FISCALIZACIÓN
La Cámara de Cuentas de Andalucía destapa el enchufismo en la Agencia de la Cultura
El informe de fiscalización detecta irregularidades no sólo en personal sino también en las cuentas del ente de la Junta y la concesión de subvenciones
El último informe del año de la Cámara de Cuentas no deja lugar a dudas. La Agencia Andaluza de Instituciones Culturales no cumple con la legalidad vigente y su gestión está plagada de irregularidades en todos los ámbitos empezando por el de personal, donde detecta prácticas claras de enchufismo. El informe es contundente en otros muchos aspectos y detecta irregularidades en la concesión de subvenciones , sin concurrencia; la contabilidad de la Agencia no es la correcta ya que incluye en su patrimonio edificios que ni siquiera son de su titularidad para cuadrar las cuentas; y la adjudicación de los concursos públicos tampoco es como exige la ley.
El informe de fiscalización es del año 2014 , cuando al frente de la Consejería de Cultura estaba Luciano Alonso , quien ha tenido que dimitir recientemente precisamente porque el TSJA le ha abierto juicio oral por prevaricación administrativa por contratos fantasma a tres directivos de otras entidades dependiente de la Consejería de Cultura.
El capítulo de personal es precisamente uno de los más escandalosos. La Agencia Andaluza de Instituciones Culturales cuenta con 522 empleados y la Cámara de Cuentas alerta de que en el acceso al empleo público se han vulnerado los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad así como la normativa de la función pública: publicidad de las convocatorias y sus bases, transparencia, idoneidad e imparcialidad.
Pero no se queda ahí. En la mitad de los expedientes de personal analizados no se acredita ninguna titulación académica para el desempeño del puesto de trabajo, o bien la titulación acreditada es de menor nivel que la requerida en el convenio colectivo. No se deja constancia de l os conocimientos exigidos y expresamente contrastados por la empresa que, según el convenio, puedan convalidar la titulación académica exigida. De éstos, 9 casos corresponden a personal que desempeña puestos de niveles superiores de la estructura orgánica. Alerta incluso de contratos administrativos previos entre el ente instrumental de la Junta y las personas posteriormente seleccionadas para ocupar cargos directivos.
Pero el capítulo no es más que la punta del iceberg ya que la Cámara de Cuentsa destaca en su informe —de 176 páginas— múltiples irregularidades e ilegalidades en todos los ámbitos de gestión. Otro de los casos detectados hace referencia a los polémicos cursos de formación para el empleo. La Agencia de la Cultura tiene que devolver 550.864 euros a la Junta de Andalucía por cursos de formación que no ha llevado a cabo pero que sí ha cobrado correspondiente a los años 2007, 2008 y 2011.
Los mismos beneficiarios
El capítulo de subvenciones es ampliamente analizado porque uno de los objetivos de este ente instrumental es apoyar la Cultura. La Cámara de Cuentas dice textualmente que «se ha comprobado la coincidencia de beneficiarios y del objeto de la subvención concedida en distintos ejercicios».
También censura el uso inadecuado de la figura del contrato privado de representación pública de espectáculos ya que se hace pública una convocatoria para la selección de ofertas de espacios escénicos de gestión privada pero la selección ha hizo directamente el director de la Agencia y se tramitaron como contratos privados por el procedimiento negociado sin publicidad . La Cámara de Cuentas entiende que es una convocatoria de subvenciones encubierta y como tal debía haberse realizado una convocatoria pública.
Hasta en el arrendamiento de la sede de este organismo en el Estadio Olímpico de Sevilla hay irreguralidades. Según consta en la documentación, en el contrado de alquiler se estipula una renta mensual de 31.900,89 euros (sin incluir el IVA), lo que es muy superior al precio pagado por otras zonas del propio edificio. También alerta de un descuadre en las cuentas en las obras de adecuación de este edificio. Una gota más en un océano de oscurantismo y opacidad ya que todas estas gestiones permanecen al margen del cacareado Portal de la Transparencia de la Junta.
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