Entrevista con la directora del Cadpea y profesora de Ciencias Políticas

Carmen Ortega: «El electorado es cada vez más volátil y eso limita en el tiempo el valor de los sondeos»

La politóloga no cree exportable el resultado del 26-J a unas andaluzas:«Son lógicas distintas»

La directora del Capdea y profesora de Ciencias Políticas, Carmen Ortega Ruiz de Almodóvar

FERNANDO DEL VALLE

«El consuelo de todos los encuestadores es que ninguno ha acertado». La principal responsable del Egopa , el considerado «CIS andaluz», hace autocrítica pero también sale a defender las encuestas en el momento en que más se cuestiona su validez. «No han fallado tanto los sondeos como lo que esperamos de ellos. Las encuestas no son matemáticas, sino probabilidades. Yo me comparo con un hombre del tiempo».

—¿A qué achaca un error tan generalizado?

—A que está cambiando el entorno, que ahora es multipartidista. El electorado es mucho más volátil, lo que lleva a que el valor de las encuestas sea cada vez más limitado en el tiempo. Antes era más fácil estimar lo que llamamos el «voto oculto». Hoy no deja de aumentar el número de electores indecisos, que incluso hasta el día de la votación no deciden qué hacer. Eso lleva a que los sondeos pierdan capacidad de predicción. No obstante, todo hay que analizarlo. Con prudencia. Ver dónde nos extralimitamos.En el Egopa, por ejemplo, no hacemos predicción de escaños, porque eso tiene un gran margen de error. Entra más en el terreno de la magia que en el de la ciencia.

—Su último estudio sí pronosticó en febrero la victoria del PP en Andalucía en unas generales, aunque con menor distancia.

—Porque podemos fallar, pero sí se adivinan tendencias.

—¿Se puede hacer una traslación a unas hipotéticas autonómicas?

—No. La lógica es distinta. El electorado es cada vez más sofisticado y crítico.Distingue entre los distintos niveles de gobierno. Y aumenta el porcentaje de voto dual: ciudadanos que votan distinto en según qué ámbito. A través de nuestro estudio, hemos puesto de manifiesto que el andaluz considera más capacitado al PP para temas que incumben al gobierno nacional, como la economía del país, pero confían más en el PSOE para asuntos que se atribuyen a la comunidad, principalmente las políticas sociales. Luego, claro, está el liderazgo y el efecto arrastre que tiene la presidenta, que no llega a unas generales.

—Pero Susana Díaz ha hecho una campaña muy personal, implicada al máximo, y se ha llevado una sorpresa.

—Sí, pero también se ha visto que iba de la mano de Pedro Sánchez. Y aunque veremos en el próximo Egopa qué incidencia ha tenido lo autonómico, la clave del voto ha sido nacional. Pensando sobre todo en algo que estaba en el imaginario de todos: una hipotética coalición del PSOE con Podemos.

—¿Se ha demostrado que los españoles somos más moderados de lo que se pensaba?

—Sí. Se ha optado por la moderación y no tanto por actitudes polarizadas. Ha triunfado el miedo a esa coalición. El «sorpasso» estaba latente pero había una mayor parte del electorado que no lo veía con buenos ojos.

—Acertó el PP en su campaña...

—Las campañas refuerzan o desmovilizan, que no es poco. Ha tenido su efecto. Pero también lo han tenido las estrategias de los partidos desde el 20-D. El PP ha sido el único reforzado por el bloqueo en la investidura. Ha conseguido un efecto de redención. Le han perdonado para evitar un mal mayor.

—¿E incidencias de última hora como el Brexit?

—Todo influye. Se ha querido huir de experimentos. Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.

—¿Engañan la telepolítica, las redes sociales?

—¿Quiénes son los usuarios de las redes sociales? Jóvenes y urbanos, precisamente el electorado más volátil y el más abstencionista, del que se nutren los«nuevos» partidos. Donde más ha crecido el PP ha sido en las grandes ciudades, el mismo sitio en el que más ha caído Podemos. No es que el votante del PP se haya pasado a Podemos; sí se ha movilizado sobre todo por la campaña del voto útil y el miedo a un gobierno de izquierda liderado por la formación morada.

—¿Ha tocado techo Podemos? ¿A qué acacha su fiasco?

—Seguramente lo que más le ha afectado es el giro a la izquierda que supuso su pacto con IU. En el 20-D la base de apoyo electoral de Podemos fue de centro y de izquierdas, y esta unión puede haberle hecho perder a ese electorado más centrado. En cuanto a si ha tocado techo, es difícil de prever. Sí que se ha consolidado plenamente en el mapa político. El bipartidismo persiste pero están los otros. El espacio de la izquierda está dividido entre un PSOE con un gran pasado y un Podemos que podría tener un gran futuro pero que ahora es incierto. Y se la van a jugar cada uno a partir de ahora.

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