Caso ERE Andalucía
La Audiencia de Sevilla juzgará en septiembre el gasto en cocaína y copas de ayudas para los parados andaluces
Se sentará en el banquillo el antiguo chófer de Guerrero que recibió casi 1,5 millones de euros en ayudas
Juan Francisco Trujillo Blanco , antiguo chófer del ex director general de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero (1999-2008), fallecido en octubre de 2020, se sentará en el banquillo de los acusados a partir de septiembre. El juicio de la pieza separada de la macrocausa de los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos, centrada en los casi 1,5 millones de euros que le concedió su jefe , se celebrará los días 5, 9, 14, 15, 16, 23 y 30 de septiembre de este año, según el calendario fijado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla.
A cambio de las subvenciones otorgadas a empresas «tapadera» creadas exclusivamente para recibir los fondos públicos , el conductor compraba cocaína, copas y regalos para Guerrero con el dinero público, según la confesión del propio conductor tras su arresto en 2012. Trujillo ha sido el único condenado que ha penado dos años y medio de prisión por evasión fiscal, como publicó ABC. Dos juzgados de Jaén lo castigaron con la privación de libertad en dos ocasiones por no pagar un solo euro de los impuestos derivados de dos de las tres subvenciones que le concedió su exjefe con cargo al fondo de los ERE. No ha pisado la prisión por beneficiarse de las ayudas irregulares, sino por no declararlas a la Hacienda Pública.
La Sección Primera dictó una diligencia de ordenación el pasado 21 de marzo para poner fecha a las sesiones del juicio. En el banquillo se sentarán Juan Francisco Trujillo ; el administrador de una de las empresas del exchófer, Isidoro Ruz Espigares ; y el que fuera directivo de Vitalia Antonio Albarracín, este último ya condenado por la pieza separada relativa a las subvenciones autonómicas concedidas a la empresa de Dos Hermanas Aceitunas y Conservas (Acyco) y está procesado en la pieza de las sobrecomisiones del caso ERE.
La Fiscalía Anticorrupción solicita 14 años de prisión para el exchófer, la misma pena que para su antiguo jefe, el exdirector general de Trabajo, quien ha visto extinguida su responsabilidad penal tras su muerte, además de 30 años de inhabilitación y el pago de una indemnización de 1,47 millones de euros . El Ministerio Público demanda seis años y tres meses de cárcel para Isidoro Ruz Espigares y seis años de prisión para Albarracín.
Trujillo ya estuvo durmiendo en un centro penitenciario entre marzo y octubre de 2012 como medida preventiva durante la instrucción de una de la citada causa de corrupción. Como el antiguo conductor autonómico, al que sus paisanos apodaron 'El ministro' porque solía pasearse por su pueblo con traje y corbata , su propio jefe estuvo encarcelado en dos ocasiones por la juez Mercedes Alaya y también pisó la cárcel el exconsejero de Empleo Antonio Fernández, pero ninguno lo hizo para cumplir condenas. La magistrada acordó dichas medidas cautelares alegando que podrían fugarse y destruir pruebas.
«Ni he sido putero, como alguien dijo, ni me he dedicado a la drogodependencia», contestó Guerrero, ya fallecido, ante las acusaciones de su antiguo chófer
Ante la juez Alaya, Trujillo empezó a declarar como investigado por 11 delitos y salió camino de la prisión por el doble de infracciones. Trujillo compartió confidencias con su jefe y noches de fiesta, regadas con alcohol y drogas . De todo ello dio pelos y señales en una comparecencia repleta de declaraciones explosivas ante la juez Alaya en marzo de 2012. Confesó a la magistrada que había llegado a gastar hasta 25.000 euros al mes en la compra de cocaína para consumo propio y de su jefe con el dinero de las ayudas que recibieron irregularmente a sus empresas ficticias, además de un piano y otros caprichos. El exdirector de Trabajo siempre negó esas sórdidas acusaciones. « Ni he sido un putero , como alguien dijo, ni me he dedicado a la drogodependencia«, se lamentaba. Sus únicos vicios admitidos, puntualizó, eran los cigarrillos de Marlboro y los gintonics de Beefeater.
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