosotros estábamos hablando catalán», relata este profesor de la lengua de Salvador Espriu. «Yo enseñaba catalán gratis cuando era difícil, en los años 80, a los mossos y guardias civiles», señala el profesor. «La mayoría de los andaluces se acoplan muy bien, nosotros mantenemos muchas tradiciones de nuestra tierra que no se celebran aquí y viceversa».
«El nacionalismo miente, hace dos años dijeron que si ganaban las elecciones con un 66% sería el momento de ir al proceso, ahora lo hacen y no tienen ni el 50 por ciento de los votos»
«No es verdad el típico tópico de que los andaluces no se posicionan a favor de la cultura catalana, ahora bien, esta cultura y tradición catalana es española, por eso queremos tanto a esta tierra». Manel Parra no tiene pelos en la lengua a la hora de definir el proceso: «Esto es un verdadero fraude, histórico, cívico y jurídico-político. Uno puede defender verbigracia la independencia de Andalucía, lo que no puede decir es que los que no la defiendan son holgazanes, viven del cuento o son chupópteros subsidiados. Ni tampoco vale para defender la causa independentista utilizar el dinero de todos para campaña de unos pocos. El nacionalismo miente, hace dos años dijeron que si ganaban las elecciones con un 66% sería el momento de ir al proceso, ahora lo hacen y no tienen ni el 50 por ciento de los votos», se indigna. «El derecho a decidir ya lo hemos decidido los españoles desde el 76 con la Reforma, las elecciones a Cortes en el 77 y la Constitución del 78. Hace tres años nos entrevistamos con Artur Mas –Parra fue presidente de la asociación De España y catalanes– y le dije, ustedes durante 30 años no han hecho nada y ahora quieren jugar un partido de fútbol donde creen que el contrincante se cruzará de brazos y les dejará marcar el gol, ustedes están haciendo trampas y el contrincante va a aplicar las normas básicas, la Constitución, el Código Penal, el Código Civil, el Tribunal Constitucional… y cualquier artículo de los que se ha dotado el pueblo español soberano para preservar la Democracia». Manel entiende que España no es España sin Cataluña como Cataluña no sería Cataluña sin Andalucía: «nuestra nación es un proyecto en común que no se entiende si falta alguien» apostilla.
Toni Serna trabaja en los juzgados de lo Penal de Sabadell . Con dos años y medio sus padres se instalaron en Cataluña procedentes de Granada. Tiene 45 años, «pero vivir aquí toda la vida no me convierte en catalán, ojo, me sigo considerando andaluz y sobre todo español». «Conozco el catalán mucho mejor que muchos catalanes, es mi segunda lengua, tengo el nivel c, pero ha llegado un punto, desde hace tres o cuatro años, que no lo hablo», señala. Preguntado sobre el proceso de secesión, Toni Serna afirma: «Aquí hay una minoría muy minoritaria que nos sentimos patriotas españoles porque es lo que tenemos en la vida, lo que nos define, lo que nos identifica , luego otra minoría entre los catalanes de pura cepa que son nacionalistas independentistas y el grueso de la población que ni chicha ni limoná, que mientras tengan su trabajo y su tapita, a ellos que no les mareen, ese es el problema». «El catalán no ha negociado con una pistola sobre la mesa como en el País Vasco donde España –opina Serna– ha claudicado». «Estamos hablando de una cosa seria, el independentista es alguien que te está amenazando de privarte de tu identidad, de tus raíces, de tu historia y de tu pasaporte, en el fondo creo que siguen temiendo a España», finaliza el funcionario.
«Jordi Pujol me entregó una medalla cuando llevaba mi negocio de cerramientos metálicos, ahora se me ponen los pelos de punta»
Cecilio Burón presume de tener la mejor empresa de renovación de permisos de conducir y armas, Cermasa, pero no porque lo diga él, sino por los múltiples premios que ha recibido. Nacido en Villanueva del Duque de Córdoba en febrero de 1942, llegó a Cataluña muy joven y aprendió el oficio de metalista. Hoy tiene un centro médico con 22 nóminas en plena Avenida de las Cortes de Barcelona. «No entiendo con la versatilidad que hay aquí cómo están pasando por encima de nosotros con esta facilidad pasmosa. Jordi Pujol me entregó una medalla cuando llevaba mi negocio de cerramientos metálicos, ahora se me ponen los pelos de punta al enterarte de lo que ha hecho el “honorable”», señala Burón, «la hipocresía tan grande que han tenido esta gente». «Vivimos con asombro lo que está ocurriendo, se está creando una psicosis de inestabilidad que nunca ha habido y eso no es nada bueno» declara este mediano empresario que cree firmemente que la independencia no se va a declarar nunca.
Cordobés de pura cepa, Roberto Reyes, ebanista de profesión, fue candidato número 6 de la lista independentista Junts pel Sí. Reyes es uno de los fundadores de Súmate , una organización más del ámbito independentista formada por castellano hablantes. Desde que Jordi Pujol afirmó que catalán es «todo aquel que nació o trabaja en Cataluña» Reyes está muy involucrado en el proceso separatista. Vecino de Cervelló, en una entrevista reciente a El Llobregat, Reyes afirmó que «estoy haciendo una revolución junto a unas personas que son independentistas, porque yo no lo soy pero apoyo la decisión de cualquier pueblo que quiera independizarse». Reyes recalca que es cordobés «y me moriré cordobés» pero que apoya el proceso de secesión de Cataluña porque «España no tiene solución». «Yo también estaría a favor de la independencia de Andalucía, y que hubiera una revolución, se acabaran los señoritismos, los títulos nobiliarios y los que viven a costa del resto», concluye esta rara avis.