Caso ERE: De los gintonics a las tertulias sobre ovnis en la cárcel, las diez anécdotas de Javier Guerrero

El principal imputado en la macrocausa acaba de fallecer, pero deja un muestrario de «perlas»

Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo MANUEL GÓMEZ

Antonio R. Vega

El principal imputado del caso ERE, Francisco Javier Guerrero , ha fallecido de manera repentina este domingo en su casa, casi once meses de conocer la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla que lo condenó, junto a los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán , así como otros 16 ex altos cargos de la Junta de Andalucía. Desde 2010, cuando la juez Mercedes Alaya empezó a desenredar la madeja de las ayudas irregulares , el que fuera director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta (1999-2008) no ha dejado de visitar los juzgados de Sevilla para declarar. Aunque la Justicia le era esquiva, jamás perdió el sentido de humor. Son innumerables las anécdotas que ha dejado Guerrero. Éstas son algunas de ellas.

El fondo de reptiles

En su primera declaración ante la Policía en diciembre de 2010, Guerrero bautizó la partida 31-L con la que se concedían las ayudas como «un fondo de reptiles para crisis que tenían que afrontar empresas que necesitaban respirar». Javier Guerrero utilizó una expresión atribuida al decimonónico canciller prusiano Otto von Bismarck que alude al pago de comisiones para comprar voluntades. Luego se arrepintió de haber empleado una expresión que les había escuchado en su infancia a las mujeres que les cogían «algún dinerillo del sueldo» a sus maridos que escondían bajo las sábanas.

El exdirector y sus «criaturas»

Los beneficiarios de ayudas eran, según explicó en una entrevista en El país, « criaturas necesitadas de ayuda sociolaboral ». Lo mismo recibía a alcaldes, empresarios y sindicalistas en la sede de la Junta que despachaba las ayudas en un bar del barrio sevillano de Nervión, llamado Caramelo, que se convirtió en una sucursal más de la Dirección General. Con una copa de balón de gin-tonic en la mano y un cigarro Marlboro en los labios, Guerrero negociaba y repartía fondos a discreción. Tras su marcha de la Junta en 2008 continuaron dándose ayudas mediante el mismo procedimiento.

El «dios» Guerrero

Pocas o ninguna vez decía que no a aquel que le pedía ayudas. En 2005 le dio más de un millón de euros a José Román Sánchez, propietario de la empresa Centro de Limpieza Industrial Huevar S.L. Este empresario declaró ante la juez María Núñez Bolaños que « Guerrero era un Dios para mí ».

Una persona «jovial»

En la comisión de investigación de los ERE que se celebró en el Parlamento andaluz en 2012, Guerrero (El Pedroso, Sevilla, 1956) se retrató a sí mismo como una persona «jovial». « Ni he sido un putero, como alguien dijo, ni me he dedicado a la drogodependencia ; me tomo las copas que me apetece, cuando me apetece y donde quiero», afirmó. Genio y figura.

«Yo me tomaba una coca... cola»

En marzo de 2012, la juez Alaya le preguntó en un interrogatorio por las acusaciones de su antiguo chófer Francisco Javier Trujillo sobre que se gastaban en cocaína el dinero de las ayudas le había dado a empresas fantasma del conductor, casi 1,5 millones de euros, por los que Guerrero iba a volver a sentarse en el banquillo. «No soy cocainómano ni alcohólico- ha dicho- pero me gusta el Marlboro y los gintonics de Beefeater», contestó a Alaya , que accedía a hacer algunos recesos para que pudiera fumar.

El exdirector general le contó que cuando salían de las reuniones con los empresarios y los sindicatos, se iba con su chófer a tomarse una copa al Caramelo o al Lousiana, dos locales sevillanos. «Allí invitaba al chófer a un refresco y yo me tomaba una coca... cola », bromeó, lo que provocó un ataque de risa de los letrados presentes en la sala. Hasta Alaya sonrió . Diez días después de su declaración, la instructora del caso ERE lo mandó a prisión por primera vez por riesgo de fuga.

«Parece que la Junta soy yo y nadie sabía nada»

El ex director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta Francisco Javier Guerrero amagó varias veces con tirar de la manta en el caso ERE, sobre todo cuando Manuel Chaves y José Antonio Griñán lo señalaron como uno de los «tres o cuatro golfos» que estaban detrás del desvío de fondos públicos y de la introducción de intrusos en expedientes de regulación de empleo subvencionados por la Junta.

Una de las veces que estuvo más cerca de hacerlo fue en febrero de 2016, cuando compareció ayer en calidad de investigado ante la nueva juez del caso ERE María Núñez Bolaños por el expediente de regulación de empleo de Egmasa. «Parece que la Junta soy yo, aquí nadie estaba, nadie sabía, aquí todo el mundo éramos tontos y nadie ha estado en su puesto », declaró.

Guerrero ABC

A todo decía «sí, 'bwana'»

El exdirector general de Trabajo Francisco Javier Guerrero aseguró en una entrevista concedida a Efe en 2018 que el sistema para conceder y pagar las ayudas investigadas no lo montó él, lo hizo la Junta de Andalucía, y su «poder de decisión» era dar o no una ayuda «pero cómo darlas, no». « A mí se me dice un día, 'A partir de aquí este es el 'modus operandi'. Pues ya está: 'Sí, 'bwana '», afirmaba

Se refirió así al convenio marco del 2001 firmado entre la Consejería de Empleo y el ente público IFA (luego IDEA) repartía las tareas. La Dirección de Trabajo que él ocupaba concedía las ayudas y las pagaba el ente público , lo que impedía a los interventores de la Junta fiscalizar el destino del dinero público durante una década.

Del ajedrez a Kafka

En junio de 2013, salió por segunda vez de la prisión donde había dormido durante dos meses y medio. Sus mejores horas entre rejas las pasó con el «conseguidor» Juan Lanzas entre charlas sobre los OVNIs, partidas de ajedrez y devorando libros como «La Metamorfosis» de Kafka. Leía casi todo lo que caía en sus manos. Por la mañana un día se leyó el libro del afamado autor checo y después «La sombra del águila», «un libro de Pérez Reverte cachondísimo», comentó a los periodistas a su salida de la prisión de Sevilla.

Su suegra y amigos

Algunas de las «criaturas» beneficiarias de ayudas formaban parte de su círculo más próximo. La Junta pagó 198.876 euros a la madre de su anterior mujer por dos pólizas irregulares. Además ayudó a dos vecinos de su pueblo, El Pedroso: Antonio Arquero, a quien le prometió «solucionar su problema hasta la jubilación», y Alejandro Millán Torres, a quien le dijo que le llevase toda su documentación laboral y médica a su despacho de la Junta para arreglarle una ayuda. Además, Rafael Ruiz García, amigo personal de Guerrero que firmó los papeles de su ayuda en las oficinas de la Consejería de Empleo; Rafael Rosendo Villavieja, exalcalde socialista de El Pedroso y amigo personal de Guerrero; y Cristóbal Martínez Victoria, que era un «compromiso» del exdirector general. El taquillero de la piscina o el churrero de su pueblo también se colaron como polizones en ERE de empresas donde no habían trabajado.

Los viajes a Shangai con Lanzas

El dinero de la Junta de Andalucía para prejubilaciones del que se apropió la trama de los ERE costeó las escapadas románticas a países exóticos de Francisco Javier Guerrero y Juan Lanzas , el conseguidor por antonomasia de ayudas, con sus respectivas esposas. Mientras en Andalucía se desmantelaban empresas y miles de trabajadores perdían su empleo, el exdirector general de Trabajo y el exsindicalista de UGT se dedicaron a conocer mundo.

Los matrimonios visitaron los templos de Luxor y las pirámides de Giza a bordo de un crucero por el Nilo y durmieron en las suites del Sheraton Grand Tai Ping Yang de Shanga i, un hotel cinco estrellas en la metrópolis más occidental de China.

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