Un año del nuevo Gobierno andaluz
El cambio político provoca una crisis en los partidos andaluces
Susana Díaz está en el alambre y han desaparecido de la escena política Antonio Maíllo, por voluntad propia, y Francisco Serrano, apartado por su formación
El futuro de Juan Marín y Teresa Rodríguez al frente de sus respectivos partidos también está en el aire
Dicen los propios afectados que un año en política es muchísimo . La experiencia de este último en Andalucía ha demostrado que esa afirmación es cierta porque los cinco partidos andaluces con representación parlamentaria han vivido sendos procesos de crisis que no han terminado y cuyas consecuencias están todavía por conocerse. El objetivo, ese también lo tienen claro, es estar perfectamente preparados para cuando haya elecciones autonómicas dentro de tres años. El problema está en el camino que deben recorrer hasta entonces y si serán capaces de renovar lo suficiente para volver a ilusionar a los andaluces.
El liderazgo del PSOE. Incierto futuro de Susana Díaz
Los responsables del PSOE andaluz confiesan en voz baja que el golpe del 19 de noviembre (fecha en la que se hizo pública la sentencia del caso ERE que ha condenado a 19 exaltos cargos incluyendo a los expresidentes Chaves y Griñán) ha sido muchísimo más grave que el del 2 de diciembre de 2018 cuando perdieron la Junta tras 37 años en el poder. Y lo peor es que todavía quedan por juzgar cerca de doscientas piezas separadas del caso ERE que, si bien sus consecuencias ya no serán tan grave en términos políticos, sí que provocará constantes noticias y que el asunto siga estando de actualidad. Por si fuera poco, el caso de las facturas falsas de la UGT está a punto de ser juzgado. Otra gota más en el vaso. En este contexto será difícil pasar página.
Esta situación ha colocado a Susana Díaz en una posición de extrema debilidad; la otrora todopoderosa lideresa andaluza que hizo caer a todo un secretario federal del PSOE está en sus horas más bajas. Recluida en San Vicente, con su enemigo interno a punto de formar Gobierno en España y viendo cómo cada día sus apoyos en las diferentes agrupaciones se van diluyendo.
Porque si antes su liderazgo era indiscutible en Andalucía por más que Pedro Sánchez lo dudase y tuviese a sus peones tratando de moverle la silla, ahora hay muchos —que tienen voto en el congreso regional— que se plantean si la hora del relevo es ya inaplazable.
La posición del PSOE andaluz en el Parlamento es la muestra más evidente de su situación. No tienen una estrategia de oposición y los plenos se convierten en continuos ataques a Susana Díaz mientras que el presidente, Juanma Moreno, se va de rositas, vendiendo su gestión y llevando a debate público los asuntos que a él le interesan. Así, l a lideresa de la oposición se dedica a defenderse cuando precisamente su trabajo sería justo el contrario : exigir al Gobierno y ser beligerante con sus políticas.
¿Cuánto tiempo va a durar esta situación? La que tarden sus opositores en rearmar la candidatura alternativa a Susana Díaz o, para ser más precisa, cuando encuentren a un líder que sea capaz de aglutinar todas las corrientes contrarias a Díaz. La mayoría de los ojos miran a Francisco Reyes , secretario general de Jaén y presidente de la Diputación.
Su perfil y su experiencia política son sus avales pero en su debe está que no lo ven como candidato a la Junta. Ahí entraría María Jesús Montero (ahora desaparecida tras la sentencia de los ERE) o quizás Juan Espadas , el alcalde de Sevilla que ya ha dicho que no volverá a presentarse en el Ayuntamiento. Pero las bicefalias nunca han salido bien en el PSOE. ¿Estaría Reyes dispuesto a ser un líder de transición? Habrá que verlo.
Mientras tanto, los socialistas deambulan por el Parlamento en una oposición desnortada, sin directrices claras , sin estrategia, con un grupo parlamentario dividido y, además, sin discurso en el debate nacional. Los barones socialistas díscolos con Pedro Sánchez y contrarios a sus acuerdos con Podemos y ERC como Lambán o García Page (de la misma cuerda que Susana Díaz) ya saben que están más solos porque Andalucía se ha quedado muda.
La dificultad de ejercer el poder en el PP
El primer año de pisar moqueta ha sentado muy bien en el PP andaluz de la misma manera que lo haría en cualquier otra formación política. Tener las llaves de San Telmo y el orden del día de los Consejos de Gobierno apacigua cualquier disidencia aunque también abre otras vías de agua por más que algunos no quieran verlas. En este último año, Juanma Moreno es más líder que el que se presentó a las elecciones y sacó uno de los peores resultados electorales de la historia. El presidente está revestido de autoridad y ahora todos son «de Juanma» aunque eso no quiere decir que el partido sea una balsa de aceite.
Muchas voces alertan de que tres años son muy poco tiempo para hacer un partido fuerte, unido y con músculo electoral, imprescindible para revalidar el poder en la Junta sobre todo con la precariedad que tiene ahora mismo su socio de Ciudadanos y su futuro incierto. Los designios del PP andaluz pasan por la mano de Elías Bendodo quien desde San Telmo controla más las estructuras internas de lo que correspondería a su cargo en detrimento de Loles López que es la Secretaria General .
En este contexto, hay un movimiento que plantea una urgente renovación de la dirección regional para que se dedique a consolidar el partido en las provincias. Suenan varios nombres para ocupar la próxima Secretaría General y sobresale el de José Antonio Nieto , el portavoz parlamentario que está mostrando a Moreno su lealtad, dejando a un lado el pasado que lo situaba como posible rival.
La segunda revolución pendiente —y urgente— pasa por las direcciones provinciales. Hay cinco, Sevilla, Huelva, Cádiz, Jaén y Granada, con serios problemas internos , con tensiones que las distintas elecciones no han resuelto sino más bien al contrario. Córdoba es la provincia más engrasada en este momento, mientras que Málaga acapara la mayor parte de los nombramientos en la Junta.
La alargada sombra de Bendodo está beneficiando a la provincia de la que es presidente pero también está provocando celos en el resto del territorio que se siente discriminado. A esto se une el factor Vox: la mayor parte de sus miembros y de sus votantes, ha salido de las filas del PP, una sangría que hay que cortar a la mayor brevedad.
Un capítulo aparte merecen las relaciones de Juanma Moreno con Pablo Casado . El presidente andaluz se ha convertido en el barón popular con más poder institucional, un título que Moreno parece dispuesto a ejercer. Sin dudar de su lealtad a Casado y con el pegamento que supone que los dos tengan los mismos objetivos, mantener el poder en la Junta, el andaluz no ha tenido reparos en hacer esta misma semana dos gestos clave. El lunes dijo en un foro público que él pertenece al ala más «centrada y moderada del PP» y el viernes se retrató con toda intención junto al presidente gallego Alberto Núñez Feijóo , a quien muchos en el PPven como el líder futuro. Toda una declaración de intenciones.
Claro que los movimientos son en ambos sentidos. Esta misma semana ha dejado la Alcaldía de Vejer uno de los hombres de Casado en Andalucía, José Ortiz, quien ha sido requerido por Madrid para tener más poder en el grupo parlamentario (es diputado al Congreso por Cádiz). O esa es la versión oficial. Está por saber si también tendrá más tiempo libre para recorrer Andalucía y pulsar los apoyos que pueda necesitar en un momento dado.
Y, enmedio de estas tensiones que están a la vista de todos, Vox también quiere meter su cuña. Santiago Abascal sabe que el PPes su competidor directo y está tratando de arañarlo lo más posible . La cúpula del partido de ultraderecha ha abierto una crisis con el PP a cuenta de los pactos autonómicos pero dejando claro que el partido no es igual en todas partes. Es más, ensalzando el trabajo de Juanma Moreno, al que le garantiza la estabilidad y la aprobación del Presupuesto 2020, precisamente porque es más «independiente» de Pablo Casado.
Nada nuevo bajo el sol por otra parte ya que no hay mejor estrategia de desgaste que hacer fuerte al rival de tu adversario político.
Un Ciudadanos en precario
La formación naranja tenía una buena posición en Andalucía . En sólo dos legislaturas ha conseguido llegar al Gobierno andaluz y gobernar prácticamente de igual a igual que el PP , un partido que llevaba 37 años esperando esa oportunidad. Sin desgaste ni escándalos graves, Ciudadanos ya se veía como el futuro de Andalucía superando incluso a los populares, con una mochila del pasado mucho más cargada. Pero la estrategia de Albert Rivera en España con sus bandazos ideológicos ha llevado al partido a unos resultados «malísimos sin paliativos» en palabras del propio Juan Marín, el líder regional.
El desgaste por el descalabro electoral nacional ha sido tal que el propio Marín ha tenido que recordar en varias ocasiones que sigue teniendo a sus 21 diputados en el Parlamento andaluz porque lo cierto es que esos parlamentarios parecen ahora muchos menos, empequeñecidos por la crisis institucional de su partido.
La gestión del poder en la Junta para Ciudadanos también ha erosionado al partido . No contaban con suficiente banquillo para ocupar todos los puestos que debían cubrir y han cometido errores de bulto y una importante cadena de ceses. Ese ascenso ha provocado también que surjan familias y voces discrepantes al liderazgo de Juan Marín. Dentro del Gobierno andaluz, Rocío Ruiz, la consejera de Igualdad, está haciendo la guerra por su cuenta . Ruiz mantiene diferencias con Marín y se postura como futura líder del partido en Andalucía.
Fran Hervías , hasta ahora secretario de Organización de la Dirección Nacional, hacía y deshacía a su antojo contando con el apoyo de su mujer, Virginia Salmerón , diputada en el Congreso por Sevilla. Ahora Hervías ha abandonado su cargo tras la salida de Rivera pero aspira a mantener cierto poder político. Algunas fuentes aseguran que lo mantiene de hecho y que volverá a la dirección de Ciudadanos con Inés Arrimadas. Hervías cuenta también con Mar Hormigo, otro puntal de su poder regiona l. Tampoco hay que perder de vista a Sergio Romero , portavoz en el Parlamento andaluz y que también demanda su espacio político. Ni a Marta Bosquet , presidenta del Parlamento andaluz y a quien muchos ven como el futuro andaluz.
En este escenario, muchos afiliados censuran el trabajo de Juan Marín. No tanto por su gestión directa como por entregarle al PP todo el protagonismo en el Gobierno andaluz. Su carácter y su interés por no generar tensiones en el Ejecutivo ha provocado que el expansivo Elías Bendodo se quede con todo el espacio mediático. Marín es el vicepresidente de la Junta y le critican que no imponga su poder.
Por el momento, no ha decidido si volverá a presentarse o no a las primarias de Ciudadanos para optar a la Presidencia de la Junta . Ahora está centrado en apoyar a Arrimadas en su carrera por ser elegida presidenta nacional de la formación en marzo. La presencia andaluza en esa nueva dirección será la prueba palmaria del poder o no de Juan Marín.
Divorcio de Teresa Rodríguez
El proyecto político de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo que iba a plantear una verdadera alternativa de izquierdas al PSOE tampoco lo ha conseguido. Adelante Andalucía también está sufriendo este complicado año político y se ha desdibujado de manera preocupante para sus bases. El abandono de la política por parte de Antonio Maíllo —que era coordinador de IU e ideólogo de Adelante y del acuerdo con Podemos— está suponiendo un lastre que no pueden levantar. Su sustituto, Toni Valero, es un líder extraparlamentario por lo que tiene muy difícil ejercer la dirección política.
Teresa Rodríguez también está pasando por un importante bache de liderazgo al que se suman sus circunstancias personales. Esta debilidad se ha evidenciado en el referéndum para apoyar el pacto nacional de Podemos con el PSOE. Teresa Rodríguez ha denostado este acuerdo con todas sus fuerzas... pero no ha conseguido calar entre sus militantes que han aprobado el pacto en un 96% . Con este dato encima de la mesa, un grupo de críticos le han pedido convocar ya la III Asamblea de Podemos Andalucía, el órgano que elige a la dirección del partido morado.
Sin embargo, la lideresa ha optado por convocar una Conferencia Política en enero, foro en el que se acordarán las directrices de trabajo para los próximos años y quiere dejar esa III Asamblea para marzo , una vez que ya se han marcado las directrices a seguir en el futuro. Rodríguez no ha desvelado, además, si ella optará a repetir como líder de Podemos en Andalucía aunque lo previsible es que no lo haga, sobre todo teniendo en cuenta que ya ha dicho que no será candidata a la Junta en ningún caso dentro de tres años. La clave está, sin embargo, en quién podría sustituirla al frente de Podemos. ¿Tal vez el alcalde de Cádiz, José María González, Kichi?
Alejandro Hernández. El reto de consolidar a Vox
El primer año del partido de ultraderecha en el Parlamento andaluz también ha supuesto una catarsis . Llegaron de bisoños con un líder que basaba su influencia en la negación de la violencia machista y con doce diputados que no comprendían muy bien en qué consistía su tarea diaria.
La dirección del partido en Madrid, que esa sí que tenía experiencia, vio los problemas de su modelo (sobre todo a raíz de los comentarios de Serrano sobre la sentencia de la Manada) y eligió al diputado cordobés Alejandro Hernández para dirigir la labor de un grupo que tiene la llave de la gobernabilidad en Andalucía. Apartaba a Serrano de facto en una crisis que casi lo lleva a abandonar el partido pero que ahora se ha reconducido. Sigue en el Parlamento pero con muchísimo menor protagonismo aunque es presidente del grupo parlamentario.
Alejandro Hernández tampoco tiene demasiado margen de maniobra en un partido fuertemente centralista, lo que provoca ciertas dificultades . En el último pleno, Vox se quedó fuera del debate del resto de los partidos porque había registrado una pregunta sobre los ERE pero una situación de acoso a Ortega Smith en su propia casa les hizo cambiar la pregunta a última hora. Se quedaron fuera de juego.
Lo mismo que ha sucedido con l a presión al PP desde Vox . Hernández siguió las directrices nacionales tras la bronca por la composición de la Mesa del Congreso y Espinosa de los Monteros lo desdijo sólo un día después poniendo como modelo el compromiso del PP andaluz y las buenas relaciones con el Gobierno de Moreno. Que seguirán en el futuro salvo enorme sorpresa.
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